Marcelino García Toral regresará el sábado al Martínez Valero con el Athletic Club de Bilbao. El técnico asturiano volverá a un estadio que conoce perfectamente, no solo porque haya venido como entrenador.
El actual preparador del conjunto vasco fue jugador del Elche en la temporada 1992-1993, cuando la entidad franjiverde se encontraba en el pozo de Segunda División B. Formó parte de una plantilla en la que también estaban Boria, Capón, Miguel Recio, Vicente Mir, Adolfo Soto Villena, incluso el actual médico del conjunto ilicitano César Quesada.
Marcelino jugaba de centrocampista y protagonizó una triste imagen, como es la que se puede ver en la fotografía principal de este artículo. Terminó desolado y llorando el último partido del «play-off» de ascenso a Segunda División -por aquel entonces se disputaba a una liguilla de cuatro equipos- que el Elche perdió, por 3-0, en el estadio de Butarque, frente al Leganés de Luis Ángel Duque.
El técnico asturiano disputó 30 partidos con la camiseta franjiverde y marcó un gol. El conjunto ilicitano acabó tercero de su grupo de la liga regular, con 52 puntos. Primero fue el Murcia (53), segundo el Sant Andreu (52) y cuarto el Hércules (50).
En la promoción de ascenso estuvo encuadrado en un grupo con Leganés, Palencia y Xerez Deportivo. Los palentinos y los andaluces solo sumaron tres puntos y todo se lo jugaron los madrileños y los ilicitanos.
El partido de ida de liguilla, disputado en el Martínez Valero, acabó con empate a uno y fue polémico, porque el árbitro le anuló un gol a Adolfo. Elche y Leganés llegaron al último encuentro con un punto de ventaja para los franjiverdes, que les valía el empate en Butarque. Sin embargo, los pepineros vencieron 3-0 y acabaron con las ilusiones de ascenso de un equipo que estuvo respaldado por miles de aficionados en la ciudad madrileña. Marcelino sabía que no ascender suponía un fracaso para la entidad ilicitana y después de la derrota se le vio llorando en el césped.
Ahora, 28 años después, regresa al Martínez Valero como un entrenador de prestigio y con la posibilidad de amargar la permanencia al Elche. Algo que, seguro, le dolerá mucho, pero, por encima de todo, estará su profesionalidad.
En una entrevista publicada por INFORMACIÓN hace tres años, cuando Elche y Sporting B jugaron el «play-off de ascenso a Segunda, Marcelino reconoció su deseo de que subiera el Elche, a pesar de que el filial sportinguista era un equipo al que quería mucho porque se formó en el club gijonés. «Tengo mucho cariño al Elche, porque mi paso por allí me dejó muy buenos recuerdos».
El entrenador del Athletic mantiene una gran relación con compañeros de aquella temporada 92-93, especialmente con Vicente Mir.
Cuando pise de nuevo el sábado el Martínez Valero seguro que le vendrán a la cabeza muchos recuerdos de aquella etapa como jugador franjiverde.
