A Fran Escribá le costó librarse del frío, del que sufrió sobre el césped del gélido Los Cármenes y del que le dejó el partido. El resultado desfavorable, el segundo seguido en menos de cinco días, desactiva la tímida reacción experimentada por el cuadro franjiverde tras la victoria sobre el Eibar, la que acabó con una racha de 16 jornadas sin ganar. El preparador valenciano no ocultó el mal cuerpo que le dejó el 2-1 cuando parecía tener casi asegurado un punto. «Da rabia que se te escape un empate que hemos tenido muy cerca y que yo creo que nos hemos merecido», valoró el técnico del Elche.

«Fue un partido muy igualado en el que era complicado ganar. Lo lógico era acabar en empate, pero ellos acertaron y nosotros, no; aunque tuvimos la última opción», comentó haciendo alusión a la ocasión clara de que dispuso Dani Calvo en la acción previa al final del choque.

Fran Escribá consideraba en su alocución telemática que «el empate habría sido lo justo viendo los méritos de ambos equipos» y argumentó que «la justicia del fútbol es difícil de calibrar» y resumió su malestar con un lacónico «este tipo de partidos a veces los ganas y a veces los pierdes».

La estancia en zona de descenso una semana más no atemoriza al entrenador del conjunto ilicitano: «Tenemos experiencia suficiente para llevar estas situaciones», aseveró Escribá, que considera que su equipo está «fuerte a nivel anímico» y que ahora tienen que «pensar ya en el Sevilla, que es lo que viene».

El autor del penúltimo ascenso del Elche a la élite considera que «aún quedan puntos de sobra y mucha competición», y que «todo lo que sea sumar ayuda en la puntuación y en lo anímico». «Nadie pensó que esto iba a ser fácil», reiteró.

Escribá indicó que en lo que queda de temporada «los enfrentamientos directos van a ser importantes» para todos los conjuntos que están en la zona baja. Sobre el colombiano Johan Mojica y el argentino Emiliano Rigone, que tuvieron que ser sustituidos con problemas físicos, aclaró que en ambos casos lo hicieron para «no correr riesgos».

El autor del tanto franjiverde, Lucas Boyé, se mordió la lengua al final del partido. Su gol, una obra de arte, se quedó en nada al final del encuentro. «No merecíamos la derrota, pero tampoco hicimos méritos para ganar», resumió el delantero argentino.

«Estoy triste por el resultado y por la oportunidad que dejamos pasar», declaró nada más escucharse el pitido final antes de añadir que, a su juicio, «fue un partido con pocas ocasiones para los dos lados». «En los encuentros, además de hacer las cosas bien hay que tener un poco de suerte, y nos ha faltado», explicó el ariete franjiverde, que tiene muy clara cuál es la receta para salvar la categoría: «Hay que dar la cara cuando no se dan los resultados para que empiecen a llegar».