El retraso a las diez de la noche del partido ayer frente al Rayo provocó un profundo malestar en la expedición franjiverde. El club ilicitano no podía negarse a la propuesta de la Federación, porque no hay fechas libres en el calendario. La próxima eliminatoria está prevista para el 26-27 y 28 de enero y los franjiverdes juegan el martes 19 en Valladolid y el domingo 24 en el Martínez Valero frente al Barcelona en Liga. Además, el partido de Zorrilla tampoco se podía retrasar, porque los pucelanos juegan el viernes en la Liga frente al Levante.

Esta situación provocó la resignación en el Elche a la hora de aceptar jugar ayer. Una decisión que también tuvo otros daños colaterales. La expedición tuvo que quedarse a dormir. En el hotel NH Manzanares no lo tenían previsto, por lo que tuvieron que adecuar las habitación. El horario de las comidas también varió. Los jugadores tuvieron que merendar a las seis de la tarde y el establecimiento hotelero no tenía ni cocinero, ni comida, ni gente que pudiera ir a comprar. El itinerario inicial era regresar tras el partido de las cuatro, recoger un picnic y desplazarse al aeropuerto.

También hubo que cerrar con la empresa aérea el horario del nuevo viaje de vuelta, que tendrá lugar hoy a media mañana. Al principio se barajó la posibilidad de volver temprano para poder realizar un entrenamiento a la llegada a tierras ilicitanas y comenzar a preparar el partido frente al Valladolid. Pero ello también conllevaba madrugar y dificultaba el descanso de los jugadores, que regresaron al hotel de madrugada.

Al final se optó porque descansaran bien y volver a media mañana y a la llegada a Elche llevar a cabo un entrenamiento de recuperación en el Martínez Valero.

El enfado fue mayúsculo por el contratiempo que significaba no poder preparar el importante encuentro de Valladolid como estaba previsto. El club ilicitano va a pedir daños y perjuicios a la Federación y que asuma los gastos extras que ha tenido la entidad franjiverde. Pero como comentaba el presidente, Joaquín Buitrago, «eso es lo de menos. El daño ya está hecho. Se podía haber buscado otras soluciones. Luego ya no había otra opción y el mayor problema es que nos ha roto la programación para preparar el partido del Valladolid».