Indignación, desilusión y desconfianza con el proyecto de Bragarnik en el Elche | ANTONIO AMORÓS

El esperpéntico último día del mercado de fichajes de invierno que protagonizó el Elche, con solo la llegada del portero Gazzinaga, ha sido la última gota que ha colmado el vaso de la afición franjiverde.

Indignación, desilusión y desconfianza en el máximo accionista Christian Bragarnik son las tres palabras que reflejan el sentir de unos seguidores que han visto cómo el proyecto del inversor argentino se ha ido desmoronando en poco más de un año.

Todo comenzó con ilusión con la llegada de aire nuevo al Martínez Valero en diciembre de 2019. Solo un mes después los aficionados comenzaron a ilusionarse con los fichajes de Víctor y de Jonathas. Y el ascenso en el mes de agosto significó una explosión de júbilo y de esperanza en el futuro. El buen inicio de Liga en el retorno a Primera División hacía presagiar que, por fin, después de muchos años de decepciones, se había acertado con el nuevo capitán de la nave ilicitana. Incluso, el anterior máximo accionista, José Sepulcre, llegó a decir, en una entrevista a este diario: «Se ha demostrado que no le he vendido el club al primero que pasaba por la calle». Sin embargo, en pocos meses después, la situación ha dado un giro radical, que ha llevado la decepción y a la preocupación más absoluta.

Las primeras críticas hacia Bragarnik llegaron con una polémica campaña de socios, que no tuvo respaldo, a pesar de que estaba apoyada por la Federación de Peñas. A continuación se han ido desencadenando los malos resultados que han llevado al equipo a acumular 14 jornadas sin conocer la victoria. El Elche ha pasado de la octava posición, tras el último triunfo, frente al Valencia, el 23 de octubre, que situó al equipo cerca de los puestos europeos, con los que hasta soñaban los más optimistas; a la penúltima plaza, a dos puntos de la permanencia, y con unas sensaciones muy malas que impiden tener esperanzas.

Como es habitual, cuando la pelota deja de entrar, las críticas comienzan a arreciar. La afición no entiende porqué Bragarnik no toma decisiones con el entrenador, Jorge Almirón. Es la peor racha de la historia del club y la primera vez que se mantiene a un técnico con una trayectoria tan mala. Además, no ven al preparador argentino capacitado para enderezar la situación. Así lo manifestó la Federación de Peñas la semana pasada pidiendo su dimisión.

A la mala dinámica deportiva se ha unido otra crisis en las oficinas con la marcha de la directora general, Patricia Rodríguez, lo que ha dejado al club sin ninguna persona que organice y controle el día a día.

La última esperanza estaba en el mercado de fichajes de invierno y los seguidores confiaban en la llegada, como mínimo, de cinco o seis refuerzos que le dieran un salto de calidad a la plantilla para intentar conseguir la permanencia. El resultado ha sido todo lo contrario. Se han marchado cuatro jugadores (Koné, Sánchez Miño, Lucumí y «Ruso» Rodríguez) y solo ha llegado Johan Mojica y Paulo Gazzinaga, para ocupar la plaza del portero suplente.

La sensación generalizada es que todo pinta muy mal, como reconoce el presidente de la Federación de Peñas, Tomás Domenes: «Esto es un desastre. El equipo no funciona, se mantiene al entrenador y no llegan refuerzos. Es una especie de despropósito y abandono. Dar salidas a jugadores y que no lleguen incorporaciones me da muy mala espina. No sabemos qué puede estar pensando el propietario, porque no da la cara, ni dice, ni hace nada. Vamos para atrás y el tiempo pasa», comenta preocupado.

Domenes intenta encontrar alguna explicación y piensa que «igual es por falta de dinero», pero no entiende que no se tomen decisiones con Almirón. «Hay que hacer un cambio, hay que hacer algo, cambiar al entrenador o algo, pero no se ve nada», insiste.

«Tenemos el corazón en un puño y, por ello, hemos organizado la protesta del sábado. Quejarnos es lo único que podemos hacer. Contra los jugadores no tenemos nada. Creemos que se le puede sacar más, pero, para ello, necesitamos un cambio de entrenador urgente. La sensación es de decepción por el hermetismo que hay y por cómo se están desarrollando los acontecimientos. Las cosas pintan muy mal y es como cuando un agricultor deja abandonada la tierra y ni labra, ni fumiga, ni hace nada. Es un abandono total», asegura con resignación el presidente de los peñistas del Elche.

Protesta contra el máximo accionista y Almirón el sábado antes del partido

La Federación de Peñas del Elche ha organizado una protesta contra el máximo accionista, Christian Bragarnik, y contra el entrenador, Jorge Almirón, para mostrar su desacuerdo con la gestión deportiva e institucional, las ausencia de fichajes en el mercado de invierno y con la caída libre del equipo sin que haya una reacción en el banquillo». Los peñistas han solicitado el permiso a la Subdelegación del Gobierno y este próximo sábado, a las cuatro de la tarde, varias horas antes del encuentro frente al Villarreal, llevarán a cabo una concentración en los aledaños del estadio Martínez Valero y una caravana de coches con una sonora pitada y la colocación de pancartas en contra del técnico y del inversor argentino. Debido a la actual situación pandémica, desde la Federación de Peñas, que ha invitado a adherirse al resto de peñas y a la afición en general, advierten de que para cumplir las normas de seguridad solo podrán ir dos personas por coche y no se podrá bajar de los vehículos. Al mismo tiempo, los peñistas quieren mostrar su apoyo y ánimo a los jugadores.