Los futbolistas del Elche realizaron ayer sábado su segundo entrenamiento en su vuelta a la «normalidad» y hoy domingo disfrutarán de la habitual jornada de descanso semanal en la que, por un día, intentarán olvidar y desconectar del fútbol.
Los jugadores franjiverdes han recuperado la ilusión después de volver a pisar el césped del estadio Martínez Valero y poder entrar en contacto con el balón. Ayer realizaron disparos a portería, lo que le permitió recuperar sensaciones en medio de la extrañeza que significa ejercitarse de forma individualizada, aislados y sin poder abrazar y disfrutar con los compañeros.
Pero, por lo menos, la plantilla ya ve luz después de dos duros meses en los que han atravesado un difícil túnel enmedio de una oscuridad repleta de obstáculos.
Nadie podía imaginar lo que iba a venir después de la gran victoria del pasado 8 de mayo en Vallecas que permitió al equipo de Pacheta afianzarse en la sexta posición de la clasificación, que da derecho a disputar el «play-off» de ascenso, con cuatro puntos de ventaja sobre el séptimo clasificado.
La suspensión de todo el fútbol por la pandemia del coronavirus causó primero incertidumbre por que era algo inédito que no se sabía qué consecuencias podía tener y el tiempo que iba a durar. Pero los futbolistas del Elche se dieron cuenta realmente de la seriedad del caso cuando el 15 de marzo se confirmó el positivo del delantero brasileño Jonathas de Jesús. Esa situación provocó que las alarmas saltaran y obligó a todos los jugadores, cuerpo técnico, auxiliares y empleados del club a permanecer durante 15 días en cuarentena, sin poder salir de casa ni siquiera para comprar alimentos y con el riesgo de contagio a sus familiares. Algunos, como Fidel Chaves, lo tuvieron que vivir en solitario sin estar junto a su mujer, que había dado a luz semanas antes a su segundo hijo.
Por si fuera poco, días después de que la directora general de la entidad franjiverde, Patricia Rodríguez, anunciara que los pagos de lo que restaba de temporada estaban asegurados, el 9 de abril el club anunciaba un Expediente Temporal de Regulación de Empleo (ERTE), que llevaba a un buen número de empleados dejaran de trabajar y el resto, en el que se incluía los jugadores, tuvieran una reducción del 70%, dejando un 30% para que pudieran ejercitarse en casa durante hora y media para intentar mantener la forma.
A pesar de que la decisión enfadó bastante a la plantilla, los jugadores del Elche han mostrado en todo momento su profesionalidad, y han cumplido con el plan de trabajo adaptado a la situación del cuerpo técnico.
Tras dos meses de ejercicios en casa, de hacer peripecias para intentar mantener la forma y de estar disponible siempre para cualquier acto telemático que dispusiera el club, sin faltar el contacto con la afición y las felicitaciones a través de videollamadas telefónicas a los niños, el pasado viernes los futbolistas franjiverdes comenzaron a ver como los primeros rayos de luz se habrían paso entre los negros nubarrones que habían poblado el cielo de esta tormenta llamada Covid-19.
Reencuentros sin saludos
Aunque no pudieran saludarse, tener que ir con mascarillas y guantes, encontrarse de nuevo con los compañeros, miembros del cuerpo técnico, auxiliares y algunos empleados ha provocado una sonrisa y un rebrote de la ilusión en un equipo que en las últimas temporadas ha destacado por el gran ambiente existente dentro del vestuario.
Oler a césped, ver las porterías, chutar el balón o volver a sudar al aire libre ha sido un chute de nueva energía para un Elche que llegó al parón por la pandemia como uno de los equipos revelación de Segunda División y que veía que el sueño del ascenso tenían argumentos suficientes para poder convertirse en posibilidad. Tras el descanso de hoy domingo, el sol volverá a brillar mañana lunes y los futbolistas franjiverdes regresarán al trabajo cargados de ilusión.
