El Elche mostró algunos indicios de mejoría en Ponferrada, sobre todo a la hora de controlar el balón y manejar el partido. Pero resultó insuficiente para puntuar frente a una Ponferradina que tuvo más mordiente ofensiva y que supo golpear en los momentos claves cuando parecía que el partido se podía poner de cara para los ilicitanos.
Los franjiverdes volvieron a desaprovechar un buena oportunidad de asentarse en los puestos de «play-off» de ascenso y, al igual que el pasado viernes contra el Extremadura, se pusieron por delante en el marcador. Sin embargo, los bercianos le asestaron dos golpes en momentos claves del encuentro: uno cinco minutos después del 0-1 de Nino y otro cuando parecía que el Elche podía llevar el encuentro a su terreno, que resultaron mortales.
El conjunto franjiverde solo ha sumado un punto de seis posibles en la reanudación de la competición y se ha quedado sin el margen de cuatro que tenía con el séptimo clasificado. Una situación que, sin ser alarmante, sí que resulta preocupante, sobre todo viendo las carencias a la hora de generar ocasiones en ataque. Al igual que sucedió frente a los extremeños, el equipo de Pacheta apenas disparó una vez a puerta en todo el encuentro y curiosamente también fue el gol que le adelantaba en el marcador. Así es complicado alcanzar el sueño de luchar por el ascenso.
El técnico del Elche se dejó a un lado las pruebas y el cambio de sistema y apostó por Nuke Mfulu en el lateral derecho ante las bajas de Óscar Gil, por sanción, y de Tekio, por lesión. El franco-congoleño no desentonó, pero le costó adaptarse a esa posición, principalmente en el primer tiempo en el que pasó algunos problemas defensivos y se decidió a guardar el sitio y a tapar a Javi Navarro. En la segunda parte se animó un poco más a subir la banda, algo que el equipo agradeció.
La presencia de Iván Sánchez como organizador y de Nino y Fidel le dio a los ilicitanos más dominio de la pelota y poder asociarse con Pere Milla y con Escriche. Manuel Sánchez actuó de pivote defensivo en lugar de Ramón Folch y cumplió, a pesar de algunos excesos innecesarios que lo pusieron al borde de la expulsión. El quinto cambio fue Dani Calvo en el centro de la defensa junto a Gonzalo Verdú.
El Elche comenzó con un brío distinto al del choque ante el Extremadura. Daba síntomas de empezar al equipo de antes del parón. Pero también daba la impresión de que la Ponferradina tenía el partido donde quería, dándole el balón y intentado sorprender a través de una presión alta y un juego directo.
Excepto el susto del inicio del choque (m.2) en el que Edgar Badia se tuvo que emplear a fondo en un remate de Katxo, los porteros eran meros espectadores y el intercambio de golpes dejaban el resultado del combate prácticamente nulo.
Un final de primer tiempo loco
El encuentro comenzó a alborotarse a las postrimerías del primer tiempo. Tras un robo de pelota de Fidel, la pelota le llegó a Juan Cruz, quien en una de sus clásicas subidas por la banda puso un balón medido a Nino y el capitán hizo lo mejor sabe: empalmar de primeras al fondo de la red (0-1 m.41). A la primera ocasión el Elche mandó el balón a la jaula y se puso por delante en el marcador.
Cuando parecía que los franjiverdes iban a llegar al descanso con ventaja, un error a la hora de defender un centro de falta al área permitió a Russo, que le ganó el salto y la posición tanto a Gonzalo Verdú como a Juan Cruz, establecer la igualada. Un golpe duro que ahogó a los ilicitanos y dio mucho aire a los bercianos, que estaban viendo como el partido se les había complicado.
En el inicio de la segunda parte, el juego siguió por los mismos derroteros. Un Elche que tenía la posesión y una Ponferradina que se defendía con orden y sin agobios.
Dani Calvo anotó el 1-2, pero la jugada fue invalidada por un claro fuera de juego. Los Jon Pérez Bolo se acercaron dos veces a las inmediaciones de Edgar Badia, en una jugada de Javi Navarro a la que se cruzó con acierto Gonzalo Verdú y en un remate de cabeza de Kaxo solo en el área pequeña. Los franjiverdes dominaban y tenían el balón, pero solo un centro de Mfulu puso en algunos aprietos a René.
Pacheta decidió que había que controlar más el centro del campo y buscar el desequilibrio por la derecha de Iván Sánchez y dio entrada a Ramón Folch por Nino. Pero todas sus buenas intenciones saltaron por los aires un minuto después cuando Pablo Valcarce anotó el 2-1 tras aprovechar un rechace a un disparo de él mismo que había salvado primero Edgar Badia.
Ahí acabaron las ilusiones del Elche de intentar conseguir un resultado positivo y la recta final del encuentro fue un auténtico despropósito. Jonathas, con molestias en el tobillo, no viajó y en el banquillo quedaba poca cosa y encima los hombres de ataque como Escriche y Pere Milla estaban ya fundidos.
La alternativa fue intentar el desequilibrio de Josan en la banda derecha. El crevillentino salió por Manuel Sánchez y Ramón Folch e Iván Sánchez fueron los mediocentros, pero el extremo no entró nunca en el partido. Claudio Medina ocupó el puesto de Escriche, pero el delantero leonés tampoco apareció.
Los bercianos se sentían muy cómodos a la hora de defender, aunque con la incertidumbre de la ventaja mínima del marcador.
Con el partido perdido y a la desperada, a Pacheta le dio un arrebato y desdibujó totalmente el equipo de una forma muy rara en busca de un golpe de fortuna. Sacó a Josema por Iván Sánchez y a Andoni por Fidel, pasando a jugar con una defensa de tres: Mfulu, Calvo y Josema y situó a Gonzalo Verdú de delantero centro a lo Alexanco cuando tenía al canterano Mourad en el banquillo. Los últimos minutos fueron un auténtico despropósito y se vio a un equipo preocupante.
Al final, derrota y los perseguidores cada vez más cerca. Este Elche no termina de arrancar y el viernes llega al Martínez Valero un miura como es el Girona.
