Foro Empresarial de Peralada

Jordi Mercader, presidente de la Fundación Gala Dalí: "Tenemos una administración pública del siglo XIX"

El hasta hace poco también líder del grupo papelero Miquel y Costas & Miquel, admite que a lo largo de los años han tenido hasta cinco ofertas de compra, y se decidió "poner por escrito que la empresa no se vende"

Jordi Mercader, presidente de la Fundación Gala Dalí, y Martí Saballs, director de información económica de Prensa Ibérica durante su intervencióne en la primera edición del Foro Empresarial de Peralada

Jordi Mercader, presidente de la Fundación Gala Dalí, y Martí Saballs, director de información económica de Prensa Ibérica durante su intervencióne en la primera edición del Foro Empresarial de Peralada / Josep Ribas

Natàlia Ríos

Natàlia Ríos

"Tenemos una administración pública que parece del siglo XIX. No tiene ningún sentido que con cada nuevo gobierno se cambien de arriba a abajo todos los equipos. El gran reto de país que tenemos por delante es su reforma. Es indispensable que los grupos políticos estén dispuestos a ceder parcelas de sobiranía para poder avanzar". Así de contundente se ha pronunciado Jordi Mercader, presidente de la Fundación Gala Dalí, en la primera edición del Foro Empresarial de Peralada, un evento organizado por ‘activos’, Empordà, El Periódico y Prensa Ibérica, que ha reunido a más de un centenar de empresarios, profesionales y representantes políticos del Alt Empordà para abordar la competitividad empresarial. La cita, que cuenta con el patrocinio de CaixaBank, la Generalitat de Catalunya, Castell Peralada, Neorg y Farinera Sant Lluís, se ha celebrado este lunes en el mirador del castillo de Peralada.

Mercader, que hasta hace poco era también líder del grupo papelero Miquel y Costas & Miquel, ha abierto el Foro con un dialogo con Martí Saballs, director de información económica de Prensa Ibérica. El empresario ha empezado con unas palabras de apoyo a todos los afectados en España tras el paso de la DANA. Ha recordado que el grupo papelero tiene dos plantas en la Comunidad valenciana y una en Tortosa (Cataluña), y ha subrayado que, en estos casos, "la prioridad deben ser las personas, después el entorno y finalmente los negocios. Hay que ser muy eficientes". "Tendremos tiempo para sacar conclusiones de todo lo sucedido pero hay una que es obvia: no se ha gestionado bien". 

Gracias a su dilatada trayectoria en la empresa privada y la gestión de grandes organismos públicos, Mercader ha explicado también que para poder ser competitivos las empresas deben definir con claridad su propósito, "única garantía para tener continuidad". "Hay que saber cómo encarar el futuro, establecer las estructuras que lo hagan posible y definir una base presupuestaria sólida, algo que requiere mucho tiempo", ha indicado.

Mercader -que también ha ocupado la presidencia del antiguo Instituto Nacional de Industria (INI) y de Aigües de Barcelona, y ha ejercido como vicepresidente de los consejos de administración de Repsol y La Caixa- ha asegurado que el grupo papelero ha recibido hasta cinco ofertas de compra, "desde la banca de inversión hasta alguna family office", pero su intención es clara: "No vendemos y así lo hemos puesto por escrito".

En su opinión, "convertirse en una compañía de grandes dimensiones está sobrevalorado porque a menudo el crecimiento no te garantiza la continuidad". "Hay que tener un balance potente -ha argumentado- y eso tiene que ver con el servicio que quieres ofrecer y los mercados donde puedes operar que muchas veces no se corresponde con la dimensión. Ser muy grande no garantiza ser rentable".

En la historia de Miquel y Costas, Mercader ha señalado tres momentos "muy difíciles". "El primero fue cuando tuvimos que cerrar toda una línea de negocio, que significó reducir un 50% la producción de una de nuestras fábricas; el segundo, la crisis de 2008 que superamos con la internacionalización; y, el tercero, el covid. Conseguimos mantener todas las plantas abiertas durante la pandemia y esto nos dio una oportunidad de mercado única, siempre cumpliendo con la legalidad y reduciendo los márgenes". "Si eres fiel a los valores de la compañía, la gente te lo agradece", ha afirmado.

Preguntado por las perspectivas de futuro ha asegurado: "No me gusta el mundo que nos toca vivir. No me gusta el mundo que vamos a dejar a nuestros hijos y nietos. Va a ser un mundo muy difícil". "Como sociedad debemos reflexionar sobre la prosperidad, que no quiere decir exclusivamente crecimiento. La prosperidad se puede corregir gestionando bien la fiscalidad, y vuelvo al inicio: si la gestión de la fiscalidad genera desigualdades, deberíamos repensarla".

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