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A la cabeza de la recuperación (pero con condiciones)

A la cabeza de la recuperación (pero con condiciones) INFORMACIÓN.ES

La economía española se colocará este año a la cabeza del crecimiento de las grandes economías europeas, así lo prevé la Comisión Europea. En el caso de la Comunitat, aunque resulta muy complicado aventurarse a dar una cifra, el crecimiento podría estar incluso por encima gracias al tirón del comercio exterior y a pesar de la complicada situación por la que atraviesa el turismo.

Las previsiones son buenas, si se cumplen. Para que lo hagan podemos cruzar los dedos con la intención de atraer la buena suerte, que el temporal arrecie y que las restricciones no frustren las expectativas de recuperación, o podemos remar todos a una, tomar la delantera, y facilitar que el pronóstico se convierta en una realidad. Más segura parece la segunda opción, sobre todo porque el 6,3% previsto para 2021 está sujeto a muchos condicionantes.

El primero, que la situación sanitaria mejore. Hemos hecho muchos sacrificios para intentar salvar la campaña turística de verano, pero tenemos la sensación de volver a la casilla de salida una y otra vez. Vuelve la presión hospitalaria y vuelve la presión sobre muchas empresas que temen que la recuperación se frene. Podemos ayudar a rebajar el índice de contagios si todos, a nivel personal, actuamos con responsabilidad, pero también si al mismo tiempo no sólo se recomienda que se extremen las precauciones, sino que se acelera la vacunación de la población más joven.

Tal vez los negocios de otros países resistan los nuevos envites del virus. Han recibido más ayudas y de forma más ágil, pero no es nuestro caso. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha constatado que en nuestro país las ayudas concedidas a las empresas fueron más restrictivas y bastante más tardías. Llegaron un año más tarde que, por ejemplo, a las empresas alemanas, italianas, francesas o portuguesas. Sí, tuvimos que esperar un año más, han leído bien.

Segundo, que el ambiente de polarización no se convierta en un freno para aprovechar al máximo los recursos de los que disponemos, ni los que están por llegar. El objetivo tiene que ser hacer las reformas que necesitamos y modernizar nuestra economía, hacerla más resiliente, sostenible e igualitaria, ningún otro. En la Comunidad Valenciana ya hemos hecho el trabajo de pensar hacia dónde queremos ir -Alcem-nos- y, si no perdemos tiempo y esfuerzo en enfrentamientos que no llevan a ninguna parte, Europa nos facilitará parte de los recursos para los cambios que necesitamos. La otra parte de los recursos debería llegar con el cambio de modelo de financiación, obligatorio para corregir desigualdades, para compensar deudas históricas y para evitar una recuperación a varias velocidades según la comunidad autónoma de la que hablemos.

Tercero, igual que tenemos que procurar que la polarización no pase factura al crecimiento, tampoco podemos permitir que lo haga la burocracia. Acabar con las trabas de las administraciones no ha de ser un propósito sino una exigencia ineludible. La recuperación económica y la generación de empleo a la que apelan las administraciones quedan en evidencia cuando uno examina todos los obstáculos que ellas mismas imponen frente a iniciativas que buscan precisamente el crecimiento y la creación de empleo. No podemos permitir que la burocracia obstaculice nuevos proyectos, la gestión de los fondos europeos o la modernización que todos buscamos.

Como tampoco podemos, y ese es el cuarto condicionante, apoyar unas reformas que van en la dirección contraria a lo que en estos momentos conviene. Tanto en materia laboral como fiscal el Gobierno debería escuchar más las demandas de las empresas, de las que depende en gran medida el éxito de la recuperación.

Las empresas necesitan una legislación laboral flexible, que permita minimizar los ajustes, competir en igualdad de condiciones y aprovechar las oportunidades que genera una demanda que está despegando. Nuestras propuestas incluyen un marco jurídico laboral flexible y seguro que permita a las empresas ser cada vez más potentes en su productividad y a los trabajadores lograr empleos de calidad y estables. Decimos sí a los cambios para mejorar la empleabilidad de las personas más jóvenes y a formar a los no tan jóvenes en los entornos digitales, de modo que la brecha digital no les aparte del mercado de trabajo en el futuro. Pero si lo que se busca es modernizar el mercado laboral, la opción no puede ser la vuelta a un modelo de relaciones laborales que no tiene en cuenta la estructura de nuestro tejido productivo.

Lo mismo ocurre en el terreno fiscal. Ni las decisiones de carácter impositivo pueden ser ajenas a lo que acontece en nuestro entorno más inmediato; ni a un parón histórico, como el que han vivido todos los sectores y como el que sigue afrontando el turismo, puede sucederle un aumento de la carga fiscal. Lastraría la recuperación y el efecto sobre el empleo sería mucho más negativo que los posibles efectos positivos que se buscan.

Tanto en materia laboral como fiscal el Gobierno debería escuchar más las demandas de las empresas

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Las empresas somos una parte fundamental de la recuperación. Por eso, la otra condición para afianzar un patrón de crecimiento que concilie el desarrollo económico, social y ambiental en una economía sostenible y competitiva pasa por la colaboración público-privada, como la única fórmula para aumentar la potencia de los recursos públicos.

E indiscutiblemente no hay que dejar pasar el impulso que nos va a dar el Plan de Recuperación Europeo para acelerar en digitalización y para invertir en activos intangibles. No sólo debemos aprender a manejar un determinado software, podemos diseñarlo. No sólo tenemos que invertir en tecnología, tenemos que pensar qué modelo de negocio es el que queremos y sólo entonces invertir en la tecnología adecuada. La transformación, para que tenga éxito, ha de ser completa.

Que el panorama dibujado por la Comisión Europea y por Funcas es muy positivo, es cierto, pero también que seguimos rodeados de incertidumbre y riesgos elevados. Seamos más responsables, para que esto no se convierta en la historia del eterno retorno, y más rápidos y hábiles en los cambios, para que nuestra economía no se quede varada.

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