Competir y dar la cara ya no es suficiente para el Elche, que se asoma al abismo de la zona de descenso después de siete partidos de Liga y casi dos meses sin ganar (su último triunfo se remonta al 23 de octubre ante el Valencia por 2-1). El conjunto franjiverde planta batalla a casi todos sus rivales (sólo la Real y el Betis le han sometido de principio a fin), pero de la buena imagen y la intachable actitud no se sobrevive en esta competición tan exigente. Es necesario sumar; y a ser posible, con victorias, como reconoció el sábado tras el partido en el Metropolitano Lucas Boyé, el mejor del cuadro ilicitano. Desde que el técnico Jorge Almirón cambiara de dibujo hace cinco jornadas para pasar a defensa de cuatro, el Elche no ha ganado y sólo ha sumado el 33% de los puntos cuando en los siete primeros encuentros se hizo con el 52%. Frente al Atlético volvió a evidenciarse el problema de la profunda laguna en el lateral izquierdo y las dificultades para generar fútbol de ataque. Sin tiempo para lamentarse, pero con la imperiosa necesidad de reaccionar, los franjiverdes afrontan como una «final» por la salvación el partido de mañana (17.30) ante el Osasuna en casa antes de cerrar el año el día 30 también en casa ante el Madrid.

POBRE BALANCE

Tres empates y dos derrotas con el sistema de cuatro defensores

Pragmático como es, Almirón decidió variar su dibujo inicial del 5-4-1 para pasar a defensa de cuatro en la visita al Levante en la 10ª jornada de LaLiga el 21 de noviembre. Mermado por varias ausencias, el Elche empató en Orriols (1-1) y los dos partidos siguientes, ante el Cádiz en casa (1-1) y en Villarreal( un 0-0 de prestigio por el buen trabajo defensivo) Sin embargo, los dos últimos duelos se han saldado con sendas derrotas (0-1 ante el Granada y 3-1 frente al Atlético), que han complicado mucho el panorama. El técnico es partidario de este nuevo esquema 4-1-4-1 para disponer de más control del juego y primar la elaboración sobre el fútbol directo y de contragolpe por los extremos. Pero las cuentas no salen. Los franjiverdes sólo han sumado tres de los 15 últimos puntos, frente a los 11 de 21 con los que arrancó la competición tras cosechar tres victorias (Eibar, Alavés y Valencia), dos empates (Huesca y Celta) y otras tantas derrotas (Real Sociedad y Betis).

QUEBRADERO DE CABEZA

Agujero en el lateral izquierdo y trabajo en el mercado de invierno

Entre las carencias que presenta el cuadro ilicitano, la más acusada está en el lateral izquierdo, todo un quebradero de cabeza para Almirón, como se volvió a ver en el Metropolitano: por ese flanco llegó el primer gol de Luis Suárez y el remate del uruguayo para el 2-0. Con el maliense Koné prácticamente inédito desde su flojo estreno ante el Huesca y el bajo nivel que ofrece el argentino Sánchez Miño, el entrenador ha intentado parchear el problema colocando en esa banda al central Josema con un pobre resultado: ha perdido a un buen «stopper» zurdo y no ha ganado un lateral. El murciano ya sufrió de lo lindo en la banda ante el Granada (por esa zona llegó el gol de la victoria de Suárez el colombiano) y el sábado le volvió a ocurrir en Madrid. Josema no está dotado para atacar por el carril y le cuesta más defender que en el centro de la zaga. No llegó a tapar la asistencia de Trippier en el 1-0 y tras el descanso volvió al eje defensivo, donde es más eficaz y está más cómodo. La aportación de Sánchez Miño ante el Atlético mantuvo su bajo perfil habitual -con la excepción de sus buenos minutos en la Copa ante el modesto Buñol- y se dejó ganar la espalda por Luis Suárez en el 2-0. La secretaría técnica tiene trabajo para el mercado de invierno en este flanco izquierdo.

BLOQUEO EN EL ATAQUE

Escasa producción ofensiva y un gol en los últimos 270 minutos

Si el lateral izquierdo es la mayor laguna defensiva de este Elche, el escaso bagaje en ataque en su otro gran hándicap. Los franjiverdes son, con mucho, el equipo que menos dispara a puerta de LaLiga Santander: sólo 24 remates en total, con un promedio de dos por partido. Es cierto que ha rentabilizado mejor nadie sus escasos goles (10 tantos; sólo por delante de Eibar y Getafe, con nueve ambos antes de jugar sus partidos de ayer domingo), pero en los tres últimos partidos sólo ha anotado la diana de Lucas Boyé en el Metropolitano, que no dio ningún punto. El caso es que el Elche mejoró su juego de ataque considerablemente frente al Atlético tras el 2-0. Marcó en su primer remate en una gran jugada ensayada de córner y casi iguala poco después el propio Boyé. Dieron la sensación los franjiverdes de tener suficiente capacidad ofensiva como para ser más protagonistas en los partidos, en lugar de esperar atrás y buscar la contra o algún gol a balón parado (como han sido tres de sus últimas cuatro dianas: Fidel ante el Celta, Morente al Levante y Boyé en el Wanda). Es el eterno dilema de la manta corta y el fútbol que tiene que resolver Almirón: desprotegerse en defensa para atacar más o renunciar a la ofensiva para defender mejor. «Al poner un delantero más hay más presencia de área pero desproteges zonas en las que ellos son muy fuertes», explicó el técnico franjiverde tras el partido del sábado cuando se le preguntó por la posibilidad de haber jugado con dos delanteros.