Pese al retraso en la llegada de los fichajes y la falta de acoplamiento de una plantilla con 13 caras nuevas, el Elche de Jorge Almirón ha igualado este curso su mejor arranque en Primera División desde 1977 y en las últimas cinco temporadas que ha militado en la máxima categoría. Los cuatro puntos sumados de nueve posibles en las tres primeras jornadas de este curso arrojan el mismo balance que el de la campaña 2014-15 con Fran Escribá en el banquillo cuando el equipo ilicitano acabó en una meritoria 13ª plaza, pero sufrió un traumático descenso administrativo por deudas con Hacienda. A la espera de que el bloque termine de armarse con la llegada de los cuatro últimos refuerzos, el grupo de Almirón es el menos goleador de LaLiga Santander, pero ha rentabilizado al máximo su único tanto, marcado por Lucas Boyé en la victoria en Eibar (0-1) ante un rival directo por la salvación.

Contentos por los resultados que les mantienen fuera de los puestos de descenso, pero sin presumir del juego, los franjiverdes encaran la vuelta a la competición la próxima semana en Vitoria ante el Alavés tras sumar un afortunado empate en casa ante el Huesca (0-0), un triunfo vital en Eibar (0-1) y una justa derrota en el estreno en el Martínez Valero ante la Real (0-3). Cuatro puntos en tres partidos, los mismos que en la puesta en escena de la campaña 2014-15, en la que el Elche de Escribá comenzó con derrota en el Camp Nou (3-0), empate en casa ante el Granada (1-1) y victoria en Vallecas frente al Rayo (2-3). El equipo se salvó con holgura, estilo y desahogo, pero pagó con el descenso en los despachos la mala gestión de su directiva.

Además de la buena racha y los resultados, también las sensaciones son similares entre ambos conjuntos en cuanto a su estilo de juego: orden defensivo y posicional y alta eficacia para aprovechar las escasas ocasiones que se generan. Para remediar la falta de proyección ofensiva, el actual propietario Christian Bragarnik ha hecho un esfuerzo final con la incorporación de jugadores más contrastados en la élite como son el mediocentro Iván Marcone (Boca Juniors), el extremo Emiliano Rigoni (Zenit de San Petersburgo) y el ariete Guido Carrillo (Southampton y Leganés en Primera), llamados a dar un considerable salto de calidad a la actual plantilla.

En la temporada anterior, la 2013-14, la del retorno a Primera del Elche de los récords, el inicio fue peor para los ilicitanos, que sumaron dos puntos en los tres primeros partidos (sendos empates a uno y a dos ante la Real en casa y en Almería) después de caer en el arranque por el mismo resultado de 3-0 en Vallecas. Con ciertos problemas de adaptación a las exigencias de aquella Liga de las Estrellas iluminada por la enorme rivalidad entre Messi y Cristiano, el Elche no sumó su primera victoria hasta la séptima jornada en Vigo ante el Celta (0-1). Pero aquel equipo recién ascendido supo sufrir todo el curso para acabar 16º y salvar la categoría contra pronóstico.

No sucedió lo mismo en las tres campañas previas con el equipo en Primera, en las que acabó perdiendo la categoría. En la 1988-89 sumó tres puntos de los primeros nueve posibles con una victoria en Murcia (0-1) en la tercera jornada, después de perder en la primera en Valladolid (otro 3-0) y en la segunda en casa con el Barcelona (0-3). Desfondado, el Elche descendió como 20º clasificado y colista. Cuatro campañas antes, en la 84-85, firmó el peor comienzo en este ciclo de 43 años en la élite al perder sus tres primeros partidos: 0-1 con el Valencia, 1-0 ante el Hércules y 2-0 en Gijón. Pagó su condición de recién ascendido y bajó como 17º y vicecolista. Finalmente, en la temporada 77-78 descendió igualmente al acabar penúltimo tras un inicio con derrota en Santander (2-0), victoria sobre el Hércules (2-0) y goleada en Las Palmas (4-1).

En este acto inaugural de LaLiga Santander, el Elche ha sabido rentabilizar al máximo el único gol anotado por su delantero Lucas Boyé en Ipurua y la concentración defensiva de todo el bloque para amarrar ese triunfo y el milagroso empate en casa ante el Huesca con sendas porterías a cero en sus dos últimos partidos. El conjunto franjiverde es, de momento, el menos goleador de Primera con esa única diana en un gran reverso del exjugador del Torino y River Plate, entre otros. Mermado por la tardía incorporación de los refuerzos, el equipo de Almirón es de los que menos disparan a puerta. Dos tiros fallados a bocajarro en la primera jornada ante la Real por Josan y Pere Milla -los atajó muy bien el meta Remiro-, otros dos remates a puerta de Lucas Boyé en Ipurua -el gol y otra buena parada de Dimitrovic- y el mismo balance en casa ante el Huesca con un disparo y un cabezazo del ariete que no encontraron puerta.

Al mismo tiempo, el cuadro de Almirón también ha sabido sacar partido de su notable aplicación defensiva en todas sus líneas, su mejor virtud hasta el momento. Es el equipo que menos goles ha encajado entre los ocho últimos clasificados, aunque también el que menos partidos ha disputado por haber sido el último en incorporarse a la competición, lo que conllevó el aplazamiento al próximo año de sus dos primeras jornadas con sendas visitas a cuál más dura al Camp Nou y el Sánchez Pizjuán. Concentración atrás y eficacia delante, las dos claves de este nuevo Elche que sólo puede mejorar con las nuevas incorporaciones para encarar el desafío de la permanencia.