Le ha cambiado hasta el rostro. Nino ha vuelto a recuperar la sonrisa después de unos meses en los que lo ha pasado muy mal por ver como su Elche se hundía en la clasificación y no poder ayudar desde el campo porque el anterior entrenador, Jorge Almirón, no le daba oportunidades.

Su profesionalidad, que ha sido siempre una de sus señas de identidad a lo largo de su carrera, siempre ha estado fuera de toda duda. Acudía cada mañana a los entrenamientos con ganas y siempre dejándoselo todo. Pero en el fondo tenía la resignación de saber que iba a ser casi imposible que el fin de semana pudiera jugar con el técnico argentino en el banquillo.

Ha asumido ese papel secundario al que ha sido relegado y no ha escatimado esfuerzos cuando le ha tocado jugar los partidos de Copa en un equipo plagado de suplentes y canteranos. La leyenda anteponía el escudo por encima de todo y nunca ha alzado la voz, a pesar de su papel residual. Apenas ha jugado 189 minutos en nueve partidos de Liga. En las pocas ocasiones que ha salido al campo, con sus 40 años, ha demostrado que todavía tiene cosas que aportar a la franja verde.

Por ello, el pasado martes, en el primer entrenamiento con el nuevo técnico, Fran Escribá, se vio a Nino en toda su esencia, disfrutando con el balón con la sonrisa en la cara. Sabe que ahora empieza otra etapa y, aunque es consciente de que va a ser muy difícil que sea titular, tiene la esperanza de poder disfrutar de más minutos y ayudar al Elche a conseguir la permanencia en Primera División.

Alcanzó su sueño de ascender con el conjunto ilicitano y no le gustaría retirarse, en caso de que lo haga al final de la presente campaña -aún no tiene nada decidido- con un descenso.

Además, el goleador franjiverde ya está totalmente recuperado de la lesión en el aductor que le ha impedido entrar en la convocatoria en los últimos encuentros frente al Villarreal y el Celta.

Escribá sabe que Nino tiene que ser un futbolista importante tanto en el vestuario como en el campo y su papel puede resultar fundamental, como ya ocurrió en los dos últimos ascensos a Segunda y a Primera, en los que marcó goles decisivos.

Lesionados

El delantero ya entrena a tope con el grupo. Algo que no pueden hacer todavía el resto de jugadores lesionados, como son Fidel, Josan y Mojica.

Los tres continúan con su proceso de recuperación junto al readaptador Aitor Soler y tienen muy complicada su presencia en el choque del sábado contra el Eibar.

El crevillentino es quien más posibilidades tiene de llegar a tiempo. Su lesión fue en la parte delantera del muslo y en la sesión de hoy intentará probarse.

Con Fidel se está alargando más de lo previsto el tiempo de baja. En el entrenamiento de ayer se le vio tocando balón, pero todavía no está para grandes esfuerzos, porque podría provocar una recaída. Algo que sería un serio contratiempo después de más de un mes de baja.

En una situación similar está Mojica. De todas formas, ninguno está totalmente descartado y va a depender de las sensaciones que tengan, especialmente en la sesión de hoy.