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Asistencia digital sin fronteras

Sosmatic se expande por latinoamérica y se prepara para dar el salto a Miami este 2022

David Casas, CEO de Sosmatic, en Barcelona Manu Mitru

Sin estudios superiores y con las 300.000 pesetas (1.800 euros) que le dejó su padre, David Casas fundó Sosmatic en octubre de 1998. Venía de ser el responsable de soporte técnico y atención al cliente en Intercom -«uno de los primeros proveedores de Internet del país, cuando el mundo digital se reducía solo a un ordenador»-, donde observó que su equipo técnico dedicaba la mayor parte del tiempo a dar asistencia a los clientes «en cosas que nada tenían que ver con la conexión a Internet: discos duros, cómo encender el PC o cómo guardar archivos».

Fue en ese momento que Casas se dio cuenta, en primer lugar, de que había una necesidad y, además, que eso fidelizaba al cliente. Empezó a darle vueltas a la idea de crear una compañía cercana, con un márquetin muy próximo, «una especie de RACC Club pero informático, con un pago anual y donde se pueda llamar las veces que uno quiera para preguntar cualquier cosa sobre ordenadores».

«Los inicios fueron duros», recuerda el CEO que estuvo casi su primer año en Sosmatic sin cobrar. La primera vez que tuvo un sueldo ingresó 300 euros y sus primeros clientes fueron el grupo Intercom, donde se formó, y el Reial Automòbil Club de Catalunya (RACC), gracias al cual dio forma a su empresa. Ahora factura 13,5 millones de euros y prevé cerrar 2022 con un incremento del volumen de negocio del 10%, hasta los 15 millones. Cuenta con una plantilla de 470 personas, de las cuales 420 están en España y unas 50 en Latinoamérica.

Un crecimiento que se ha producido, básicamente, porque «hemos sabido aprovechar las oportunidades que se han ido presentando» y por una filosofía de empresa centrada en «gestionar muy bien la motivación y el talento». «Estoy absolutamente convencido de que una compañía deja huella cuando dejan huella las personas que trabajan en ella. Y eso es un foco muy importante en nuestra misión. No inventamos un algoritmo ni creamos tecnología. Lo que hacemos es mover talento y aplicar nuestra propia metodología y visión», argumenta Casas.

Precisamente, gracias a saber aprovechar esas oportunidades que se iban presentando, Sosmatic pudo dar el salto a Latinoamérica. Colombia fue su primera incursión, y ya prepara su implantación en Miami antes de finalizar el año. En muchos casos, opera en estos países de la mano de las empresas españolas con delegaciones o divisiones en el exterior que ya tiene como clientes.

La pandemia fue otra oportunidad que supieron aprovechar: «Dos meses antes éramos 130 personas de plantilla y hemos acabado con poco más de 400. De un día para otro muchas compañías tuvieron que llevar a toda su gente al teletrabajo. Sus proveedores no daban abasto. Aceptamos el desafío cuando nos llamaban, trabajamos día y noche, y muchas de esas empresas se han quedado como clientes de forma permanente», argumenta el propietario de la compañía.

El modelo de negocio de Sosmatic es un business to business to consumer (B2B2C), esto es, conecta a compañías que desean vender un producto con clientes que desean adquirir uno, cumpliendo así un rol de intermediario. Por ejemplo, «Sosmatic factura al RACC y el RACC factura a su cliente, con lo cual el cliente no es de Sosmatic. Así creamos la división que internamente llamamos ‘particulares’, y con la que, al final, damos asistencia a las personas y a sus familias sobre el hogar digital». Con el tiempo llegaron más compañías de asistencia como Catalana Occidente, AXA, Carrefour, FNAC o El Corte Inglés. En esta división trabajan 70 personas de Sosmatic.

También tienen un departamento de pymes (para empresas de no más 150 trabajadores), sobre todo en Barcelona y Madrid, donde están muy centrados en temas de ciberseguridad y servidores en la nube. Otra división es la de corporate, fundamentalmente con clientes de retail, es decir, tiendas, cadenas de hoteles y dando soporte a productos que fabrican otros como, por ejemplo, la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Y, finalmente, la división de gran cuenta, donde trabajan unas 100 personas de Sosmatic para dar servicio a multinacionales con varios miles de empleados.

Sin obsesionarse

David Casas insiste que el crecimiento nunca ha sido algo que le obsesionara. «Cuando fundé Sosmatic pensé en tres cosas: ir creciendo sin prisas, que a pesar de ir creciendo no lo pareciera, es decir, que la magnitud de la empresa no repercutiera en ralentizar o enfriar procesos y que las personas que trabajan aquí estén contentas, se sientan realizadas y satisfechas. Es todo un reto».

Además, hace unos tres años que empezaron a trabajar la parte de labor social a través de la donación de equipos, la formación y la educación. Actualmente, David Casas prepara la puesta en marcha de una fundación propia que pueda ahondar en esta área y ampliar su capacidad de actuación en temas como la brecha digital, sobre todo con las personas de mayor edad, y la incorporación de las mujeres al sector.

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