La afición del Elche respondió ayer como no lo había hecho en toda la presente temporada. El estadio Martínez Valero registró la mejor asistencia de público de la presente Liga con cerca de 11.000 seguidores (10.772). El club y la Federación Peñas, junto a los componentes de la «Grada de Animación», organizaron una jornada solidaria en la que los aficionados se volcaron donando juguetes y alimentos para los más necesitados, que serán repartidos a través de entidades benéficas como Cáritas y Dya.

Desde primera hora de la tarde, las inmediaciones del coliseo ilicitano se llenó de jóvenes y mayores quienes tras hacer sus donaciones también podían disfrutar de hinchables y diferentes juegos. La entidad franjiverde también repartió el póster oficial del equipo de la presente temporada.

Conforme fue llegando la hora del encuentro el ambiente fue creciendo. A la llegada del autocar de los futbolistas, los seguidores comenzaron con sus cánticos y ánimos. Algunos jugadores como el portero suplente San Román también quiso unirse y colaboró con las donaciones.

Las gradas del estadio se llenaron de colorido. El «Aromas Ilicitanos» se entonó con más ilusión que nunca. Tras los dos primeros goles de Fidel y de Josan los ánimos fueron creciendo y todos soñaban con una victoria que hubiera permitido al Elche situarse en la plazas de promoción de ascenso a Primera División.

Pero el partido se fue torciendo y se podía palpar la preocupación porque Las Palmas estaba jugando mejor. Aún así, con Edgar Badia, que el jugador más aplaudido y coreado, en plan salvador todo era posible. Cuando el árbitro decretó el descanso hubo una gran ovación.

Ayuda en los peores momentos

En la segunda parte tocaba sufrir. La afición franjiverde supo leer la situación e intentó ayudar desde la grada cuando peor lo estaba pasando el equipo.

Los goles de los canarios fueron llegando y tras el 2-3 muchos seguidores se resignaron y optaron por abandonar el estadio. Otros mostraban su cara de preocupación y se desánimo al ver que se había escapado una gran oportunidad para seguir soñando.

Al final, la fiesta terminó en tristeza y el sueño se convirtió en desilusión. Dice la tradición histórica que cada vez que se monta alguna fiesta en el estadio Martínez Valero para la afición el resultado pocas veces suele acompañar. Y ayer se repitió.

A pesar de la rabia, los seguidores que aguantaron estoicamente en su butaca hasta el final del encuentro, no dudaron en aplaudir a sus futbolistas al final del choque agradeciendo el esfuerzo, aunque el resultado no había sido el esperado.

La afición del Elche está acostumbrada a recibir golpes y levantarse, sobre todo en los últimos años. La derrota fue un mazazo, pero muchos ya están comenzando a planificar el desplazamiento del próximo sábado a Albacete para estar junto a su equipo en el estadio Carlos Belmonte , en el último partido del año 2019.

Fue un tropiezo, pero todavía queda mucha Liga por delante y el conjunto de Pacheta no va a bajar los brazos ni se va a rendir, porque nunca lo ha hecho y seguro que va a volver a ilusionar a sus seguidores consiguiendo resultados positivos muy pronto.