László Kubala, Ladislao al españolizarlo después de una amplia carrera en España, aparece en los libros de historia del Elche como entrenador en la temporada 1988/89. Sin embargo, ocupo ese cargo dos décadas antes, aunque sólo durante unas semanas. Fue en el verano de 1965, cuando Martínez Valero realizó uno de sus habituales golpes de efecto para convencer a un mito del fútbol mundial de hacerse cargo del Elche.

Kubala llevaba ya unos años entre los banquillos y los terrenos de juego en Barcelona, primero en el Barça y luego en el Espanyol, colgando y descolgando las botas. En la 1964/65 había dirigido a los «periquitos», en una temporada un tanto abrupta, que acabó con una eliminación copera frente al Sporting tras dos partidos de desempate, en el que no se sentó en el banquillo en el último.

Por su parte, el Elche estaba en mitad de su etapa dorada, la década de los 60 en que compitió siempre en Primera. La campaña anterior la había iniciado como técnico Rosendo Hernández, pero la terminó el brasileño Martim Francisco, que no renovó. Martínez Valero quiso dar un golpe mediático a la situación y contactó con Kubala, a quien acabó convenciendo para hacerse cargo del proyecto franjiverde.

El 2 de agosto de 1965, Kubala fue presentado con galones de estrella en Altabix, como atestigua el titular del Diario Información del día siguiente, que calificó el acto como «festival». Allí ocurrió de todo e incluso hubo quien anunció que el hispano-húngaro se había arrepentido a última hora y no llegaría a tierras ilicitanas. Kubala llegó, firmó y realizó el primer entrenamiento, un tanto abrumado al ver las gradas repletas de seguidores franjiverdes que querían ver con sus propios ojos su aterrizaje en la ciudad de las palmeras.

En su primera sesión, tanto Kubala como Martínez Valero se dirigieron a los allí presentes. El presidente aseguró que el fantasma del descenso quedaría atrás y que la siguiente sería una gran temporada para el Elche. Kubala, parco en palabras, ofreció amistad y cariño a sus futbolistas, entre quienes Miguel Quirant realizó, como capitán, de maestro de ceremonias para presentarlo ante los Marcial, Lico, Romero, Vavá, Lezcano, Llompart y compañía. Un auténtico plantillón.

La pretemporada sirvió a Kubala para conocer a sus futbolistas y para, desde el primer día, inculcar un tipo de juego basado en el control del balón y el movimiento del mismo a ras de suelo. Pedía precisión, técnica y balón abajo. La locura por Kubala fue tal durante aquel verano que era habitual ver las gradas de Altabix llenas en los entrenamientos por trabajadores que acudían al estadio al concluir su jornada laboral en las fábricas.

El Festa d'Elx, en formato triangular, fue la gran prueba de fuego del Elche de Kubala en aquella pretemporada. Se especuló incluso con que el entrenador se calzara las botas para jugar con la franja verde, algo que finalmente no ocurriría. En el primer choque, los ilicitanos vencieron al Os Belenenses portugués por 2-0, con goles de Romero y Lezcano. El primer once de Kubala lo formaron: Pazos, Chancho, Iborra, Quirant, Lima, Forneris, Vavá, Marcial, Lezcano, Romero y Villapún. Llompart también tuvo minutos, supliendo a Quirant. El Elche transmitió buenas sensaciones por su juego alegre y vistoso.

Tres días después, el Elche de Kubala levantó su trofeo al ganar en el último partido al Athletic por 2-1, gracias a un excelente primer tiempo en el que marcaron Villapún y Mir, sabiendo sobreponerse a las ausencias de Iborra y Forneris y las ofensivas de los «leones» en el segundo tiempo. Kubala alineó a Pazos, Chancho, Llompart, Quirant, González Lima, Lezcano, Mir, Marcial, Vavá, Romero y Villapún, con minutos también para Canós y Araujo.

El 1 de septiembre de 1965, a cuatro días de debutar en Liga frente al Córdoba, la bomba mediática estalló en Altabix. Kubala presentó su dimisión, alegando motivos familiares y renunciando al mes de sueldo que le hubiera correspondido, y el Elche tuvo que reaccionar con rapidez (y acierto) para contratar a Otto Bumbel, que ya había estado en la entidad durante la 1962/63, haciendo reaccionar al equipo de un mal inicio liguero. La llegada del brasileño fue repentina, pero los resultados acompañaron y el Elche realizó una gran temporada, acabando en sexta posición.

Así terminó el capítulo 1 de Kubala en el Elche. Sólo unos meses después ejerció de entrenador-jugador en Suiza (Zúrich) y su retirada definitiva de los terrenos de juego se produjo en Canadá, con los Toronto Falcons. Entonces desarrolló una longeva carrera como entrenador en la que fue seleccionador español entre 1969 y 1980. Pasó por diversos clubes y, en 1988, su camino y el del club franjiverde volvieron a cruzarse. Sin embargo, la historia entre el Elche y Kubala seguía predestinada a finales infelices. El técnico llegó en la jornada 11 para suplir a Felipe Mesones y se marchó en la 26, con sólo dos victorias y el descenso a Segunda ya cantado.