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Una encrucijada para Saúl

Su equipo está obligado a ganar porque está luchando por el título y, si lo consigue, complicaría las opciones de permanencia del otro club de su corazón

Saúl recibió un homenaje en su última visita con el Atlético al Martínez Valero en 2017.

Saúl Ñíguez volverá este sábado a pisar el césped del Martínez Valero. La última vez que lo hizo el futbolista ilicitano del Atlético de Madrid fue el 12 de septiembre de 2018, en una noche gloriosa con la selección española, con una goleada (6-0) ante Croacia en la que inauguró el marcador y fue el gran protagonista, recibiendo la ovación de todo el estadio.

Anteriormente lo hizo en 2017, en un partido de la Copa del Rey que enfrentó al conjunto colchonero con los franjiverdes, cuando el equipo ilicitano estaba en Segunda B. Ese día solo jugó los últimos minutos, aunque antes del encuentro recibió el homenaje de la entidad franjiverde, que le entregó una placa y una camiseta del Elche con su nombre, en un acto muy emotivo, en el que estuvo acompañado de su padre, José Antonio Ñíguez «Boria», de su hermano Jony y de sus sobrinos y numerosas familiares.

El sábado, todo ese sentimentalismo quedará al margen. Saúl regresa a su casa para jugar un encuentro de Primera División. Un momento que ha estado esperando durante los últimos años y que debería haber sido muy especial. Pero, en esta ocasión, todo va a ser diferente. No habrá público en las gradas y el partido será a cara de perro, porque el Atlético de Madrid necesita como el comer los tres puntos para no perder sus opciones de luchar por el título.

Además, la derrota también le haría mucho daño al otro equipo de su corazón, porque el Elche podría caer a posiciones de descenso.

Toda una encrucijada para el futbolista ilicitano, que siempre ha presumido de su cariño a la entidad franjiverde. De hecho, en su brazo lleva tatuados los escudos de sus dos equipos. «El Atleti y el Elche tienen valores muy similares. Me los he tatuado por lo que significan para mí. Son los dos equipos de mi corazón», comentó Saúl en una entrevista hace varios años.

Familia franjiverde

El cariño por el Elche le viene desde que nació. Su padre, Boria, fue un jugador importante en la época de los años 80; su hermano Aarón logró con el conjunto ilicitano el ascenso a Primera en la temporada 2012-2013 y estuvo dos campañas en la máxima categoría hasta el descenso administrativo. Su otro hermano Jony también sabe lo que es ascender como franjiverde de Segunda B a Segunda. Además, Saúl colaboró económicamente con el club ilicitano en los momentos difíciles de Segunda B.

«Esté donde esté yo seré abonado del Elche. Desde pequeño mis padres me inculcaron el amor a este equipo y a la franja verde. El Elche lo llevo en mi corazón por que desde niño me enseñó unos valores que intento llevar a la práctica. Los llevaré conmigo toda la vida. Me siento orgulloso de mis orígenes y nunca olvidaré que saltaba la valla del Anexo para entrenar cuando era un chavalín y esperaba a que llegaran los porteros a trabajar para lanzarles tiros. Lo recuerdo con nostalgia», comentó en otra entrevista.

A Saúl le dolerá si el sábado pierde su Elche, pero su profesionalidad estará por encima de todo. Más, en un año difícil a nivel profesional, porque no está jugando todo lo que desearía, ha perdido su condición de titular indiscutible y ha dejado de ir a la selección. Incluso se habla de una posible salida de la entidad colchonera con destino al Bayern de Munich.

Después de este encuentro, el menor de la saga de los Boria seguro que deseará y apoyará con todas sus fuerzas al Elche para que el conjunto franjiverde continúe en Primera División.

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