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Toño Pons Presidente de Importaco

«Los alimentos que no sean sostenibles se dejarán de vender»

Toño Pons, en la sede central de Importaco, con una muestra de productos | ‘activos’

Toño Pons Casañ (València, 1973), máximo dirigente de la empresa de alimentación especializada en la comercialización de frutos secos y agua mineral con cuartel general en Beniparrell, gobierna desde hace casi un lustro un negocio que genera algo más de 700 millones de euros, emplea a 2.300 trabajadores y aglutina 17 centros de producción (13 de frutos secos y cuatro de agua mineral) repartidos en España, Polonia, Turquía, Italia y el Reino Unido. Licenciado en Ciencias Económicas por la Universitat de València y MBA por el Instituto de Empresa (IE), el heredero de la familia Pons es representante de la tercera generación de una saga empresarial líder en España de los frutos secos y de la que tomó el mando tras fallecer su tío Paco Pons Alcoy, quien, junto a su padre, hizo grande este imperio agroalimentario. Importaco, proveedor de Mercadona y otras firmas, ha puesto rumbo al exterior tras comprar varias empresas en Europa. En plena pandemia del covid puso en marcha la fábrica de pipas más grande del viejo continente. En Sagunt. Va como un tiro.

La guerra en Ucrania, la inflación por las nubes, el coste de la energía… ¿Cómo afectan a la industria agroalimentaria?

Todos estamos pendientes de las decisiones de Putin y de los dirigentes de la Unión Europea. Tenemos una fábrica en Polonia. A pesar de las amenazas, de momento, el suministro de gas no ha sido cortado y mantiene su actividad. Seguimos muy de cerca la evolución de ese centro y, por supuesto, nos preocupa la coyuntura internacional por los problemas en las cadenas globales de suministro de mercancías. Ucrania es un granero para Europa por sus suministros de materias primas para harinas y aceites. Además, el precio del transporte marítimo se ha disparado y los tiempos de envío también aumentan. El coste de un contenedor se ha disparado. Las navieras cortan rutas. En fin, hasta 2023 no se solucionarán los problemas logísticos. Y luego está la inflación. El consumo, con esta inflación, se puede resentir.

¿Qué enseñanzas deja a las empresas la pandemia?

Muchas. Las crisis, sanitarias y económicas, enseñan que la gente rechaza productos de lujo pero no alimentarios. La cuestión es qué productos y en qué canales de ventas. También considero muy importante hacer buen uso de los llamados fondos Next Generation de la UE, que deben ser prioritarios para el sector agroalimentario. Las industrias tenemos que saber aplicar esos recursos. El coronavirus nos ha hecho más fuertes. Las pipas se consumieron mucho porque la gente estaba en casa. De hecho, mantuvimos las inversiones y duplicamos la producción de la recién estrenada fábrica de Parc Sagunt.

¿Qué medidas propone al Gobierno? ¿Debería bajar el IVA?

Estamos preocupados por la evolución del consumo. Nosotros apostamos por la eficiencia energética. Las empresas deben aplicar medidas contundentes para reducir el coste de la energía. Los hogares también. En nuestro caso hemos puesto en marcha un plan de instalación de energía fotovoltaica en todas las fábricas, incluidos los manantiales, para generar energía limpia. También de energía termosolar. El consumidor, en el futuro, preguntará sobre la sostenibilidad del producto que está comprando. Los productos que no se obtengan de forma sostenible no los comprará el consumidor, se dejarán de vender. Importaco tiene el objetivo de ser Net Zero antes de 2050. Para ello, la compañía está trabajando en una hoja de ruta de adaptación al cambio climático que incluye los planes de transición energética, las prácticas de agricultura regenerativa y la sostenibilidad del ciclo completo del agua.

¿Subirán más los precios de los alimentos durante este año?

Eso está muy ligado a los costes. Han subido y se espera que suban algo más por la energía. La cuestión es saber cómo se va a comportar el consumo. En la medida que el coste de la energía se vaya suavizando se volverá a la normalidad.

El sector alimentario, ¿es más resiliente a la crisis? ¿Qué perspectivas maneja para 2023?

Estamos en un año de precios medios bajos en el campo. El covid-19 perjudicó el consumo de frutos secos en el canal horeca, cuyo mercado es global. Con todo, nuestra expectativa es seguir creciendo. El turismo se va a recuperar este verano. Diversos informes avalan que España puede volver a registrar 80 millones de turistas este año. Los establecimientos del sector están abiertos al 100%. Por eso somos optimistas respecto al consumo. Si hemos crecido entre un 3% y un 4% en volumen en estos últimos años, pensamos que este ejercicio mantendremos esa proporción.

¿Qué planes de expansión tiene Importaco?

El comercio exterior está en nuestro ADN y ya representa un tercio de nuestra cifra de negocio. Hemos comprado empresas en el exterior en estos últimos años. Estamos abiertos a realizar más. Estamos entre los tres primeros en el ranking europeo de frutos secos y en el top-10 en el ámbito mundial. Pepsico, por ejemplo, tiene una gama de frutos secos y, por tanto, competimos con grandes multinacionales. También con el grupo germano Intersnack, entre otros. Eso quiere decir que tenemos que situarnos entre los tres primeros productores de cada país. Además de las fábricas, tenemos oficinas de compras en origen en Estados Unidos, Argentina, China y Turquía.

¿Cómo ha resuelto la difícil combinación de la gestión familiar con la gestión empresarial? Empresa y familia, ¿conviven bien?

Eso depende de la historia de una familia. Desde muy joven mi padre ya me inculcó, cuando todavía era estudiante, que los fines de semana había que ir a la empresa a echar una mano. Eso crea un vínculo emocional. Es como una semilla que germina y acabas trabajando en la empresa si tienes la formación que corresponde. A las nuevas generaciones hay que atarlas por el vínculo emocional. Ocho representantes de la familia participamos en la sociedad. Nos llevamos muy bien. Mi padre y mi tío se llevaban muy bien y eso ha dejado huella.

Su estrategia de diversificación de negocio: frutos secos, aguas, helados y energía. ¿No son demasiadas actividades?

Somos líderes en España en frutos secos y crecemos en el sector del agua, a través de Mercadona. Diversificación en otros negocios habrá poca. Optamos más por la especialización en frutos secos. Tenemos inversiones puramente financieras en otros sectores.

La crisis ha hundido los precios de los cultivos en origen. ¿Cómo ve la situación del campo, de los agricultores?

Los grandes fondos de inversión toman la delantera en el campo. Nosotros vislumbramos qué necesita el consumidor. Tenemos que ir a acuerdos con agricultores. En la almendra ha habido años de más demanda mundial que oferta. Todo el mundo se lanzó a plantar almendros, sobre todo en California, que acapara el 80% de la producción mundial. También en España. Lo que se plantó hace diez años ya está en plena producción. Con el covid la demanda bajó y habrá que ver qué pasa a nivel mundial ahora.

¿Cómo es su relación con los pequeños propietarios?

Actualmente, Importaco colabora con más de 350 agricultores, que cubren 22.500 hectáreas de tierras de cultivo y obtienen una producción de 69.000 toneladas. El proyecto está presente en Argentina, China, España, Chile, entre otros países. En cuanto al cacahuete, Importaco cuenta con un proyecto de cultivo propio en Argentina que supera las 650 hectáreas.

¿Qué tendencias del sector alimentario investigan?

Los alimentos funcionales; es decir, aquellos que tienen un efecto potencialmente positivo en la salud más allá de la nutrición básica. También los probióticos, que una vez fermentados contienen levaduras y bacterias vivas beneficiosas para nuestro sistema. Y trabajamos en las etiquetas limpias y transparentes. Nos piden anacardos o almendras crudas. La proteína vegetal se busca mucho. Ya hay frutos secos en polvo para usarlos en batidos.

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