Ramón Folch Frigola (Reus, Tarragona, 4 de octubre de 1989) es el nuevo ingeniero del fútbol del Elche. Su formación académica también se refleja en su forma de jugar. Licenciado en Telecomunicaciones y de carácter «discreto, sencillo y normal», el centrocampista es la pieza que buscaba el club franjiverde para «encajar a la perfección el equilibrio y la regularidad», según le presentó ayer oficialmente el director deportivo Nico Rodríguez.

Procedente del Oviedo, en el que ha completado dos temporadas de más a menos, Ramón Folch se forjó en el Reus de su ciudad natal en Segunda B -descalificado la temporada pasada por impagos en LaLiga 1/2/3- y ha completado más de 100 partidos en la categoría de plata en las tres últimas campañas.

Para empezar con buen pie en Elche, el jugador catalán cuenta con la ventaja de tener amigos y excompañeros del Reus en el vestuario franjiverde. Folch destacó ayer que las buenas referencias que le hicieron llegar Edgar Badía y Jesús Olmo fueron determinantes para decantarse por la oferta franjiverde y descartar otras propuestas. «Me hablaron maravillas del club, la ciudad y la afición y estoy muy contento, así como con la confianza que me demostró desde el primer momento [el director deportivo] Nico Rodríguez», indicó el jugador de 29 años.

Centrocampista de buen toque y notable capacidad para interpretar el juego, su afán de superación se forjó muy pronto cuando a los 12 años superó una rotura de tibia y peroné por la que le recomendaron que dejara el deporte. Pero no se rindió. Siguió creciendo y perseveró hasta debutar en 2013 con el Reus en Segunda B. Antes también pasó por el Vilafranca, Cambrils, Amposta y Conquense. En su entorno familiar el deporte es una constante y su padre y tocayo, que le acompaña por los campos de España, fue entrenador de baloncesto.

La regularidad es otra de las mayores virtudes de este mediocentro, llamado a marcar el «tempo» del nuevo Elche, en asociación y competencia a la vez con Manu Sánchez, Mfulu y Gonzalo Villar tras las salidas de Javi Flores y Karim Azamoum.

«Pacheta me pide que apoye a los centrales para dar una salida limpia al balón en el inicio de la jugada», explicó el jugador. «Mi trabajo consiste en dar equilibrio, pocos toques y velocidad al juego del equipo», precisó. El futbolista catalán asegura que se siente cómodo en esa posición de pivote por delante de los centrales, al igual que de interior derecho en el esquema del rombo. Es polivalente en la zona de creación.

Por lo pronto ya se ha estrenado como goleador franjiverde al conseguir el segundo de los goles de la victoria en el primer amistoso el pasado viernes en Torrellano frente al Athletic (0-3). «Ahora tengo que adaptarme a los nuevos compañeros y asimilar tácticamente lo que pide el entrenador para asumir en estos primeros partidos la idea de ganar, ganar y ganar», comentó. «Las piernas están cansadas y tenemos que coger ritmo y trabajar en los partidos y entrenamientos para ver cómo llegamos al primer encuentro de Liga».

Casado con una periodista y padre de un hijo, Folch intentará dar continuidad en el Elche a su notable primera temporada en el Oviedo, la 2017-18, en la que fue un pilar del equipo entrenado entonces por Juan Antonio Anquela, con el que jugó casi todo: 41 partidos y todos de titular.

No le fueron tan bien las cosas en la segunda campaña en el Tartiere, puesto que dejó de contar con regularidad para el relevo de Anquela, Sergio Egea. Aunque renovó por tres años con el Oviedo, hasta 2021, finalmente negoció su salida rumbo a Elche. «Llevábamos dos años muy contentos el club y yo, pero acordamos una salida», explicó ayer. «Nos vino bien a ambas partes. Estoy muy ilusionado con estar en el Elche. Con ganas de que empiece la Liga y responder con trabajo a la confianza depositada en mí».