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Drones para vigilar los fondos marinos

Uware desarrolla robots autónomos capaces de autolocalizarse y trabajar bajo el agua

El robot de la firma alicantina, junto a un buzo.

Ya estamos bastante acostumbrados a verlos volar por el cielo, ya sea en rodajes, para vigilar el tráfico o, incluso, en competiciones de velocidad. Pero lo que hasta ahora no era tan habitual era ver drones capaces de operar bajo la superficie marina, un entorno mucho más hostil, donde la presión complica la realización de cualquier tarea y resulta difícil incluso ubicarse.

Fue en el año 2018 cuando el emprendedor tecnológico belga y aficionado al buceo Christophe Chatillon decidió hacer algo al respecto y, a través de su sobrino, publicó un breve mensaje en un grupo de Facebook de estudiantes de robótica en su país natal. Le respondieron Sayri Arteaga y Meidi García, a los que les bastó una reunión para apuntarse al proyecto y crear conjuntamente uWare, la startup con la que han desarrollado el equivalente submarino a un dron: un robot autónomo, capaz de autolocalizarse y de mapear el fondo del mar para comprobar su estado o vigilar la evolución de las praderas de posidonia o de la fauna submarina.

El uOne, el robot subacuático que ha desarrollado la firma asentada en Alicante.

Las conexiones diarias del aeropuerto de El Altet con la capital comunitaria -los belgas son los segundos compradores extranjeros de viviendas turísticas en la Costa Blanca-, el talento que proporciona el Grado de Robótica de la Universidad de Alicante o la existencia de un hub tecnológico cada vez más considerable alrededor del Distrito Digital impulsado por la Generalitat Valenciana acabaron de convencer a los fundadores de la firma. Unos emprendedores seguros del potencial de negocio que tiene su tecnología.

«Trabajar debajo del agua es muy complicado y hasta ahora casi todas las tareas, como tomar imágenes o el mapeo de los fondos submarinos, lo hacen buceadores que, además de necesitar certificaciones y equipos especiales, pueden estar muy poco tiempo sumergidos. Generalmente, no suelen permanecer más de 45 minutos o una hora», explica Arteaga. Unas limitaciones de tiempo que no tienen los robots.

Hasta ahora, sin embargo, los vehículos submarinos que se habían desarrollado para este tipo de tareas contaban con otros inconvenientes. En unos casos porque era necesario que estuvieran conectados mediante un cable para poder manejarlos y, en otros, porque era necesario montar infraestructura adicional -antenas y relés- para que pudieran guiarse, ya que utilizaban señales acústicas para su localización.

Una de las innovaciones que han introducido desde uWare es la capacidad de sus vehículos de autolocalizarse en tiempo real, al utilizar sus cámaras para realizar un mapa de la zona donde van a trabajar y poder guiarse. Una tecnología que ya es bastante habitual en el caso de los dispositivos terrestres -se basa en el mismo principio que utilizan los robots aspiradores más avanzados, por poner un ejemplo-, pero que aún no se empleaba bajo el agua.

El uOne, además, ni siquiera necesita piloto, ya que es completamente autónomo y realiza su misión sin necesidad de intervención humana. Eso sí, de momento, todavía no es capaz de retransmitir en directo las imágenes y los datos que va captando, y se limita a grabarlos para su posterior volcado.

Monitorizar las reservas

Las primeras aplicaciones comerciales para las que la compañía ya se prepara es la vigilancia de reservas marinas protegidas, cuya supervisión resulta ahora bastante compleja. «Por lo general, los buzos revisan una vez al año y ya está. Con el uOne podrán monitorizarse estas zonas cada semana y determinar si hay algún tipo de problema que pueda afectarles», explica el cofundador de la firma. La compañía ya ha realizado una primera prueba piloto en Tenerife, donde han estado mapeando los sebadales existentes -grandes praderas subacuáticas-, para localizar su ubicación o determinar su extensión.

El uOne, en el fondo marino.

Desde la firma trabajan también en la incorporación de sensores que, además de la imagen, permitan captar otro tipo de parámetros sobre la calidad de las aguas o su ph, para ampliar su utilidad. Y en un futuro también quieren incorporar nuevos desarrollos para ayudar en tareas físicas bajo el agua, como en la superficie.

Más allá del monitoreo de áreas protegidas, a medio plazo la firma ve otro importante nicho de negocio en la vigilancia y supervisión de todas las instalaciones de energías renovables que se están ubicando en el mar, principalmente las centrales eólicas marinas. Unas instalaciones que están cobrando cada vez una mayor importancia, ante la necesidad de descarbonizar la economía.

En cualquier caso, trabajan con la mente abierta a cualquier posibilidad y, de la misma manera que los drones aéreos desempeñan cada vez más tareas, están convencidos de que también sus «hermanos» subacuáticos tendrán un campo de actuación cada vez más considerable en el futuro.

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