El cierre del mercado del mercado de invierno resultó un esperpento y toda una desilusión para la afición del Elche. El máximo accionista del club ilicitano, Christian Bragarnik, rechazó todos los ofrecimientos que le realizó la comisión deportiva y solo accedió al fichaje del portero Paulo Gazzaniga, que llega para ocupar el puesto de suplente de Diego «Ruso» Rodríguez, que solicitó su marcha para volver a Argentina y poder disfrutar de minutos.

Decepción en el último día de fichajes en el Elche con más salidas que refuerzos

Decepción en el último día de fichajes en el Elche con más salidas que refuerzos

La decisión del inversor argentino defraudó y provocó una gran enfado entre la afición, que confiaba en la llegada de varios refuerzos que permitiesen dar un salto de calidad a la plantilla para intentar conseguir la permanencia en Primera División.

Almirón se ha quedado sin los fichajes que demandaba.

Bragarnik, que continúa en Argentina, no fue capaz, o no quiso, realizar incorporaciones y deja al equipo y al club en una situación muy preocupante. Ahora lo fía todo -es la única alternativa que le queda- a intentar fichar a algún futbolista que estén en l paro, algo que se presume muy complicado para encontrar lo que necesita el conjunto franjiverde.

La única noticia fueron los anuncios de las salidas de Koné, Lucumí, Sánchez Miño y «Ruso» Rodríguez.

Cuando parecía que una vez que se abrió la puerta y que continuación iban a producirse los fichajes, la única novedad que salía de las oficinas del estadio Martínez Valero era la incorporación de Paulo Gazzaniga, un portero de 29 años, que era el tercer guardameta del Tottenham Hotspur de la Premier League. El meta argentino, que tiene también la doble nacionalidad italiana, estuvo en la cantera del Valencia y, posteriormente, ha militado en el Southampton, Rayo Vallecano y Tottenham. Su papel va a ser secundario porque, al igual que ha ocurrido hasta ahora con «Ruso» Rodríguez, va a quedar a la sombra del portero titular Edgar Badia.

El reloj fue pasando de forma desesperante y las novedades carecían por su ausencia. Hasta que a las 12 de la noche tocó la campana para el cierre del mercado y el Elche se quedó sin más fichajes.

Dolo ha llegado el portero Gazzaniga. EFE

El entrenador, Jorge Almirón, había demandado hasta seis incorporaciones: un lateral derecho, un central, un lateral izquierdo, dos centrocampistas y un delantero polivalente. Su gozo ha quedado en pozo porque durante la ventana de enero solo ha producido la incorporación Johan Mojica y, a última hora de ayer, la del portero Gazzaniga para suplir la marcha de «Ruso» Rodríguez.

La decisión ha sido, única y exclusiva, de Bragarnik porque el Elche disponía de cerca de tres millones de límite salarial, además de la parte proporcional de las fichas que se han liberado de Koné, Sánchez Miño, Lucumí y «Ruso».

Y por falta de alternativas tampoco ha sido. El director deportivo, Nico Rodríguez, y sus ayudantes: Sergio Mantecón y Dani Carmona le habían puesto sobre la mesa los nombres de numerosos futbolistas interesantes desde hace bastante tiempo. El mediocentro francés James Léa Siliki, del Rennes, el centrocampista del Granada Ramón Azeez o el central serbio del Burdeos Vukasin Jovanovic se les ha relacionado con el Elche durante los últimos días. También estaban en la agenda de la entidad franjiverde el central de la Roma Federico Fazio, el centrocampista del Sevilla Franco «El Mudo» Vázquez o el mediocentro camerunés Stéphane Mbía, que conocía la liga española y estaba libre después de terminar su contrato con el Shanghai Greenland Shenhua de China.

Todas las cartas fueron declinadas por el máximo accionista, que decidió no dar ningún paso y dejar al equipo sin refuerzos, en una situación muy delicada en el penúltimo puesto de la clasificación y con la seria amenaza del descenso.

Futuro incierto

La decisión de Christian Bragarnik de no realizar fichajes y la salida de cuatro futbolistas deja a la plantilla con 22 jugadores para afrontar la segunda parte del campeonato.

Pero el aspecto deportivo no es solo el que preocupa. También hay muchas dudas sobre el futuro incierto a nivel institucional. El inversor argentino solo ha pagado un plazo del acuerdo que tiene firmado con el anterior máximo accionista, José Sepulcre. Su marcha a Argentina hace 14 días y su no regreso para afrontar en primera persona este mercado de fichajes y la decisión de no reforzar el equipo hacen presagiar negros nubarrones por el estadio Martínez Valero. Incluso se teme un abandono.

La sensación generalizada que había anoche en el entorno franjiverde, tras los nulos movimientos, en el cierre de este mercado de invierno es que se ha reído de la comisión deportiva, de la afición y que no le preocupa un posible descenso del Elche a Segunda División.