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Almendro afectado por el tigre en Vall de Seta | Juani Ruz

Las plagas amargan las almendras

Xylella, avispilla y tigre reducen la cosecha provincial un 60% y causan pérdidas de 10 millones

Lo que está ocurriendo este año con la agricultura de la provincia de Alicante es lo nunca visto. Prácticamente ningún cultivo ha logrado escapar a las inclemencias meteorológicas en sus múltiples facetas, fruto, según los expertos, de un cambio climático que cada vez es más evidente. Pero en el caso de la almendra, y a pesar de que las lluvias y heladas también han intervenido, se ha rizado el rizo. Y es que la producción ha caído alrededor de un 60%, provocando pérdidas de 10 millones de euros, a causa de unas plagas que se han cebado con los árboles. La xylella, la avispilla y el chinche del tigre han tenido este año efectos devastadores, a lo que hay que sumar, en una menor proporción, el incendio de la Vall d’Ebo, que se llevó por delante diferentes plantaciones.

Lo de la xylella ya viene de lejos. Desde que se detectó por primera vez en la provincia en 2017, y teniendo en cuenta que de momento no cuenta con ningún tratamiento efectivo, se ha procedido a la trituración de más de 2.000 hectáreas de cultivos con 140.000 almendros, lo que ha supuesto un descenso de la producción de 560 toneladas. Mientras desde la Conselleria de Agricultura destacan que las actuaciones llevadas a cabo están instadas desde la Unión Europea y que gracias a las presiones ejercidas se ha logrado reducir a la mitad el radio de erradicación, los afectados insisten en pedir que se pase a un plan de contención que solo contemple la destrucción de los árboles infectados, y no de los que están a su alrededor.

Pero no es esta la única plaga que afecta a los almendros. También están la avispilla y el tigre, que esta campaña han tenido una incidencia brutal sobre la cosecha. Así lo señala Juan Pastor, productor del área del Vinalopó, quien destaca que «las altas temperaturas registradas han agudizado la afección, lo que, unido a la sequía, está poniendo en riesgo, incluso, la supervivencia del arbolado».

Un problema, este de las plagas, que se ha visto agudizado por el fuerte encarecimiento de los fitosanitarios y el bajo precio que se paga por las almendras. Mariola Carreño, técnica de La Trencadora, en Castalla, explica que «el tigre es fácil de combatir, mientras que la avispilla ofrece más resistencia y hay que acertar el momento para llevar a cabo los tratamientos. Sin embargo, cuando los costes se encarecen y los precios no acompañan, los agricultores optan en muchas ocasiones por no cuidar tanto de los cultivos. También tenemos un problema con las plantaciones abandonadas, que se convierten en un refugio para este tipo de plagas».

Precisamente las plantaciones de la zona de Castalla, así como las de municipios vecinos como Ibi, Tibi, Biar o Villena, sufrieron al principio de la primavera una helada que arruinó prácticamente el 80% de la cosecha. También las prolongadas lluvias de la misma época se cebaron con los cultivos de la Marina Alta, l’Alcoià y El Comtat en plena época de floración. A ello ha habido que sumar, finalmente, el incendio registrado este verano en la Vall d’Ebo.

El representante sectorial de Asaja y alcalde de Tárbena, Francisco Javier Molines, lamenta la larga lista de obstáculos a los que se está teniendo que enfrentar el sector. «Tenemos las plagas, las adversidades meteorológicas y unos precios que no sirven ni para cubrir los costes. Todo está conduciendo a que cada vez menos gente quiera dedicarse a la agricultura y a que se vayan abandonando los campos», lamenta.

En parecidos términos se expresa el responsable de frutos secos de La Unió, Ricardo Beltrán, que incide en el problema de la escasa rentabilidad del cultivo. «El precio medio que está percibiendo el productor durante esta campaña es ligeramente inferior al del año pasado, lo que evidencia que hay una gran especulación en la cadena alimentaria», denuncia.

Es por ello por lo que reclama apoyos directos de 125 euros por hectárea a los agricultores de las zonas de cultivo tradicional, lo que, destaca, «serviría para retornar a las ayudas que ya tenía el sector en la anterior PAC». De igual forma, Beltrán enfatiza la necesidad de adaptar las pólizas de seguros agrarios a las particularidades de la almendra.

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