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España prepara su propia NASA

El despegue del sector privado centrado en los nanosatélites impulsa la creación de la agencia espacial española

Un satélite que estudia el agua vale también para el clima espacial

El Gobierno ha anunciado la creación de la Agencia Espacial Española en las próximas semanas, una decisión que forma parte de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional que el Ejecutivo quiere aprobar antes del verano. A priori puede parecer absurdo que España apueste por una agencia espacial propia cuando forma parte de la Agencia Espacial Europea (ESA), pero, si se analiza al detalle la propuesta, toda la industria coincide en que es necesario por el rumbo que está tomando el sector aeroespacial. La nueva agencia nace en el contexto del New Space (Nuevo Espacio) que engloba a la industria privada de vuelos y lanzamiento de satélites. Hasta ahora, este tipo de misiones solo las podían afrontar agencias espaciales continentales porque implicaban el lanzamiento de satélites de entre dos y tres millones de euros. Sin embargo, el sector privado trabaja en el lanzamiento de nanosatélites de 25 kilos que cuestan menos de un millón de euros. Estos nanosatélites están centrados en la observación de la tierra y aportarán un aluvión de datos con un alto valor científico. La información permitirá, por ejemplo, mejorar el riego o analizar las consecuencias del cambio climático en la costa.

España es de los pocos países europeos que todavía no cuenta con una agencia propia como es el caso de Portugal, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Bélgica, Polonia, Luxemburgo, Suecia, Suiza, Austria o Rumanía. Aunque no de forma centralizada, en España ya existen organismos que gestionan la actividad espacial. El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) han gestionado numerosas misiones. Además, España fue el año pasado el quinto país que más contribuyó al programa espacial europeo con 249,5 millones de euros, lo que supone un 5,1% del presupuesto para las actividades y programas de la Agencia Espacial Europea. La facturación de la industria espacial española alcanzó los 863 millones de euros en 2019 (últimos datos hechos públicos). El Gobierno de Aragón ha pedido al Ejecutivo central que la nueva agencia espacial fije su sede en la provincia de Teruel que ya acoge la base de lanzamiento de la empresa privada de cohetes PLD Space, con sede en Elche, y el Observatorio de Astrofísica de Javalambre.

El ministro de Ciencia y astronauta, Pedro Duque, defiende que ha llegado el momento de que España tenga su propia agencia espacial: «La situación de la investigación y la innovación españolas en materias ligadas al espacio ha mejorado mucho en los últimos tiempos. Desde hace un par de años hemos aumentado significativamente nuestra participación en la ESA y, por tanto, más empresas se han capacitado para alcanzar niveles de alta competitividad». Según el ministro, estas mejoras han permitido conseguir contratos muy importantes con actividades de alto valor añadido, y se ha incrementado la actividad en programas bilaterales entre España y la NASA, la agencia espacial estadounidense. Por otro lado -explica Duque-, el desarrollo de tecnología espacial en general ha permitido que los datos o servicios basados en el espacio lleguen a ser imprescindibles para muchas áreas del Gobierno y se plantean inversiones desde diferentes ministerios y organismos. «Por tanto, creemos que este es un buen momento para crear una agencia espacial capaz de coordinar los intereses de distintos ministerios, de optimizar las diferentes inversiones y de dar soporte técnico a los programas que se conciban de forma bilateral con otros países», sostiene el ministro.

La industria española ha recibido con entusiasmo el anuncio del Gobierno. La Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (Tedae) recuerda que lo reclamaron formalmente en octubre de 2019 en la Agenda Sectorial de la Industria Espacial Española. La patronal (que representa a 85 empresas dedicadas a la industria aerospacial, aeronáutica, defensa y seguridad) incide en que el espacio es un sector «altamente estratégico» que necesita una política nítida de Estado centralizada en la Agencia Espacial Española. «La gestión y defensa de los intereses nacionales en materia espacial se desarrolla en un entorno internacional complejo, competitivo y muy exigente que incluye un buen número de organizaciones y agencias internacionales. La Agencia Espacial Española dotaría de mayor coherencia a la interlocución exterior y a la acción del conjunto de las administraciones públicas en materia espacial», subraya Tedae.

Andrés Tiseira, profesor de grado en Ingeniería Aeroespacial de la Universitat Politècnica de València (UPV), subraya que la nueva agencia tiene mucho sentido porque en España las competencias en el sector están repartidas en varios ministerios y esto conlleva la «pérdida de oportunidades». «El Gobierno se ha decidido ahora porque estamos ante un resurgimiento del sector con el interés por llegar a Marte o los trabajos en la Estación Espacial Internacional», añade.

Distintos modelos

En Europa, existen distintos modelos de agencia que se han adecuado a la capacidad industrial, a la estrategia política y al potencial inversor de cada país. Tedae incide en que los fondos europeos de recuperación suponen una gran oportunidad para lanzar con fuerza el proyecto de Agencia Espacial Española con el impulso de «una serie de programas tractores que permitan el desarrollo de la industria en un momento en el que el sector espacial a nivel global se encuentra en una etapa de fuerte crecimiento». En esta línea, un pool de 23 firmas e instituciones españolas aeroespaciales se han aliado en un proyecto que busca impulsar una red de 30 nanosatélites de observación terrestre para obtener datos clave para la monitorización medioambiental y la transición ecológica. El proyecto lo encabeza la compañía Open Cosmos (firma liderada por el mallorquín Rafael Jordá y que tiene su sede en Londres) que ofrece el lanzamiento de nanosatélites. El objetivo último de la red de más de 30 satélites de observación terrestre de Open Space es construir modelos digitales para abordar con un aluvión de datos de alto valor científico los principales retos a los que se enfrenta España en cuanto a sostenibilidad, digitalización y optimización de múltiples sectores económicos. El primer lanzamiento será entre 2023 y 2024, y confirma el cambio de modelo del sector aeroespacial español.

Carlos Fernández de la Peña, vicepresidente de Datos y Servicios Satelitales de Open Cosmos, puntualiza que las funciones de la futura Agencia Espacial Española ya se hacen desde diferentes departamentos del Gobierno, pero ahora va a mejorar la coordinación. «Lo importante es gestionar la relación con la Agencia Espacial Europea. Cada país aporta una cantidad a la ESA y la Agencia Espacial Europea se lo devuelve en forma de contratos. Esa función la tiene ahora el CDTI y lo hace muy bien. Pero hay otras tareas que potencialmente son de la agencia espacial como el plan nacional sobre el espacio que incluye elementos como el transporte, la seguridad, la defensa o la investigación medioambiental. Eso ahora mismo en España está disperso. A mí me parece un gran avance que haya una agencia espacial. La industria está contenta porque mejorará la coordinación», subraya el directivo de Open Cosmos. Fernández de la Peña defiende que la agencia española y la europea son totalmente compatibles. «Hay proyectos espaciales como el programa Copérnico para la observación de la tierra que solo tienen sentido a nivel continental. La ESA tiene 6.000 millones de euros de presupuesto y eso solo se consigue a nivel continental», destaca.

Al margen de estos grandes proyectos, hay un conjunto de empresas emergentes con un crecimiento muy rápido que se han centrado en los satélites pequeños y que forman parte del sector New Space. Open Cosmos y el fabricante ilicitano de cohetes reutilizables PLD Space forman parte de este segmento. «Es en ese ámbito de los satélites pequeños donde la Agencia Espacial Española puede aportar más. Nosotros hacemos ese tipo de satélites de 25 kilos. Estamos muy esperanzados con que la nueva agencia suponga un impulso al sector New Space», asegura el vicepresidente de Open Cosmos.

El Gobierno de Aragón está trabajando para que la provincia de Teruel se convierta en la sede de la Agencia Espacial Española. La consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento del Gobierno de Aragón, Maru Díaz, ha dirigido una carta al ministro Pedro Duque, en la que detalla los motivos por los que Teruel es «un lugar singular e idóneo» para la NASA española. La misiva, a la que ha tenido acceso este periódico, subraya la existencia del Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón, las condiciones lumínicas de 23 municipios que cuentan con la certificación «starlight» para observar las estrellas, el trabajo del aeropuerto de Teruel que tramita los permisos para operar como base de lanzamiento y la presencia de la primera empresa fabricante de cohetes, PLD Space.

Observatorio espacial

La carta detalla que el Observatorio de Javalambre dispone de dos telescopios «equipados con cámaras panorámicas de última generación y un conjunto de filtros ópticos especialmente diseñados para realizar un cartografiado del universo en todo el rango del espectro óptico». Una segunda clave es el aeropuerto (sin uso comercial) de Teruel, donde la empresa PLD Space está desarrollando el primer cohete espacial de fabricación nacional. «PLD Space montará tres bancos de pruebas para probar su lanzador de satélites comercial (el cohete Miura 5) y ampliará sus instalaciones de ensayo de motores del aeropuerto de Teruel con una inversión de cuatro millones», añade la consejera.

Juan Peña, CEO de Orbital EOS, cree que la apuesta del Gobierno «es una excelente noticia. Países como Grecia o Portugal ya tienen este tipo de agencias nacionales y nosotros tardábamos». Orbital EOS utiliza las imágenes de los satélites de la Agencia Espacial Europea y de la NASA para controlar la erosión de la costa y los vertidos contaminantes en el mar. Su CEO incide en que este tipo de usos se va a multiplicar en los próximos años con los microsatélites.

Las autonomías también se han lanzado a promover sus propias iniciativas. La Generalitat anunció en octubre la creación de la Agencia Espacial de Cataluña para impulsar el lanzamiento de nanosatélites y respaldar la industria. La Comunidad Valenciana fundó hace doce años el Consorcio Espacial Valenciano, que es el embrión de una miniagencia espacial. Vicente Boria, presidente ejecutivo del consorcio y profesor de Ingeniería Aeroespacial en la UPV, explica que la entidad se creó tras asumir unos laboratorios externalizados de la ESA de comunicación por satélite. «Somos pioneros y creo que podríamos ser muy útiles para el asesoramiento de la nueva Agencia Espacial Española», dice.

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