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La salmuera más energética

Aceitunas Cazorla producirá hidrógeno y gas metano a partir de sus residuos

Un depósito de salmuera en la empresa | David Revenga

En un contexto en el que la sostenibilidad y la economía circular son elementos que cada vez cobran mayor importancia entre el tejido empresarial y los consumidores, la empresa Aceitunas Cazorla, con sede en Alicante y proveedora de grandes cadenas de supermercados como Carrefour o Lidl, se ha embarcado en un proyecto que persigue obtener gas metano e hidrógeno a partir de la salmuera. Lo hace de la mano de la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI), el Centro Tecnológico Ainia y el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC), en una iniciativa que, además, pretende dar una solución al tratamiento de unos residuos que generan riesgos medioambientales.

Tradicionalmente, las salmueras se gestionan mediante procesos de evaporación, que pueden ser naturales, en balsas a la intemperie, o acelerados por medio de tecnologías específicas que conllevan un importante coste energético. En el primer caso, además, las balsas no solo ocupan una gran superficie, sino que han de estar completamente impermeabilizadas y someterse a frecuentes controles para evitar filtraciones que pongan en riesgo los acuíferos.

Teniendo en cuenta estos inconvenientes, el proyecto tiene como objetivo el tratamiento de estos residuos de una forma más sostenible, con el fin de obtener un vertido limpio de baja salinidad y de transformar la materia orgánica y la sal en productos valorizables y en vectores energéticos, como biogás, biometano o biohidrógeno. Este proyecto estratégico, bautizado como Green Brine, está impulsado por la empresa Aceitunas Cazorla y los dos institutos tecnológicos, y cuenta con el respaldo de la AVI, que ha concedido 490.000 euros en el marco de su última convocatoria de ayudas.

La empresa alicantina lleva más de 60 años en el sector, elaborando productos como aceitunas rellenas de pasta de anchoa, limón y pimiento natural, deshuesadas y aliños de todos los tipos. También elabora las marcas blancas de Carrefour y Lidl. Según los últimos datos publicados, cuenta con una facturación cercana a los 150 millones de euros. Gumer Marín, responsable del proyecto en la compañía, explica que lo que se persigue es «la valorización integral de salmueras de distinta naturaleza generadas en las actividades de conservación y aderezo, a través de sistemas integrados de bajo coste y respetuosos con el medio ambiente, que generen al mismo tiempo productos de interés industrial».

Para lograr este objetivo, los socios de Green Brine apuestan por combinar distintos procedimientos técnicos que mejoren los resultados actuales. Así, Jorge García, director de tecnologías de producto y procesos de Ainia, destaca que las corrientes de agua salinizada se someterán a un proceso de filtrado que permitirá recuperar materiales celulósicos y polifenoles que pueden resultar de interés para otros sectores industriales. Del mismo modo, se implementarán celdas de combustibles con bacterias para transformar la materia orgánica restante en productos de más valor para fines energéticos.

«Los polifenoles, por ejemplo, podrían ser utilizados por la industria de la cosmética como aditivo. Por otro lado, otros elementos resultantes, como la sosa o el ácido, estarían destinados a su reutilización por parte de las empresas de encurtidos, al igual que los vectores energéticos, tanto para la maquinaria como para las calderas. De lo que se trata, al final, es de incidir en la sostenibilidad y la economía circular·», enfatiza García.

Para lograr estos objetivos, el Instituto de Tecnología Cerámica está trabajando en el desarrollo de membranas basadas en materiales arcillosos para el filtrado de la salmuera, las cuales son mucho más económicas que las que se encuentran hoy en el mercado y más resistentes que las diseñadas con materiales poliméricos.

El consorcio que ejecuta este proyecto integra la experiencia industrial en el subsector de las aceitunas y los encurtidos, por cuenta de Aceitunas Cazorla, el conocimiento de los materiales y los sistemas de procesado cerámico, por parte de ITC, así como las amplias competencias de Ainia en el funcionamiento y gestión del ciclo integral del agua y en el desarrollo de sistemas electroquímicos para el tratamiento de líquidos residuales. Si bien la iniciativa está enfocada inicialmente a este subsector, podría extrapolarse a cualquier otra actividad que produzca este tipo de residuos, como, por ejemplo, las empresas del ciclo del agua o las de lavado y reciclado de plásticos.

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