El 3 de diciembre, Christian Bragarnik adquirió la mayoría accionarial del Elche. En los 58 días que han pasado desde entonces, el nuevo dueño de la entidad franjiverde aún no ha expuesto su proyecto de una manera pública y notoria. La representación franjiverde, sea para un tema u otro, recae en la figura del entrenador. Pacheta ejerce ante prensa y afición de técnico, director deportivo, presidente y propietario, aunque sólo cobre por lo primero y, obviamente, sea la única área que controla al 100%. Gonzalo Villar, Sepulcre, Maradona, Dani Escriche, el VAR, la Copa, el Festa d'Elx... Todos los temas de actualidad pasan por su voz.

No es de extrañar que todo este ajetreo extra suponga una capacidad de desgaste innecesaria para el preparador. Y así lo reconoce, a las puertas del cierre del mercado invernal. Ya se ha hecho a la idea de no ver mejorada, al menos nombre por nombre, su plantilla. Pero defiende a capa y espada a los que sigan luciendo la franja verde en el pecho. «Cada vez estoy más cómodo con esta plantilla y veo muchas alternativas. Creo que en estos dos años nos hemos ganado el creer en nosotros», asevera con convencimiento.

Para Pacheta, el cariño y la sintonía con directivos y propietarios es fundamental y es un aspecto que ha resaltado desde el primer día que aterrizó en Elche. Con Bragarnik la sintonía no es mala, pero tampoco total. «Tengo la sensación de respeto. Así se me transmite. El cariño es otra cosa. Siento el respeto y eso es muy importante para el entrenador. Que la propiedad o la dirección deportiva salga en rueda de prensa es decisión suya», reconoce.

Con los movimientos realizados antes de la contratación de Víctor Rodríguez, la sensación era que el Elche de febrero iba a ser más débil que el de enero. Pacheta lo desmentía antes incluso de contar con el medio: «A medida que pasa el tiempo me doy cuenta que este equipo es capaz de reponerse a todo lo que le pasa. Yo soy optimista y creo que vamos a ir a mejor. Tengo todas las posiciones cubiertas. Si tiene que jugar Nacho Pastor, jugará. Igual con Jony, César y Mourad. Si tiran la puerta abajo, jugarán. No creo que estemos cojos en ningún lado».

¿Qué ha podido cambiar en tan poco tiempo para convencer a un Pacheta que solicitaba refuerzos hace unas semanas y ahora se contenta con lo que tiene? «Jugadores con los que tenía dudas porque podían estar más verdes tengo la sensación que están creciendo mucho en pocos días», asegura. Parece dispuesto a apostar por dar minutos a canteranos, aunque los principales señalados por el entrenador parecen ser futbolistas como Mfulu, Pere Milla o Andoni López. Los dos primeros tendrán un test serio frente al Málaga, en el que serán titulares. El africano debe hacer olvidar a Gonzalo Villar, cambiando matices en el modelo pero sin renunciar a él, y el catalán debe dar el paso adelante que lleva anunciando en las últimas semanas, en las que ha marcado varios goles importantes.

Al Elche le quedan 14 puntos para cumplir el objetivo. «El jugador se ve arriba y cómo no le va a gustar, pero para eso está el míster con el palo. Los halagos y las críticas te generan ser algo que no eres», afirma Pacheta. El equipo solo piensa en los 50 puntos. A partir de ahí, a soñar. Y en la relación propietario-entrenador, a transformar el respeto en cariño.

Óscar Gil y Cifu, dos carrileros con vidas paralelas

Los laterales diestros de Elche y Málaga pasaron por la cantera franjiverde y viven un momento de forma muy dulce

Óscar Gil y Cifu comparten posición en el lateral derecho y, por lo tanto, tienen difícil verse las caras demasiadas veces este sábado en el Martínez Valero, salvo locura táctica. Sin embargo, frente a frente, cuando se saluden en el protocolario pasamanos previo al duelo, se cruzarán dos vidas con bastantes similitudes.

Ambos pasaron por la cantera franjiverde y llegaron al primer equipo, por vías diferentes. Cifu lo hizo el año del descenso administrativo, tras un notable curso cedido en el Girona y haber vivido la fiesta de un ascenso con el Ilicitano. Su progresión le permitió hacer las maletas ante la buena oferta del Málaga, que militaba en Primera División, tras haber disputado solo 17 partidos con el primer equipo del Elche.

En la Costa del Sol le ha costado ganarse el puesto (dos cesiones incluidas), pero actualmente es un fijo. Volver a Elche siempre es especial para él.

A Óscar Gil también le llegó la confianza por contingencias económicas. Los franjiverdes no tenían margen para fichar en verano y Pacheta decidió jugársela con un joven que ha sentado a Tekio en el banquillo y que incluso brilló la semana pasada en el lateral opuesto contra el Athletic. En pleno proceso de renovación, en el Martínez Valero esperan que no siga el camino de Cifu.