En apenas cuatro días, cierto pesimismo se ha transformado en ilusión moderada dentro del entorno del Elche. La victoria en Eibar y, sobre todo, el radical cambio de imagen que ofreció el conjunto ilicitano en el campo de Ipurua con respecto al partido de la Real han permitido que la afición franjiverde tenga motivos para soñar en el regreso a Primera División.

Solo ha sido un encuentro, quedan todavía 38 por delante y nadie dijo que iba a ser fácil. Pero el cuadro de Jorge Almirón demostró que es capaz de competir frente a un rival complicado, que acumula seis temporadas logrando la permanencia con cierta solvencia en la Liga de las Estrellas.

Además los tres puntos sumados permiten también abandonar el farolillo de rojo de la clasificación, aunque en estos momentos de competición y con dos partidos menos era anecdótico, y poder mirar con otro optimismo el futuro más inmediato.

Confianza

La mayoría de jugadores son debutantes en Primera

En la actual plantilla del Elche apenas hay futbolistas con experiencia en la máxima categoría. Solo Nino, Pere Milla, Fidel, Víctor Rodríguez y el goleador en Ipurúa Lucas Boyé lo habían hecho anteriormente, pero casi todos ellos con un corto bagaje y testimonial. Otros como Gonzalo Verdú o Josan vienen de hacer la mayoría de su carrera desde Segunda B y en los dos primeros partidos han demostrado que cuentan con suficiente capacidad para jugar en Primera División. Y jóvenes como Tete Morente o Raúl Guti han dejado destellos de calidad y han confirmado que tienen mucho margen de mejora.

Ese hambre y ambición que busca la comisión deportiva y el entrenador debe estar acompañado de la confianza para crecer. En ese sentido, la victoria frente al Eibar debe servir para calmar los nervios de un vestuario para el que todo es prácticamente nuevo después de poco más de un mes desde que se consiguió el ascenso en Girona, cuando pocos daban un duro por un equipo con un presupuesto humilde en Segunda.

Desde el «play-off»

La entrega y el buen rendimiento defensivo siguen como señas de identidad

Una de las principales virtudes y señas de identidad que llevó al conjunto ilicitano a conseguir el ascenso fue la seguridad defensiva que mostró durante el «play-off» en el que no encajó ningún gol y Edgar Badia se mostró brillante.

A pesar del salto de categoría, las cosas siguen igual. El guardameta catalán ha demostrado a las primeras de cambios que puede ser un portero solvente en Primera División. Gonzalo Verdú, Dani Calvo y Josema han confirmado que esa línea de tres centrales también puede funcionar en Primera División, a pesar de que faltan los dos laterales titulares de Segunda: Óscar Gil y Juan Cruz. Josan y Fidel, ante la ausencia de efectivos, han sabido adaptarse perfectamente a esa demarcación, a pesar de que sus características son más ofensivas. Frente al Eibar, el Elche fue capaz de dejar la portería a cero, algo fundamental para un equipo que lucha por la permanencia, mientras que de los tres goles recibidos ante la Real, el primero llegó tras una genialidad de Mikel Merino y Portu, el segundo en un penalti evitable y el tercero ya con el partido casi finalizado y sentenciado.

Salto de calidad

Quedan futbolistas por debutar y fichajes por llegar

El conjunto franjiverde cuenta con mucho margen de mejora porque todavía quedan futbolistas por debutar como Sánchez Miño o Lucumí. Youssouf Koné jugó sus primeros minutos en Eibar. Pero lo más importante es que faltan fichajes por llegar y que son llamados a dar un salto de calidad en una plantilla en la que Almirón quiere dos jugadores por puesto para que exista una gran competencia durante los entrenamientos y los partidos y que, a su vez, permita a cada futbolista ofrecer su mejor rendimiento.

Una vez que el próximo lunes quede la plantilla completada con el cierre del mercado de fichajes, el técnico franjiverde también tendrá más opciones tácticas. Hasta ahora, debido a la carencia de efectivos y de una plantilla cogida con pinzas, no ha tenido más remedio que plantear un sistema con tres centrales y dos carrileros y centrar el juego, principalmente, en la faceta defensiva.

El pasado miércoles, con la presencia de Lucas Boyé como referencia ofensiva, el adelanto de las líneas, no arriesgar tanto en la salida del balón y la presión más alta ya se vio a un Elche con otras características, más atrevido y más identificable. No obstante, todavía falta por mejorar muchas cosas, fundamentalmente, a la hora de controlar la posesión del balón, en la que Raúl Guti tiene que tener más presencia. Se están dando pasos y, aunque hay que ser prudentes la diferencia del primer partido al segundo invitan al optimismo.

Parón liguero

Reválida ante el Huesca y 15 días por delante para acabar de ensamblar el equipo

Pero la Liga no para y el Elche tiene este sábado (18.30 horas), en el Martínez Valero, frente al Huesca, una nueva reválida en la que debe confirmar su mejoría frente a otro rival directo en la lucha por la permanencia. Si el conjunto ilicitano es capaz de lograr otro triunfo o, al menos, no perder, llegaría al parón por los encuentros internacionales de las selecciones con cuatro puntos y con 15 días por delante para que Almirón pueda realizar una especie de pretemporada con ya la plantilla al completo y preparar con tiempo el siguiente envite ante el Alavés, otro rival directo.