«Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible». Esta frase refleja lo sucedido ayer en Riazor. El Elche salió goleado a manos de un Deportivo que se mostró muy superior de principio a fin. El equipo ilicitano quiso ser valiente en el coliseo herculino, pero no encontró la fórmula adecuada para hacer daño a un rival que juega en otra Liga. La derrota resultó dolorosa, pero de las goleadas también se aprende y Pacheta deberá hacer reflexionar a los suyos que en un terreno de juego hay que ser mucho más firmes y nunca bajar los brazos, independientemente de quién sea el rival.

Los tres goles de Carlos Fernández marcaron el devenir del encuentro en el que los franjiverdes quisieron y no pudieron. Luego llegó el cuarto del exfranjiverde Borja Valle. Los ilicitanos salieron con la cara pintada de este duelo y solo cabe pensar en el próximo encuentro de Copa ante el Córdoba, que se juega el martes (20 horas), para luego volver a medirse al líder Málaga el próximo viernes (21 horas).

La puesta en escena inicial del Elche fue buena, con Xavi Torres, Manuel Sánchez y, sobre todo Javi Flores, tratando de tú a tú al equipo gallego y buscando con descaro su área. El equipo ilicitano quiso el balón inicialmente y la idea de ser valiente promovida por Pacheta parecía que podía tener el escenario ideal. Pero esta propuesta futbolística duró poco, apenas diez minutos. El Deportivo le metió otro ritmo al encuentro y desconectó la medular franjiverde, dejando aislado a Benja, que necesita otro tipo de fútbol para rendir en función de sus características. El punta catalán no es Sory Kaba y los balones no le llegaron ya que la escuadra de Pacheta se limitaba a achicar agua ante el empuje del conjunto del preparador vasco Natxo González.

No obstante, los ilicitanos estuvieron muy ordenados en trabajos defensivos y apenas dejaron huecos a los herculinos, que jugaron en todo momento pensando que el gol iba a llegar. El poso de jugadores con experiencia en Primera División permite ver los encuentros desde esa óptica. Así sucedió, en el 37, a la salida de un córner. Una vez más el Elche no supo defender una jugada a balón parado y todo el trabajo anterior valió para poco. Ese 1-0, obra de Carlos Fernández, abrió las puertas del triunfo a los blanquiazules y dejó muy tocados a los franjiverdes.

Sin embargo, el Elche pudo empatar el encuentro antes del descanso, pero no aprovechó un error de Carles Gil. Manuel Sánchez y Xavi Torres no se entendieron y, al final, el centrocampista jde Xàbia mandó el balón arriba. Si no se aprovechan los regalos de rivales tan poderosos como el Dépor, pensar en milagros resulta ya muy complicado.

Pacheta introdujo tres cambios en su once inicial. Xavi Torres, Chuca y Benja regresaron al grupo de los elegidos en lugar de Nino, del lesionado Iván Sánchez y de Sory Kaba, que está concentrado con la selección de Guinea. Quiso ser valiente, apostó por un estilo de juego, pero no salieron bien las cosas.

Tras el descanso, el Elche intentó tener el balón y Pacheta puso en el campo a Nino por Manuel Sánchez tratando de llevar la pelota más cerca del área gallega. La idea del técnico burgalés apenas se tuvo en pie unos minutos ya que el 2-0 llegó enseguida y todo se vino abajo. Cuando el equipo estaba pensando en otras cosas, ante la falta de velocidad por las bandas de Iván Sánchez y Josan, esa segunda diana del conjunto gallego dejó el envite visto para sentencia. Si con 1-0 la empresa era complicada, aunque se trataba de ser competitivo, con el 2-0, se cerró la tienda de la ilusión.

Carlos Fernández, en una espectacular jugada personal, hacía el 2-0. Dos minutos más tarde, Fernández, de nuevo, firmaba el tercero, aprovechando un resbalón de José Juan. A partir de ahí ya no hubo partido. El Deportivo se lo pasó de maravilla, Borja hizo el cuarto y el Elche sufrió viendo que el reloj no avanzaba. El pitido final fue un alivio para los ilicitanos.