La directora general del Elche, Patricia Rodríguez, se está planteando seriamente la posibilidad de dejar el club ilicitano, a pesar de que tiene cuatro años de contrato. La ejecutiva vasca ha visto como el proyecto que le presentó José Sepulcre y por el que apostó para desplazarse a tierras ilicitanas ha cambiado de forma drástica en apenas seis meses y el club está ahora en mano de un nuevo dueño.

Patricia Rodríguez está haciendo durante los últimos días jornadas maratonianas junto al nuevo propietario, Christian Bragarnik, y Ricardo Pini, abogado y socio del inversor argentino, para ponerlos al días de toda la actualidad económica y diaria que acarrea la entidad franjiverde. El pasado miércoles estuvieron hasta las once de la noche trabajando.

En principio, Bragarnik no le ha planteado nada sobre su futuro o sobre si tiene la intención de poner una persona nueva al frente del área financiera de Elche. La idea inicial es mantener una línea de continuidad, al igual que con la comisión deportiva, que dirige Nico Rodríguez, y que también llegó de la mano de Sepulcre para ser una pieza fundamental en otro pilar clave del club como es el deportivo.

Plan estratégico a cuatro años

Patricia Rodríguez llegó a la entidad frajiverde en el mes de junio con la misión de diseñar un plan estratégico a cuatro años. En sus primeros meses está centranda su trabajo en rentabilizar al máximo los gastos, en ordenar todos los temas económicos, que no son pocos, y en tratar de cumplir el convenio de acreedores y los acuerdos con la Agencia Tributaria para que la entidad dejase atrás el lastre de la última década y, a su vez, se conviertiera en un club saneado que vaya hacia adelante con recursos propios.

La directora general del Elche siempre ha visto el club ilicitano con un potencial tremendo y estaba muy ilusionada con el trabajo que había iniciado, a pesar de que estaba comenzando a tener a algunos detractores por las decisiones drásticas que ha tenido que llevar a cabo como han sido algunos despidos y otras formas de funcionar a nivel interno.

Ahora, con el cambio que se ha producido, el proyecto ya no es el mismo y, al igual que piensan un buen número de aficionados, genera dudas porque se trata de una etapa nueva con un inversor argentino.

La ejecutiva vasca, que este mismo año ha sido elegida en el puesto número 70 entre las mujeres más influyentes de España, no quiere apresurarse a aclarar si va a continuar. «Puede que sí o puede que no» se limita a decir, pero lo cierto es que se está planteando la posibilidad de marcharse.

Con la llegada de un nuevo dueños, es normal que quiera poner gente de su confianza y si quiere prescindir de ella, tendría que negociar el contrato de cuatro años que tiene firmado, con tres asegurados y uno prorrogable.

Sin embargo, si es Patricia Rodríguez la que decide marcharse, la negociación cambiaría.

Un proyecto que le ilusionaba

La directora general del Elche apostó muy fuerte por el club ilicitana. Donostiarra de nacimiento, tenía la posibilidad de trabajar en Madrid, pero el proyecto a cuatro años que le presentó Sepulcre, con la posibilidad de revitalizar un club con muchas posibilidades, le atrajo de forma ilusionante. Por eso, ahora, con el rumbo diferente que ha tomado, la motivación ya no es la misma.

Patricia Rodríguez fue la primera ejecutiva en un equipo de Primera División. Desempeñó las funciones de gerente en el Éibar hasta 2019, durante la etapa en la que el conjunto armero alcanzó las mayores cotas de su historia. Posteriormente también formó parte del consejo asesor del San Sebastián Gipuzkoa Basket,club de baloncesto masculino de la ACB española.

Su experiencia en gestión de entidades deportivas le avalan. Además, tiene una buena relación con LaLiga, por lo que en caso de decidir marcharse o si el nuevo dueño del Elche prescinde de los servicios no tendría dificultad en encontrar un nuevo puesto de trabajo.