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IQOXE y CL abren otra etapa de sostenibilidad

La firma prevé invertir 45 millones de euros en hidrógeno verde y ser proveedor de fabricantes de baterías tras la explosión que costó tres vidas

Planta de la compañía en el polígono petroquímico de Tarragona y sala de control de funcionamiento en las mismas instalaciones. | Activos

La tarde del 14 de enero de 2020 uno de los reactores de la planta química de IQOXE en Tarragona explotó. Como consecuencia, tres personas murieron. El caso sigue abierto en los tribunales y la empresa pugna por afrontar el futuro con nuevos proyectos. IQOXE forma parte del grupo empresarial de origen extremeño Cristian Lay (CL), hólding muy diversificado con implantación mayoritaria en Cataluña, Extremadura y País Vasco. IQOXE ha anunciado que quiere invertir 45 millones de euros en dos años en el denominado Valle del Hidrógeno de Tarragona y empezar a producir carbonato de etileno, un componente básico para la fabricación de baterías para los coches eléctricos.

Vista general de las instalaciones productivas con las que cuenta la compañía en el polígono petroquímico en las cercanías de Tarragona. | Activos

Esa inversión debería ser el catalizador de una nueva etapa para la empresa IQOXE tras el accidente. «Nunca, nunca, nunca habíamos vivido algo parecido. Fue una desgracia absoluta. No hay día que no pensemos en lo que sucedió pero tenemos que seguir trabajando, dar luz a todo lo que pasó y seguir adelante», explica Miguel Ángel Leal, consejero delegado de la división industrial de CL. En el marco de ese proceso judicial abierto, Leal es prudente y comedido. «Ahora confiamos en que la justicia ayude a reconducir la situación», afirma.

IQOXE y CL abren otra etapa de sostenibilidad

IQOXE decidió que no reemprenderá la fabricación del producto MPEG500 tras la explosión del reactor, que era un reactor estadounidense con menos de tres años de funcionamiento, que teóricamente era tecnología punta. «Pero, a pesar de eso, el accidente ocurrió. Queremos saber qué pasó y para ello pedimos un informe al Institut Químic de Sarrià (IQS) y la Generalitat solicitó otro a la consultora DLV GN y ambos coinciden en que no sabe la causa exacta de la explosión. Nada hacía prever que pasara, pero pasó. La decisión es tajante. No, no se va a recuperar esa planta ni se producirá el producto», explica Leal.

El plan para reactivar la actividad de IQOXE pasa ahora por el Valle del Hidrógeno, un acuerdo estratégico coordinado por la Universitat Rovira i Virgili y Enagás para, junto con el apoyo explícito de la Generalitat de Cataluña, impulsar el hidrógeno como fuente energética y acceder a los fondos NEXTGEN-EU. Son más de 100 las organizaciones públicas y privadas que forman parte de esta iniciativa e IQOXE también se ha sumado. IQOXE construirá una planta de electrólisis con tecnología de membrana polimérica (PEM) de 17,5 megavatios de potencia. Producirá 1.500 toneladas de hidrógeno y 13.000 toneladas de oxígeno al año, ambos de origen renovable y alimentado por una nueva planta fotovoltaica de 35 megavatios. Al final de la década, la compañía prevé alcanzar las 4.500 toneladas de hidrógeno y las 39.000 toneladas de oxígeno. Las obras terminarían a finales de 2023

IQOXE también ha previsto empezar a producir carbonato de etileno. Leal estima que la empresa pasará de 130 a 180 empleos, con un incremento de la facturación del 30%. En 2019, último año con cuentas publicadas, IQOXE facturó 122 millones de euros y obtuvo un beneficio de 10 millones. «Pero más que por el aumento de la facturación, con el carbonato de etileno conseguiremos también reducir a la mitad las emisiones de CO2 de la producción. Nos ayudaría a electrificar la movilidad y el proyecto es muy ilusionante más que por la cifra de negocio por lo que representa por la apertura de nuevas vías de negocio en un contexto de sostenibilidad», explica Leal. IQOXE también está intentando producir óxido de etileno a partir de materias primas no derivadas del petróleo. Otro objetivo es incrementar el autoconsumo energético fotovoltaico y llegar a 2030 cumpliendo todos los objetivos de sostenibilidad.

Diversificación

El grupo que nació en una pequeña joyería de Jerez de los Caballeros es actualmente un entramado empresarial pintoresco. Especialmente por su elevada diversificación de la que no es posible prever excesivas sinergias. Sin embargo, sus fundadores defienden ese modelo como clave para minimizar riesgos. El grupo CL lo integran un total de 24 empresas con presencia en 24 países. La marcha del grupo se vio afectada el año pasado por el accidente de IQOXE, pero también por la pandemia, que afectó de manera desigual por la elevada diversificación de la actividad de esas 24 empresas. La facturación fue parecida a la de 2019, mientras que el ebitda cayó el 25%. A nivel grupo, Leal explica esa diversificación tan grande y en dispares sectores: «Siempre aplicamos los mismos principios. El primero es reinvertir para seguir creciendo. Estamos atentos a las oportunidades de inversión. Vamos a pasar de un grupo que en 2017 facturaba unos 488 millones de euros a otro que en 2021 estaremos en torno a los 1..500 millones de facturación. Queremos seguir creciendo y seguir aplicando la mejora continua en procesos productivos, conocimiento, recursos humanos o seguridad. Queremos crecer en cualquier ámbito empresarial. Quien no crece al final termina decreciendo. Y para eso son las inversiones y los esfuerzos de la organización en todas las empresas de CL», explica.

Empresa familiar

CL emplea en España a unas 3.000 personas, con mayor presencia en Cataluña, Extremadura y el País Vasco. La filosofía de la firma es la de una compañía familiar experta en reflotar empresas en dificultades y convertirlas en referentes de los distintos sectores en que trabajan, ya sea industria, energías renovables, química o consumo, las cuatro grandes divisiones en las que se divide internamente. La diversificación, tanto sectorial como geográfica, se traduce en menores riesgos a la hora de invertir. «Los sectores esenciales como el cartón ondulado aguantaron bien. También la parte de higiene. O el PET. En el caso de la venta por catálogo se paralizó, igual que la joyería. En el caso de las renovables fue muy complicado gestionar las inversiones en Chile, México o en Argentina por la situación del covid. La adquisición del grupo Gallardo (siderometalúrgico y tratamiento de chatarra) nos permitió recuperar parte de la facturación perdida», explica el directivo de CL e hijo del fundador, Ricardo Leal.

Leal espera que el drama de IQOXE no suponga un varapalo para todo un grupo que apuesta por la sostenibilidad y la gestión adecuada de los recursos. El llegar a ser proveedor de referencia de los fabricantes de baterías en España es una buena apuesta de futuro y situará a IQOXE en excelente posición para ser proveedor de un componente básico que es el carbonato de etileno. «Estamos ya intentando ver cómo empezar a producirlo, por su carácter fundamental en la futura movilidad. También estamos intentando producir óxido de etileno a partir de materias primas no derivadas del petróleo. E intentamos incrementar el autoconsumo energético fotovoltaico. Al final queremos llegar al año 2030 cumpliendo todos los objetivos de sostenibilidad», añade Leal.

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