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Sentimientos enfrentados para Kiko Casilla y Óscar Gil

El portero del Elche estuvo seis temporadas en el Espanyol, donde vivió la mejor etapa de su carrera - El lateral ilicitano del conjunto perico jugará por primera vez en el estadio Martínez Valero como rival

Kiko Casilla y Óscar Gil

Hay dos jugadores para los que el partido de este sábado (18.30 horas) entre el Elche y Espanyol tendrá unas connotaciones especiales y unos sentimientos extraños. Ellos son Kiko Casilla y Óscar Gil, a los que seguramente le vengan multitud de recuerdos a la memoria cuando salgan al estadio Martínez Valero. Ambos se van a enfrentar a dos equipos que llevan en sus corazones y por los que sienten un cariño especial.

El guardameta franjiverde nació en Alcover (Tarragona) y a pesar de formarse en las categoría inferiores del Real Madrid, muy joven, con 21 años, se marchó al club perico. En la temporada 2007-2008 ingresó en su filial, con el que disputó 25 partidos, y llegó a debutar con el primer equipo jugando cuatro encuentros.

Posteriormente, para poder seguir su proyección y al no poder tener continuidad en Primera División, salió cedido y estuvo dos campañas en el Cádiz, en Segunda B, logrando un ascenso, y en Segunda. En la temporada 2010-2011 también jugó a préstamo en el Cartagena.

Por fin, en la Liga 2011-2012 a Kiko Casilla se la abrieron la puertas del primer equipo espanyolista y no desaprovechó su oportunidad. A partir de ahí, vivió la mejor etapa de su carrera deportiva y ofreció su mejor rendimiento. En la temporada 2011-12 jugó 16 encuentros y en la 2012-2013, un total de 21. En las campañas 2013-2014 y 2014-2015 fue el portero titular indiscutible del Espanyol, con 37 partidos en cada curso. Eso le valió para convertirse en uno de los mejores guardametas de España y llegar a la selección española absoluta.

Fue traspasado al Real Madrid por 7,5 millones, pero en el conjunto blanco apenas disputó 25 encuentros en cuatro temporadas. El curso pasado fichó por el Leeds inglés, en el que solo estuvo presente en tres partidos. A sus 35 años, ha llegado este año cedido al Martínez Valero y con el Elche lleva jugados los ocho encuentros de Liga con luces y sombras.

Kiko Casilla, al margen de su profesionalidad, siempre ha sido un periquito más y el sábado tendrá que defender los colores del Elche y evitar que el cuadro catalán le marque goles. Algo que le va a resultar un tanto extraño.

Canterano franjiverde

En la situación contraria se encuentra Óscar Gil, que vivirá un partido todavía más especial que el portero franjiverde.

El lateral derecho del Espanyol nació en Elche el 26 de abril de 1998 y hasta su llegada, hace dos campañas, al cuadro blanquiazul no había vestido otros colores que los de la franja verde del equipo de su ciudad.

Óscar Gil ha pasado por todas las categorías inferiores del conjunto ilicitano y en la temporada 2019-2020 tuvo la oportunidad de cumplir su sueño y debutar con el primer equipo del Elche. Pacheta confió en el futbolista ilicitano con solo 21 años y se hizo dueño del carril derecho. Fue titular indiscutible, salvo el tiempo que estuvo lesionado, y jugó un total de 33 encuentros. Fue uno de los partícipes del éxito del ascenso a Primera División en el estadio de Montilivi de Girona, que celebró por todo lo alto, a pesar de que ya sabía que su destino estaba lejos del Martínez Valero. Pero ascender a la máxima categoría con su Elche, siendo canterano franjiverde nadie se lo va a quitar.

Esa misma temporada, fue convocado por primera vez con la selección española sub’21, con la que llegó a ser titular y el pasado verano disputó los Juegos Olímpicos de Tokio con España, consiguiendo la medalla de plata.

Pagó la cláusula

Después de conseguir el ascenso a Primera División con el Elche, Óscar Gil abandonó el club ilicitano. Esa campaña era el futbolista que menos cobraba de la primera plantilla y mantuvo la ficha del filial. Al ganarse la titularidad en Segunda División, en el mes de diciembre de 2019, tenía apalabrada su renovación con la entidad franjiverde, cuando todavía José Sepulcre era el máximo accionista y Nico Rodríguez el director deportivo; con un contrato por cuatro años y un sueldo que superaba los 100.000 euros.

Sin embargo, cuando Christian Bragarnik adquirió la propiedad del club frenó el acuerdo al considerar que era demasiado dinero para un canterano que todavía no había demostrado nada.

Eso enfadó a su representante, que decidió ofrecerlo a otros equipos y fue el Espanyol, tras su descenso a Segunda División, quien lo firmó por cinco temporadas. Luego llegó el ascenso, el futbolista ilicitano aumentó su revalorización y, a pesar de un último intento del Elche por que se quedara, ya no hubo marcha atrás. Incluso, Óscar Gil tuvo que pagar los 500.000 euros de su cláusula de rescisión para poder marcharse al conjunto catalán.

El joven jugador no pudo disfrutar de la Primera División con el equipo de su ciudad, pero con el Espanyol logró la temporada pasada su segundo ascenso consecutivo, jugando 32 partidos, y en la presente campaña está siendo titular en la máxima categoría y ha disputado los ocho encuentros que se llevan de Liga.

Óscar Gil aprovechó el parón de selecciones de hace dos semanas para volver a su ciudad y estar con sus familiares y amigos. Y este sábado lo hará de nuevo, pero, en esta ocasión, para enfrentarse al Elche. El canterano jugará por primera vez como rival en el Martínez Valero, en un estadio que ha sido su casa desde que comenzó a pegarle patadas al balón. Seguro que cuando salga al terreno de juego los nervios le aflorarán por su estómago.

Edgar Badia y Morlanes también serán centro de atención en el partido

Además de Kiko Casilla y de Óscar Gil, el partido del sábado también será especial para otros jugadores, aunque, en estos casos, de manera secundaria. Son Edgar Badia y Manu Morlanes. El guardameta franjiverde formó parte de la cantera del Espanyol entre 2010 y 2014, donde coincidió con Kiko Casilla. Ahora, ambos se disputan la portería del Elche. Por su parte, Manu Morlanes estuvo a punto de fichar este pasado verano por el conjunto ilicitano. De hecho, el joven centrocampista quería venir y el acuerdo estaba, prácticamente, cerrado. Sin embargo, Bragarnik solo quería una cesión por parte del Villarreal y el club castellonense obligó incluir una opción de compra. Al final, se rompió la operación y recaló en el Espanyol. Morlanes no es fijo en el once titular de Vicente Moreno, pero ha disputado siete partidos de Liga, todos desde que llegó a Cornellà-El Prat y acumula un total de 274 minutos, por lo que es probable que el sábado juegue en el Martínez Valero.

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