La directora general del Elche, Patricia Rodríguez, intentó durante todo el día de ayer defender públicamente la postura inicial del club y se mostró ayer «sorprendida» por la decisión de la plantilla de no acudir a entrenar.
La ejecutiva vasca no entendía la respuesta de los futbolistas después de haberle pasado una propuesta y dijo que «las cosas se solucionan hablando» y que había una propuesta de la entidad, como había solicitado la plantilla, y, sin embargo, la opción de los jugadores había sido no entrenar.
La intención de Patricia Rodríguez erar salvaguardar la economía del club y su intención era sacar a la plantilla del ERTE más adelante, una vez que «la carga de trabajo fuera mayor» y se fuese acercando la reanudación de la competición. Incluso, la directora general llegó a defender la situación actual de la sociedad y señaló que «no debemos olvidar que estamos en una situación excepcional y estamos viviendo una pandemia que nos afecta a todos, incluido el fútbol. Como nosotros hay muchas personas más que están en un ERTE y en situaciones más complejas».
Sin embargo, la posición de fuerza de los futbolistas, la presión de Pacheta y la decisión del máximo accionista Christian Bragarnik adelantaron los acontecimientos, a pesar de la carga económica que puede suponer para el club.