El entrenador del Elche Jorge Almirón sumó anoche en Ipurua su primera victoria en el fútbol europeo; y lo hizo desde el banquillo, después de que su licencia se tramitara deprisa y corriendo, poco después de recibir el visto bueno de la UEFA a su formación y a sus cinco años de experiencia en otras latitudes. «Estoy muy contento con el resultado y por cómo el equipo ha estado a la altura para conseguir un triunfo que es muy difícil en este estadio», destacó Almirón, que quiso agradecer el «cordial» recibimiento que le dispensó su colega en el Eibar, José Luis Mendilibar.

«El equipo supo sufrir y entendió el partido que teníamos que jugar y se ganó como se tenía que ganar; con sufrimiento», agregó el preparador argentino, que calificó de «emocionante» la entrega de sus jugadores. «Los centrales han estado muy bien, los medios han tenido gran recorrido y los delanteros han ayudado en todo momento para reducir espacios. Ha sido un gran trabajo de equipo y hemos sido inteligentes para saber adaptarnos al fútbol directo que practica este equipo en su campo», añadió el preparador.

Almirón también destacó el «gran gol» conseguido por su compatriota Lucas Boyé y la aportación del delantero para armar el juego de ataque, a pesar del poco tiempo que lleva entrenándose con el equipo. También avisó de que el partido ante el Huesca del próximo sábado (18.30) en casa será «totalmente diferente». «Hemos tenido un desgaste enorme», añadió, «pero tenemos que adaptarnos rápidamente y seguir creciendo en esta Liga tan exigente».