El apoyo del Elche a las posturas de LaLiga como de la Federación Española de Fútbol de intentar acabar las competiciones tiene un componente, además de deportivo porque el conjunto franjiverde está situado en puestos de promoción de ascenso, principalmente económico.

El club ilicitano como la mayoría de los equipos, sobre todo del fútbol profesional, vería afectadas seriamente sus finanzas y su presupuesto tendría un desajuste importante. Los ingresos podrían verse reducidos hasta en más de dos millones de euros.

El presupuesto de la entidad franjiverde para esta temporada es de 8.963.000 euros, de los que mayoría de los ingresos, más de siete millones, proceden de los derechos televisivos. En el caso de no poder reanudar la competición, el Elche perdería la parte proporcional de los partidos que restan, a los que habría que añadir las cantidades extras que pudiera obtener en caso de disputar la promoción de ascenso. Por este concepto, el club podría perder más 1.800.000 euros.

A esos ingresos habría que unir los derivados de las taquillas. El equipo de Pacheta se encontraba hasta el parón por el coronavirus en su mejor momento y, si no se llega a parar la competición, en el siguiente encuentro frente al Extremadura se esperaba la mejor asistencia de público de la temporada. El club tenía preparadas una serie de iniciativas para animar a los aficionados. Además, los seguidores del Elche siempre han respondido de forma masiva cada vez que su equipo ha estado en condiciones de luchar por ascenso, por lo que la afluencia de público sería masiva, con lo que significaría también a nivel económico.

La media de taquillas en Segunda División es de unos 20.000 euros. Contando que restan todavía seis encuentros como local, los ingresos serían de más de 100.000 euros. Y si a eso le añadimos el posible «play-off» podrían superar con creces los 300.000.

El tercer concepto importante de recaudación son los patrocinadores y palcos privados. Este año, la entidad han cerrado contratos por encima del millón de euros. La mayoría ya están, aunque quedan todavía dinero por recibir, que se iría al limbo en caso de paralizarse la competición.

Otra de las cuestiones que preguntan los aficionados es qué pasaría con los abonos y si se devolvería la parte proporcional de los partidos que faltan. En la campaña de abonos no había ninguna cláusula que estipulase esta condición porque nadie podía imaginar lo que está ocurriendo.

Por todos estos problemas que podrían afectar en caso de no poder terminar la temporada, LaLiga estima en más de 800 millones lo que perderían las entidades de Primera y Segunda, tanto la Patronal de clubes, como la Federación y, por ende, los propios equipos están dispuestos a acabar la competición, aunque se reanude a finales de mayo, haya que jugar dos partidos por semana, incluso aceptarían poder alargarla hasta finales de junio o principios de julio.