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Contracrónica

El Elche se lo pasa pipa

Francisco está consiguiendo que el grupo brille por encima de las individualidades y que el trabajo de sus jugadores tenga recompensa, tanto por las sensaciones como por los resultados

Los futbolistas del Elche hacen piña para celebrar el triunfo, justo a la conclusión del partido, ayer. | MATÍAS SEGARRA

El equipo por encima de las individualidades. Francisco hacía una reflexión que posiblemente solo vieran personas, como él, que empezaron la temporada fuera del entorno del Elche. Vino a decir que antes se hablaba demasiado de nombres. Y resaltó la importancia del grupo. No le falta razón. Y aquí tienen al primer culpable que sintió un pellizco con la llegada de Pastore, Benedetto, Lucas Pérez o Kiko Casilla. En este deporte, una vez más, se nos recuerda que un tío solo no gana a once. Ni aunque seas Messi. Es de agradecer que el nuevo técnico detectara el problema y pusiera el foco en solucionarlo.

Porque el triunfo del Elche contra el Villarreal fue 100% de grupo, de equipo, de trabajo coral. No fue una actuación brillante. Casi nadie recordara esta victoria dentro de cinco o diez años, pero hoy es justo alabarla. Por su dificultad y porque el plan salió según lo estipulado. Y eso es clave para que un equipo vaya a más, crea en lo que hace y siga en la misma línea. Las sensaciones pueden ser muy buenas, pero si no llegan acompañadas de resultados, es difícil mantenerlas durante mucho tiempo. La reacción de la plantilla a la conclusión del choque transmitió la emoción del fútbol, de una victoria sufrida, conseguida a través de la fe y el esfuerzo. El Elche se lo pasó pipa.

La valentía de Francisco

En estas líneas ya se ha hablado anteriormente sobre la valentía/temeridad del técnico almeriense. Tardó poco en mostrar estos rasgos, alineando en los tramos finales de algún encuentro a los cinco delanteros en nómina. Ante el Villarreal trasladó su filosofía a la otra zona del campo y, en varias fases del partido, el Elche adelantó mucho la línea defensiva, llevándola hasta casi el centro del campo. La aparente locura salió bien porque no fue tal, ya que los futbolistas mantuvieron la concentración en todo momento. Ni hubo errores de marca ni los centrocampistas y delanteros dejaron demasiado tiempo para pensar a sus rivales para que encontraran pases con facilidad a la espalda de la zaga franjiverde.

Si Francisco arregla el problema defensivo que venía padeciendo el conjunto ilicitano a lo largo de esta campaña y lo hace además alternando varias formas de defender sería para quitarse el sombrero porque no es tarea sencilla. Ante el Villarreal se vio el mayor avance en este sentido desde que se hizo cargo del equipo. La valentía de un entrenador no solo se demuestra a la hora de atacar, también en la manera de defender. Y más aún manteniendo tu idea pese al contratiempo con la lesión de Enzo Roco.

Benedetto y la honestidad en el fútbol

El delantero-accionista del Elche parece que ya es agua pasada, al menos en cuanto a su primer rol se refiere. Una salida que se viene mascando desde hace casi un mes, cuando se marchó de vacaciones a su país y empezó la cadena de rumores sobre su vuelta a Boca, que acabarían convirtiéndose en certezas y que a falta de un comunicado oficial son una realidad. Benedetto llegó como el fichaje estrella del Elche, pero se ha visto superado por un Boyé sobresaliente, un Lucas Pérez que lleva meses sin marcar, un Pere Milla que no se quita su capa franjiverde de héroe y un Carrillo que baja a la mina sin casco ni hacer preguntas.

En la salida del argentino se repite algo demasiado habitual en el mundo del fútbol, la actitud del jugador que se quiere ir a otro equipo y que en sus últimos días, semanas o meses en el club que le paga no ofrece rendimiento. Si Benedetto era suplente tenía dos opciones: bajar los brazos y volver a casa o pelear por la titularidad. Dio la sensación de acomodarse en la primera. Con el equipo acumulando bajas, su último servicio fue ausentarse en el último partido. En su país hay ejemplos recientes de deportistas (Facundo Campazzo y Gabriel Deck) que con el billete a la NBA ya sacado dejaron una encomiable despedida, para que nadie dudara de su compromiso y honestidad.

A Boyé le falta un grande

Eso sí, nadie echó de menos al «Pipa». Sobre todo al hacerse pública la lista de convocados y ver que Lucas Boyé estaba de vuelta, aunque en el banquillo. Los titulares aguantaron como un equipo hasta que llegó la (media) hora del «9», inédito en este inicio de 2022 por el covid, primero, y unas molestias físicas después.

Sin estar a tope su salida al campo fue decisiva. Reactivó un partido que estaba dormido, más aún siendo las horas que eran. Y encontró el camino del gol a la primera que tuvo, en colaboración con un Gumbau que ha crecido de manera increíble desde la llegada del nuevo entrenador. Así se lo reconoció la grada, con una sonora ovación al ser sustituido. Ahora viene el Real Madrid, en Copa y Liga. Al argentino solo le falta que lo que ven quienes siguen al Elche, que es uno de los mejores delanteros de LaLiga, lo vea un público más amplio. Una exhibición «made in Boyé» mediática. El escenario de esta semana es ideal.

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