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La pesca va a la deriva

el sector se enfrenta en la provincia a 25 millones de pérdidas por la pandemia y una plaga de atún rojo que está mermando la población de sardinas y boquerones

Dos pescadores descargan las capturas en el puerto de La Vila. | David Revenga

El sector pesquero tradicional de la provincia de Alicante está viviendo uno de sus momentos más críticos. La pandemia de coronavirus, con la consiguiente caída del consumo por parte de la hostelería, ha obligado a los barcos a reducir sus capturas hasta un 40%. Por si esto fuera poco, este cataclismo ha coincidido en el tiempo con lo que las cofradías definen como una plaga de atún rojo, un voraz depredador que está mermando de manera más que significativa la población de otras especies como la sardina o el boquerón. El resultado está siendo demoledor, dado que, entre ambas cuestiones, el sector ha registrado pérdidas cercanas a los 25 millones de euros durante el último año.

La facturación de las agrupaciones de pesca de la provincia de Alicante, situadas en los puertos de Santa Pola, Torrevieja, Altea, Xàbia, La Vila Joiosa, Calpe, Dénia, El Campello y Moraira, se aproximó a los 56 millones de euros en 2019, a través de la comercialización de 100.000 toneladas de pescado y marico. Una auténtica barbaridad, si se compara con los datos de 2020, cuando, según explica el presidente de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores, José Ignacio Llorca, las capturas tuvieron que reducirse alrededor de un 40% por la crisis del coronavirus.

Según sus palabras, «ha sido un año terrible. Estuvimos tres meses amarrados por el confinamiento, y las restricciones en la hostelería propiciaron un desplome del consumo sin precedentes, que también afectó a los precios, que se movieron por debajo de lo habitual. Y el problema es que la situación no acaba de remontar, porque los bares y restaurantes continúan sin funcionar a pleno rendimiento debido a la ausencia de turismo. Sigue la cosa parada».

Atunes rojos acabados de pescar tras ser subastados en el interior de una lonja. |  Activos

Atunes rojos acabados de pescar tras ser subastados en el interior de una lonja. | Activos MiguelVilaplana

A este grave problema se le añade, según ha denunciado esta semana Coincopesca, la sobrepoblación de atún rojo en las aguas del Mediterráneo, una sobrepoblación que llega, en ocasiones, a los niveles de plaga, ya que el exceso de esta especie afecta a otras, como las sardinas y los boquerones. Según los cálculos que se manejan, las cofradías de la provincia han visto reducirse las capturas de estas dos últimas variedades de pescado azul cerca de un 50% en los últimos tres años.

Y como muestra un botón: la cofradía de Altea pescó 1.038.000 kilos de boquerones en 2018, 648.000 en 2019 y 760.000 en 2020. En lo que respecta a la sardina, el volumen fue de 413.000 kilos en 2018, 171.000 en 2019 y sólo 50.000 en 2020. El secretario de la entidad, Juan Mulet, señala que «hay varios factores que pueden estar influyendo en estas mermas, como la contaminación o el cambio de temperatura del mar como consecuencia del cambio climático, pero no hay dudas de que el atún rojo es una de las principales causas, porque se alimenta sobre todo de pescado azul».

El problema radica, según denuncian los pescadores, en la baja cuota de capturas de atún de la que disponen las embarcaciones de la Comunidad Valenciana, una medida que se implantó en su día con el objetivo de recuperar la especie, algo que se ha conseguido con creces. Son, en concreto, 562 kilos al año, y sólo para las embarcaciones de artes menores, lo que se considera totalmente insuficiente. José Ignacio Llorca cree que «se tendría que ampliar la cuota y abrir el abanico a otras embarcaciones, porque se lo está comiendo todo». Las pérdidas por esta causa se aproximan a los 4 millones de euros, a lo que hay que sumar otros 21 por los efectos de la pandemia.

¿Y qué dice la Administración al respecto? El director general de Ganadería, Agricultura y Pesca de la Generalitat, Antonio Quintana, subraya que «no hay datos científicos que avalen el incremento de población de atún rojo, pero resulta evidente que la cuota se ha quedado muy corta, porque las embarcaciones, en un día o dos, capturan lo que tienen permitido». Es por ello por lo que se van a dirigir al Gobierno central para que amplíe la cantidad que se puede pescar y también el permiso a más tipos de buques, «de manera que haya un reparto más equitativo», sentencia.

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