Los problemas se acumulan en el Elche. Al mal momento deportivo que vive el equipo franjiverde, penúltimo en la clasificación, se une ahora un contratiempo en los despachos. Según avanzó Onda Cero y pudo confirmar este diario de fuentes del club ilicitano, la directora general, Patricia Rodríguez, tiene decidido abandonar la entidad ilicitana en breve.

La pérdida de poder y de confianza en el proyecto que lidera Christian Bragarnik, unido a una posible oferta de trabajo en otro destino relacionado con el fútbol profesional, ha llevado a la ejecutiva vasca a tomar la decisión de dejar el Elche. Patricia Rodríguez ya ha comunicado su intención y queda que las dos partes puedan alcanzar un acuerdo para finiquitar su contrato, que finaliza en 2023.

La directora general llegó al cargo en mayo de 2019. Fue una de las principales apuestas, junto a la de Nico Rodríguez en la parcela deportiva, del entonces máximo accionista, José Sepulcre, que le firmó por cuatro temporadas para que trazará un plan estratégico que enderezara y ordenara el club a nivel económico e interno.

Los objetivos se fueron cumpliendo y en sus primeros meses su trabajo se centró en rentabilizar al máximo los ingresos, ordenar todos los temas económicos y en tratar de cumplir el convenio de acreedores y los acuerdos con la Agencia Tributaria para que la entidad franjiverde recuperase el pulso económico y se convirtiera en un club saneado y con margen de crecimiento para el futuro.

Su principal aval era su labor como gerente en el Eibar, donde fue la primera mujer ejecutiva en un club de Primera División y su participación en el consejo asesor del San Sebastián Gipuzkoa Basket, equipo de baloncesto masculino de la ACB española. Además, fue elegida entre las mujeres más influyentes de España y contaba con una buena relación con LaLiga, principalmente, con su presidente Javier Tebas.

Todo marchaba por el buen camino hasta que en diciembre de 2019 las cosas comenzaron a torcerse. La venta del paquete mayoritario de acciones de Sepulcre a Bragarnik cambió el rumbo del Elche. Una situación que en aquel momento provocó que Patricia Rodríguez ya se plantease su marcha, porque el proyecto que le habían encomendado había cambiado en poco más de seis meses.

Finalmente optó por continuar y trabajó codo con codo con los nuevos dueños y con el director deportivo, Nico Rodríguez, para reforzar la plantilla en el mercado de invierno con las llegadas de Josema, Escriche, Víctor y Jonathas.

Durante los meses de marzo y abril, en plena pandemia del covid-19, aparecieron los primeros conflictos con las formas con la que se entró en el ERTE, que no gustaron ni a futbolistas, ni al cuerpo técnico de la primera plantilla.

Posteriormente, con el «caso Fuenlabrada» a los dirigentes del club no les gustó su posicionamiento y le criticaron que, por salvaguardar a su amigo Tebas, no defendiese con más ahínco los intereses del Elche. El recurso lo asumieron el abogado y gerente de Score Club 2019, Alejandro Martínez, actual consejero y persona de confianza de Bragarnik, y el presidente, Joaquín Buitrago.

Patricia Rodríguez fue perdiendo poder y ya no ha tenido la misma libertad. Los contratos y movimientos económicos del club los revisa Alejandro Martínez, que ahora se postula como su sustituto, y deben llevar antes el visto bueno del máximo accionista, con el que el trato es de respeto, pero sin el entendimiento necesario entre un dueño de un club y su directora general. La lucha de egos ha crecido hasta que se ha roto la cuerda.