n Dos mil seiscientos cincuenta y cuatro días pasaron entre el 18 de mayo de 2013 y el 23 de agosto de 2020. Dos fechas marcadas en la historia del Elche con un denominador común: Fidel Chaves. El futbolista onubense ha vivido sobre el césped los dos últimos ascensos de la entidad a Primera División, un hito que le hace entrar en un club muy selecto, el de jugadores capaces de subir a la élite en dos ocasiones con la entidad ilicitana.
Hasta el pasado domingo, únicamente Miguel Recio y Boria sabían lo que es vivir como protagonistas principales dos ascensos a Primera con el Elche. Ambos lo hicieron, como compañeros, en la década de los 80. El guardameta y el delantero formaban parte del club ilicitano tanto en la 1983/1984 como en la 1987/1988, campañas en las que el Elche alcanzó la élite.
Los dos ascensos de Fidel guardan pocas similitudes, aunque él fue una pieza importante en ambos. Especialmente en este último, ya que ha sido el máximo goleador de la temporada (9 goles en Liga) y un notable asistente, con su mejor pase de gol el día clave, ya que suyo fue el centro que Pere Milla remató al fondo de la red en Montilivi.
Ahí se detienen las diferencias, incluso para el propio Fidel, que en siete años ha vivido, lógicamente, una mutación como jugador. Sin la chispa de la juventud que le hacía ser un extremo desequilibrante, este año se ha visto un Fidel más maduro, más participante en la elaboración de luego y más decisivo a balón parado, sobre todo desde el punto de penalti, donde ha sido un seguro de vida. En su día tuvo un buen maestro en Edu Albacar.
La trayectoria del equipo también ha sido muy diferente en ambos ascensos. Si en la 2012/2013 Fidel formó parte del recordado como Elche de los récords que fue líder desde la primera hasta la última jornada y subió con semanas de antelación a la conclusión del campeonato, en esta ocasión la gloria ha llegado tras derramar sangre, sudor y lágrimas, en un curso que ha durado más de un año, aprendiendo a convivir con la covid-19 y con dos finales agonizantes, primero el de la liga regular y posteriormente el del mismo «play-off», con el gol histórico en el minuto 96 del último partido.
En este tiempo, el compromiso y la profesionalidad de Fidel ha sido ejemplar, dentro de la tónica habitual del vestuario. Durante la pandemia tuvo que vivir alejado de su familia, que recibía a su última hija en Huelva justo cuando los viajes entre distintas comunidades autónomas se limitaron. Dos experiencias diferentes, pero con final feliz para un Fidel que siete años después vuelve a formar parte de un equipo histórico.
