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Los inversores se alían para no contaminar

Ana Rivero (Santander AM) | Activos

La unión hace la fuerza. Este refrán aplicado a la iniciativa Net Zero Asset Managers (AM) sería la «unión» de las principales gestoras de fondos del mundo y una «fuerza» equivalente a 43 billones de dólares en activos bajo gestión, casi la mitad de los activos globales administrados. Ahí es nada. La misión es coordinar esfuerzos hacia la descarbonización, para limitar el calentamiento global, con el objetivo de llevar sus carteras a la neutralidad en emisiones de gases de efecto invernadero en 2050 o antes.

Esta alianza nació en diciembre de 2020, a modo de colofón para un año en el que se hizo evidente el interés de las finanzas por los criterios ASG (ambientales, sociales y de goberrnanza corporativa). Porque aunque la inversión socialmente responsable resuena desde hace más de una década, en el último año ha cobrado impulso. Según el Estudio del Inversor Institucional de Schroders 2021, el 52% de los inversores internacionales considera que la inversión sostenible es más importante por la pandemia. El porcentaje, que se eleva hasta el 62% en Europa, indica el aumento de la concienciación y de la búsqueda de oportunidades. Otro informe, de Oliver Wyman y Morgan Stanley, augura que los activos globales en materia de ASG pasarán de los 2 billones de dólares actuales a 6,5 billones en 2025.

En este contexto se ubica el proyecto de Net Zero AM, del que forman parte BlackRock, Vanguard Group y State Street Global, los tres pesos pesados a nivel global, además de Amundi, Franklin Templeton, Aberdeen Standard Investments, Sumitomo Mitsui o HSBC. También Tikehau Capital, firma francesa de inversión, que trabaja para «definir una estrategia ambiciosa, pero al mismo tiempo realista y cuantificable», explica Nathalia Millan, ESG Manager de la gestora. Para ello están evaluando la huella de carbono de las empresas en sus principales fondos de Private Equity, en un ejercicio que les ha permitido «lanzar un diálogo proactivo con los dirigentes para construir planes de mejora».

Solo una española

Entre las 128 firmantes solo se encuentra una con sede española: Santander Asset Management (AM), que se sumó a Net Zero AM en marzo. «El papel de las gestoras de activos en la transición energética y digital es crucial como canalizador de los ahorros de los inversores hacia objetivos sostenibles», expone Ana Rivero, responsable global de estrategia de mercado y ASG de Santander AM. La tendencia se refleja también en los clientes, que demandan «de forma consistente» más fondos sostenibles. Por eso llama la atención la reducida presencia española en este movimiento emisiones cero. Ante la pregunta de a qué puede deberse, Rivero hace referencia a la elevada exigencia en «recursos destinados a analizar, transformar y medir las carteras». «El nivel de compromiso implica inversiones en datos, equipos y un tamaño preeminente de activos gestionados bajo criterios ASG, con vocación de crecimiento», detalla.

A su vez, desde la red de Principios para la Inversión Responsable de Naciones Unidas (UN PRI), una de las seis organizaciones fundadoras de Net Zero AM, descartan falta de interés por parte de la comunidad financiera española. «Las conversaciones con varios actores están en marcha y se espera que se traduzcan en compromisos formales en los próximos meses», destaca Antonio Santoro, director de UN PRI para el Sur de Europa. «No debemos olvidar que los inversores españoles operan en un contexto más amplio, la UE, que se caracteriza por una importante actividad reguladora en los últimos años», añade.

Santander AM tiene la vista puesta en la COP 26, la conferencia de la ONU sobre el cambio climático. Antes del evento, que se celebra en noviembre, presentará a Net Zero AM su plan de acción para lograr el reto de 2050 y los intermedios, «medibles y comprometidos».

En la práctica, la firma implementará una Política de Riesgos Ambientales, Sociales y Cambio Climático por la que excluirá inversiones en actividades y sectores intensivos en emisiones y con mayor exposición como la minería, la producción eléctrica basada en carbón o combustibles fósiles no convencionales. También está analizando la huella de carbono de las carteras, que ya se ha realizado en los fondos de pensiones al 100%, y ha creado un grupo de trabajo transversal, con equipos de inversiones, cumplimiento y riesgos, que están diseñando «estrategias de integración de los riesgos climáticos en la toma de decisiones de inversión», indica Rivero. Además, están desarrollando nuevos productos de inversión en soluciones climáticas con los que financiar proyectos de energías renovables.

En la actualidad, los fondos de inversión socialmente responsable suponen el 10% del patrimonio neto de Santander AM, frente al 5% de media en la industria en España.

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