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Franjiverde de colección

El aficionado José Antonio Samper guarda como un tesoro el cuadro que confeccionó su padre con fotos del Elche y sus rivales en la temporada 1959-1960, la primera del cuadro ilicitano en la máxima categoría - En las imágenes, centenares de recuerdos

José Antonio Samper con su colección de fotografías del estreno del Elche en Primera. | ANTONIO AMORÓS/FORMIGÓ

Un 20 de septiembre de 1959, el Elche jugaba su primer partido en casa en su estreno en la Primera División. Venía de empatar a domicilio a un gol -el ilicitano fue de Pahuet- ante el Oviedo. Enfrente tenía, nada más y nada menos que al Barça de Ramallets, Olivella, Gensana, Evaristo, Eulogio Martínez, Segarra, Rodri, Ribelles, Tejada, Gracia, Luis Suárez y Villaverde.

Franjiverde de colección

Aquel día, José Antonio Samper Ramírez, «Jose Matola», solo tenía siete años. Había acudido al campo de Altabix junto a su padre, José Samper Deltell. Situados en el fondo sur del estadio, en una grada tan pegada al terreno de juego que los de adelante podían tocar la red de la portería, se disponía a ver el partido.

Estaba totalmente encantado, en el más amplio sentido de la palabra. Vivía un sueño del que, asegura, no quería despertar. Su padre debió pensar lo mismo. Había que inmortalizar el momento, así que decidió comprar una de las obras del fotógrafo local Formigó. Sus instantáneas forman ya parte de la historia del club, pero José Samper quería que también lo hicieran de la de su familia.

Desde aquel momento adquirió todas las fotos en las que Formigó inmortalizó los onces iniciales de los conjuntos que visitaban Elche. Instantáneas que hoy siguen siendo el icono de la pasión franjiverde que «Jose Matola» siente. Fotografías para las que Samper confeccionó un modesto cuadro, con marco franjiverde de madera y papel cartón en la base, para pegar unas imágenes que su hijo guarda hoy como un tesoro.

José Antonio Samper es socio abonado del Elche, «de toda la vida» y miembro de la Peña La Jarra Ilicitana. «Incluso tengo alguna participación en el club, como accionista minoritario, claro», expone.

Mientras mira las fotos de los 15 rivales que visitaron la ciudad aquella temporada, la histórica de 1959/60, reconoce a muchos, muchísimos jugadores. Por ejemplo a Pasos, «legendario portero del Elche que también jugó con el Atlético de Madrid y que aquel día vino como rojiblanco».

Otro guardameta que vistió de franjiverde, «Araquistain, que llegó a Elche con la Real Sociedad y después fue madridista». De la plantilla del Real Madrid que vino a Altabix el 18 de diciembre de 1959 destaca a Marquitos, «abuelo del actual jugador del Chelsea».

José Antonio Samper conoce a la perfección el cuadro y a la mayor parte de los componentes de aquellas plantillas gracias a la idea de su progenitor de comprar las fotografías. «Cada vez que venía un equipo, mi padre se acercaba a la tienda de Formigó, que estaba situada frente al hotel Cartagena y al cine Victoria», recuerda. «Él quería recordar siempre la primera vez que nuestro equipo jugó en Primera», ante conjuntos como los citados Barça, Real Sociedad, Madrid, Valencia, Atlético de Madrid, «donde jugaba Babá, del que después se puso el apodo nuestro Babá, por admiración hacia este jugador».

También militaban en la máxima categoría Zaragoza, Las Palmas, «donde jugaba el Leñero Tonono», Osasuna, Sevilla, Betis, Oviedo, Athletic y Valladolid. «Ah, y nuestro Elche CF, con futbolistas como Perezchuecos, Quirant, González, Gómez, Bronchal, Fausto, Laguardia, Fuertes, Dagoberto, Moll, César, Rodríguez, Cardona, Pahuet y Cayetano Ré», once titular frente al Barcelona. En aquel entonces, ir a un partido de fútbol así era «toda una fiesta. Nosotros vivíamos cerca de la plaza de Barcelona. Subíamos a un autobús que nos llevaba a la Plaça de Baix y, desde allí, caminábamos hasta el estadio entre un gran ambiente», rememora Samper. Los aficionados tenían puntos de reunión. «Parábamos en algunos bares como el Galicia, el Central o el mesón de Pasos, frente al campo de fútbol», expone.

«Solíamos ir en pandilla, con amigos, lo pasábamos muy bien. Yo siempre me situaba en el Fondo Sur, cerca de la carretera, junto a la gasolinera. Se cantaban habaneras, las mismas que le canto yo a mis nietos», destaca este aficionado franjiverde que tiene carnets de socio, camisetas, bufandas, incluso título de accionista del Elche, pero que, ante todo, cuenta con un cuadro de fotos que es para él un verdadero orgullo.

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