A cinco días del estreno liguero en casa este sábado (18.30) ante la Real Sociedad, el Elche de Jorge Almirón dejó en el Camp Nou mejores sensaciones de las previstas para un equipo aún a medio hacer y casi cosido a retales con los chicos de la cantera mientras terminan de llegar los fichajes. Sujetado admirablemente, eso sí, por el magnífico Edgar Badia bajo los palos, el conjunto franjiverde demostró en el Trofeo Joan Gamper que mantiene las mejores esencias del equipo que hace un mes logró contra pronóstico el ascenso con Pacheta al mando: frente al trasatlántico azulgrana capitaneado por Messi, el cuadro ilicitano se defendió con mucho orden y cohesión en sus líneas; fue solidario y generoso en el esfuerzo y tuvo atrevimiento y valentía para atacar siempre que el rival se lo permitió. El Elche lució orden y carácter y sólo le faltó algo más de talento para salir de la intensa presión del Barça y elaborar su juego de ataque a partir de la posesión, como también pretende Almirón. Como demostró Tete Morente en Can Barça con un interesante estreno, las nuevas incorporaciones deben dar ese salto de calidad tan necesario para sobrevivir en la exigente élite de LaLiga Santander.

ORGANIZACIÓN

Defensa de tres centrales y bloque compacto, pero sin renunciar al ataque por las bandas

El técnico argentino del Elche hizo en el Camp Nou un notable ejercicio de pragmatismo. En ausencia de los laterales que deben cubrir las marchas de Óscar Gil y Juan Cruz -ya ha llegado Sánchez Miño y está a punto de hacerlo Cifu-, Almirón apostó por la defensa de tres centrales -Dani Calvo, Gonzalo Verdú y Josema- que tan buen resultado dio en la final del «play-off» de ascenso a Primera ante el Girona. Se trataba de cerrar al máximo posible el juego interior del Barça y frenar al máximo posible la movilidad de Griezmann y Ansu Fati y las líneas de pase de Messi y Coutinho, además de las llegadas por banda de Jordi Alba y Sergi Roberto. El equipo defendió muy junto y con orden durante los 90 minutos, pero la propuesta del preparador argentino no fue sólo de contención y como carrileros situó a dos hombres de ataque y mucho recorrido como Josan y Fidel, que debían asociarse con sus respectivos extremos, el debutante Tete Morente y Pere Milla.

PERSONALIDAD

Buena condición física, intensidad y atrevimiento para atacar

Además de buena organización defensiva, el Eche evidenció compromiso y mucha intensidad en el Gamper. Por momentos, no parecía un partido amistoso. Todos se emplearon con fuerza y vigor en los duelos, cruces y disputas. El equipo de Almirón estuvo bien colocado, pero también fue aguerrido y supo incomodar el fútbol azulgrana de presión alta y mucho toque. Destacaron en la contundencia los tres centrales y en la recuperación Nuke Mfulu, que firmó uno de sus mejores partidos como franjiverde. También Fidel y Josan respondieron con nota a la exigencia de la Primera División. El extremo de Crevillente protagonizó una gran galopada en el minuto 80 por su banda derecha, que bien pudo suponer el empate si Diego Bri hubiera acertado a batir a Neto a muy pocos metros de la línea de gol. Pese al poco rodaje y la falta de efectivos, el equipo demostró una notable condición física: aguantó muy entero el arranque con gol del Barça en el primer tiempo, supo sufrir en el primer cuarto de hora cuando asediaron los de Ronald Koeman y buscó la portería rival en el último cuarto de hora para intentar cazar la igualada.

INSPIRACIÓN

Se necesita calidad para armar el juego, salir de la presión y crear peligro en la fase ofensiva

El Elche dejó una muy buena impresión en la faceta destructiva del juego -aunque Edgar Badia realizó ocho paradas de mérito y evitó una goleada-, pero necesita mejorar en la fase ofensiva y de creación de juego de ataque. El chaval Jony Álamo volvió a dejar constancia de su clase y arrojo, aunque al equipo le faltó por momentos calidad en el centro del campo para retener el balón, salir de la presión del rival, descansar con la pelota y armar el juego de ataque. Todo apunta a que a Víctor Rodríguez, que entró en la segunda parte, se le asignará esa misión, toda vez que el «tocado» Ramón Folch es un jugador más posicional y táctico que organizador propiamente dicho. Y a Almirón le gusta que su equipo inicie el juego desde atrás con toque y paciencia. La llegada ya cerrada del mediocentro del Zaragoza Raúl Guti también puede aportar soluciones en la «sala de máquinas», al tiempo que las incorporaciones aún por concretar antes del cierre del mercado el 5 de octubre deben ayudar en el desborde, el desequilibrio y el último pase en la segunda línea de ataque. En punta, al eterno Nino se le vio desasistido, lo que le obligó a retrasar su posición para asociarse. El club busca otro «9» con mucho despliegue, envergadura y potencia física para ofrecer solución a un fútbol más directo cuando lo requieran rivales tan presionantes como el Barcelona.