El Elche afronta una apretada agenda de trabajo en esta recta final del año, en la que se codea con los mejores en la Liga. Antes de irse de vacaciones de Navidad el domingo 22, el conjunto ilicitano ya se ha quedado sin días libres, puesto que tiene que disputar tres partidos en menos de una semana: dos de Liga -ante Las Palmas mañana (18.00) y en Albacete el sábado 21 (16.00)- y uno de la Copa del Rey, el próximo martes (20.30) en Segovia ante la Gimnástica de Tercera División.
Ante esta sobrecarga de esfuerzo en los entrenamientos y las dos competiciones, palo y zahanoria por parte del entrenador José Rojo, Pacheta: trabajo y recompensa para un vestuario que vive «grandes sensaciones», según reconoce el técnico, tras encadenar seis jornadas sin perder y situarse a dos puntos de la promoción de ascenso y a 10 de la zona de peligro. Pacheta planea premiar a la plantilla con un día más de las codiciadas vacaciones de Pascua si consigue buenos resultados en estos tres últimos partidos de 2019.
Inicialmente, el Elche volverá al trabajo el domingo 29 por la tarde para preparar el primer compromiso de 2020, el sábado 4 de enero (20.00) en el Martínez Valero ante el Huesca, en el primer partido de la segunda vuelta, que tiene un calendario asimétrico. Ahora bien, si los resultados acompañan ante Las Palmas, Gimnástica y Albacete, el regreso a los entrenamientos se aplazará 24 horas hasta la tarde del lunes 30 en la víspera de Nochevieja.
El calendario se aprieta y el Elche arrastra un considerable volumen de trabajo desde que regresara a primera hora del pasado lunes de Cádiz, donde la noche anterior arrancó un meritorio empate (0-0) ante el líder de LaLiga Smartbank. Los jugadores y el cuerpo técnico descansaron ese día 9 y ya no volverán a hacerlo hasta el domingo 22 para completar casi dos semanas ininterrumpidas de entrenamientos, viajes y competición.
Con el conjunto franjiverde en el mejor momento de juego y resultados de la temporada, que le mantiene en el séptimo lugar de la tabla, los dos próximos rivales en Liga son los que le siguen en la tabla -igualados a 28 puntos con Las Palmas y uno más que el Albacete, noveno-, por lo que ambos duelos pueden ser determinantes para fijar las metas y la ambición del equipo ilicitano a corto plazo.
«Si nos seguimos alejando del descenso, no será necesario mantener ese objetivo [de la permanencia], pero vuelvo a repetir que esta categoría es muy jodida y peligrosa y cuando cambias el objetivo, no lo sujetas», recalcó el jueves Pacheta con su proverbial cautela, de la que raramente se aparta. «Será difícil sacarme de este raíl, pero ojalá podamos cambiar de objetivo, aunque todavía no damos muestras de eso porque entrenamos cada día como animales y vamos a seguir así».
En todo caso, y hasta la apertura del mercado invernal en enero, el técnico burgalés tendrá que encarar este intenso tramo final del año con un jugador menos por la lesión en la fascia plantar del delantero Claudio Medina, que estará unos dos meses de baja. Pacheta se queda con 19 jugadores de la primera plantilla, pero no mira con ansiedad a la nueva ventana de fichajes porque prefiere mantener la actual cohesión del vestuario: «No me obsesionan los refuerzos, sino los tres o cuatro que juegan poco y se pueden querer marchar o que venga un equipo y nos fiche a dos o tres. Tenemos muy buena salud de vestuario y cuando vamos bien es preferible que siga la paz, tocar no es fácil». Con todo, el técnico admite que la del ariete -máxime tras la lesión de Medina- y el centro de la defensa son dos posiciones a reforzar por el escaso número de especialistas en ambas en el equipo.
