Solo han hecho falta cinco partidos para que el nuevo entrenador del Elche, Jorge Almirón, haya encontrado su once tipo. Con la llegada y la adaptación progresiva de los últimos fichajes, el técnico argentino cuenta con nuevo futbolistas fijos que, salvo lesión o sanción, han estado siempre en el equipo titular. El preparador franjiverde solo ha cambiado de forma puntual dos piezas, casi siempre en la delantera, por la bajas o por intentar sorprender a los rivales.

El sistema de tres centrales y dos carrileros es, en estos momentos, inamovible. Aunque Almirón comentó a su llegada al club ilicitano que su disposición táctica preferida es el 1-4-3-3, se ha tenido que ir adaptando a una plantilla que se ha ido conformando con el campeonato ya en marcha. Ante las escasez de efectivos en los primeros partidos, la apuesta por Josan y Fidel en los laterales, respaldando una zaga de tres centrales, le está dando resultado y está siendo de lo más destacado del Elche.

Edgar Badia no tiene discusión en la portería. Barragán ha encajado de forma perfecta en el central derecho y aporta experiencia y tranquilidad. Gonzalo Verdú,a pesar de ser un debutante en la categoría, es el káiser de la defensa y está a un nivel muy alto, mientras que Josema es el dueño del central izquierdo, como se demostró el pasado sábado, que volvió al once inicial tras perderse el partido de Vitoria ante el Alavés por lesión y de no haber entrenado con el grupo, prácticamente, en toda la semana.

El fichaje de Barragán ha relegado a Dani Calvo, que empezó como titular, a la suplencia. Aún así, el oscense ha tenido minutos en todos los partidos. El pivote Luismi jugó el primer tiempo contra el Huesca como central, pero fue sustituido en el descanso por Calvo. Y Diego González, el último fichaje, salió en los últimos instantes del partido de Mendizorroza.

Novedad. El técnico argentino se cambia al banquillo «visitante». MATÍAS SEGARRA

Josan y Fidel son titularísimos en los carriles. En el primer partido contra la Real Sociedad empezó Cifu en la derecha y el crevillentino actuó en su posición natural de extremo más adelantado, pero la lesión del ilicitano, a los 30 minutos, hizo retroceder a Josan y, desde entonces ha estado a un nivel espectacular.

Algo parecido ocurrió en la izquierda. En el tercer encuentro ante el Huesca y al haber jugado tres días antes en Eibar, Almirón hizo debutar a Youssouf Koné en el carril zurdo y a Fidel más arriba, pero poco después de la media hora quitó al maliense, que es el futbolista que más le está costando adaptarse al juego del Elche y a la liga española, sobre todo tácticamente.

En el centro del campo, Nuke Mfulu comenzó como pivote acompañando a Raúl Guti, que es otro de los fijos. Pero la llegada del argentino Iván Marcone ha llevado al franco-congoleño al banquillo. Marcone es un jugador de la absoluta confianza y una petición expresa de Almirón y el mediocentro argentino está aportando jerarquía, calidad, pase y saber estar desde el minuto 1. Eso lo hace intocable.

Con Edgar Badia, Barragán, Gonzalo Verdú, Josema, Josan, Fidel, Marcone y Raúl Guti como titulares indiscutibles del medio del campo hacia atrás, al técnico argentino le falta encajar las piezas del puzzle del once titular en el ataque. Pere Milla está siendo fijo y el catalán está ofreciendo un buen rendimiento en cuanto a lucha, trabajo, presión, incluso marcó en Vitoria. Tete Morente lo había jugado todo hasta el sábado, que fue sustituido por Lucumí, que debutó. Rigoni, Lucas Boyé y Guido Carrillo están llamados a ser importantes, pero sus lesiones y falta de adaptación lo han impedido hasta ahora.

Una de las novedades que dejó el partido del pasado sábado frente al Valencia fue ver al técnico del Elche en el banquillo que históricamente ha estado destinado a los equipos visitantes. Hasta ahora, era habitual ver a los entrenadores del conjunto ilicitano sentados en el banquillo situado saliendo de los vestuarios a la izquierda. De esta forma, Almirón está más cerca del árbitro auxiliar y del juego ofensivo antes que del defensivo.