El Elche CF se encuentra en estado de gracia y debe aprovecharlo para ir avanzando en su largo camino hacia el objetivo de la permanencia. Los franjiverdes consiguieron anoche una victoria de prestigio contra el Valencia y suman ya diez puntos, la cuarta parte de los necesarios para la salvación, y lo mejor es que todos ellos los ha logrado en los últimos cuatro encuentros.

Después de caer ante el líder Real Sociedad en la jornada inaugural, el equipo de Almirón ha sido capaz de ganar tres partidos y empatar uno y el triunfo de ayer ante los valencianistas también significa el primero de la temporada en el Martínez Valero. Los ilicitanos están en un momento idílico que muy pocos hubieran imaginado antes el comienzo del campeonato.

Además, el Elche confirmó ante un rival de entidad como el Valencia que sigue creciendo. Realizó en el primer tiempo los mejores 45 minutos de la temporada en los que avasalló a un rival con siete veces más de presupuesto. En la primera parte, el conjunto de Javi Gracia solo puso en apuros la portería de Edgar Badia en un golpe franco de Carlos Soler, en el minuto 40, que se marchó alto.

Fútbol de muchos quilates

Los franjiverdes mostraron un fútbol de muchos quilates, con el control absoluto del balón, una presión alta, una línea defensiva adelantada y una velocidad y un ritmo de juego que superó por completo al conjunto che.

Almirón volvió a sorprender con el once inicial. Dejó en el banquillo a Tete Morente, uno de los más destacados en los primeros partidos, y puso inicialmente a Rigoni en la mediapunta escorado en la banda izquierda. Además, Lucumí jugó sus primeros minutos como franjiverde y salió en el equipo titular como interior derecho. Josema se recuperó a tiempo y recuperó su puesto como central izquierdo relegando al banquillo a Dani Calvo, ya que Barragán se mantuvo como zaguero y Josan y Fidel, de carrileros. El crevillentino y el onubense están que salen y redondearon su gran encuentro con un gol cada uno. El cuadro ilicitano funcionó como un acordeón perfecto. A la hora de atacar utilizada un 3-4-3 y en defensa un 5-4-1, que ahogó al Valencia.

Fruto de esa gran puesta en escena llegó la primera diana a los 18 minutos. Josan, que estuvo omnipresente en todas la acciones ofensivas, llegó hasta la frontal del área, no pudo realizar su habitual desborde por la derecha, pero se frenó y con una bicicleta se acomodó el balón en la izquierda -su pierna mala- y se sacó de la chistera un perfecto lanzamiento cruzado, que se coló ajustado al poste, donde le fue imposible llegar a Jaume Domènech.

A pesar del gol en contra, los valencianistas no reaccionaron y el Elche continuó a lo suyo. No creo muchas ocasiones, pero tenía el partido y el juego donde le interesaba. Y en el minuto 37, de nuevo Josan, tras un gran robo en la presión de Marcone, se presentó con el balón en las inmediaciones del área, dos defensas le taparon, pero vio como venía Fidel y le dejó la pelota para que el onubense anotara el segundo, con el que se llegó al descanso después de un espectacular primer tiempo.

Mono de trabajo y a sufrir

El segundo tiempo cambió por completo. El Valencia, que estaba a punto de caer en la lona, sacó su orgullo y reaccionó. La reprimenda de Javi Gracia funcionó y en los segundos 45 minutos fue el conjunto che el que tuvo el dominio absoluto, encerrando a los franjiverdes en su campo, incluso en su área.

Pero en los momentos difíciles, el equipo de Almirón supo ponerse el mono de trabajo y sufrir. Algo a lo que se tiene que habituar esta temporada en Primera División.

El asedio valencianista fue continuo. En esos instantes de apuros, volvió a emerger la figura de Edgar Badia. El portero catalán evitó el gol en el minuto 51, en un remate de cabeza de Gayá, completamente solo, al que respondió con una parada con la pierna izquierda espectacular. Luego, Carlos Soler y Gabriel Bautista, ante la cerrada y nutrida defensa franjiverde, lo intentaron desde lejos, pero el meta del cuadro ilicitano detuvo el balón.

Tanto fue el cántaro a la fuente que en el minuto 74, el coreano Kang in filtró un balón perfecto al hueco y dejó solo a Lato. Badia lo para casi todo, pero no hace milagros, y tras el recorte del lateral del Valencia solo tuvo que empujar el balón al fondo de la red, 2-1 y tocaba sufrir.

A renglón seguido pudo llegar el empate en un remate de Gameiro que Gonzalo Verdú sacó en la misma línea de gol.

Almirón, que había sacado en el descanso a Tete Morente por un irregular Rigoni, trató de frenar la sangría por la banda derecha del ataque visitante, en el que Thierry Correia y Yunnus Musah hacían siempre el dos contra uno. Puso a Koné como doble lateral, pero el maliense no se adaptó nunca, estuvo mal tácticamente y perdió un par de balones que pudieron costar un disgusto.

En los últimos 15 minutos, el Valencia intensificó su presión, pero ya no creó tantas ocasiones. El peligro llegó en lanzamientos de saques de esquina y en centro laterales, en los que la defensa del Elche y Edgar Badia estuvieron muy atentos.

Nuke Mfulu sustituyó a un agotado Raúl Guti con el tiempo cumplido y en la prolongación Dani Calvo salió por Josan para ayudar a defender los balones aéreos. El partido se alargó hasta el 96, cuando, en principio, el añadido iba a ser de cuatro.

El marcador ya no se movió y con el pitido final del árbitro, los futbolistas franjiverdes y todo el banquillo respiraron tranquilos y levantaron las manos para celebrar la tercera victoria de la temporada, la primera como local y contra un rival como el Valencia en un derbi autonómico.

El Elche avanza por el camino adecuado y, a falta de los partidos de hoy sábado y mañana domingo, se ha situado, provisionalmente, quinto en la clasificación. Ver para creer. Las perspectivas son buenas, pero los árboles no deben impedir ver el bosque. Queda mucho por delante, hay una cuarta parte del trayecto hecho en solo cinco partidos, pero cualquier atisbo de euforia será el peor enemigo para un equipo que sabe que va a sufrir . Pero lo que va delante, va delante.