El proyecto del Elche con Christian Bragarnik al frente va dando los pasos adecuados para tratar de asentarse en Primera División y que la franja verde no luzca de manera fugaz en la elite. Sin embargo, incluso en la excelencia aparecen puntos a mejorar de cara al futuro, si es que el objetivo es seguir creciendo una vez integrados entre los mejores.

En este sentido, la cantera es la asignatura pendiente de la etapa del empresario argentino en la ciudad de las palmeras. Bragarnik confió en un profesional con experiencia en grandes clubes, tanto argentinos como europeos, para liderar y coordinar el trabajo con los más jóvenes. Con Jorge Raffo al frente se espera que el Elche sea capaz de convertirse en un reclamo ideal para que los jóvenes valores de la zona no se embelesen con los cantos de sirena de otros equipos de mayor renombre y para que los de fuera se sientan atraídos por una zona ideal para vivir y desarrollarse como personas y un club para evolucionar como deportistas.

John y Jony, los dos canteranos utilizados en Liga las dos últimas temporadas ECF

Aunque aún es pronto para valorar de manera profunda un trabajo de cantera, que requiere de paciencia y tiempo, lo cierto es que los números dejan una sensación de estancamiento en clave franjiverde, al menos por lo que respecta a los futbolistas que deben dar el salto desde el Ilicitano hasta el primer equipo. En las dos últimas temporadas solo John Donald y Jony Álamo han llegado a participar en Liga... y de manera prácticamente residual: dos partidos cada curso el primero y 74 minutos en la 2020/21 el segundo. 

Del trabajo sin completar de Orta a la llegada de Raffo

A lo largo de la última década, el salto de canteranos al primer equipo ha ido claramente en declive hasta llegar a la presencia testimonial de los dos últimos años. En 2014, con Víctor Orta y el filial en Segunda B, se hizo una importante apuesta para reforzar al segundo equipo que no salió bien. El trabajo del madrileño se quedó a medias por los problemas extradeportivos y el Ilicitano descendió a Tercera pese a fichajes como Fragapane, Christensen, Rafa Gálvez, Pol Freixanet, Moha Traoré o Luca Iotti.

Ninguno de ellos ha llegado a hacer carrera, aunque aquel curso Fran Escribá tuvo que tirar de ocho canteranos por la falta de refuerzos para el primer equipo. El siguiente (2015/16), Rubén Baraja sacó rendimiento al retorno de Sergio León y también utilizó bastante a Álvaro, José Ángel y Cifu. En los cursos posteriores fueron apareciendo Liberto, Primi, Sory Kaba y Óscar Gil. Ninguno ha tenido continuidad.

Casi 12 millones de euros en ventas de los canteranos

En este tiempo, el Elche ha vendido a seis canteranos por un valor de 11.650.000 euros, aunque no todo ha ido a parar a las arcas franjiverdes. El traspaso más alto ha sido el de Gonzalo Villar a la Roma, por 5 millones, pero la mayor parte se lo quedó el Valencia.

Sory (4 millones al Dijon y el posterior mecanismo de solidaridad), Sergio León (1,7 millones a Osasuna), Óscar Gil (500.000 euros al Espanyol), Liberto (250.000 al Betis) y Cifu (200.000 al Málaga) también dejaron dinero en caja. La cantera ha sido una boya en la maltrecha economía del Elche, sobre todo viendo el resto de ventas: 14 millones, contando los 7 de Jonathas, de los que el club solo recibió una parte.

Ascender al Ilicitano y la Ciudad Deportiva son fundamentales

De cara al futuro, el Elche debe fortalecer una base sólida especialmente en el Ilicitano, que en los últimos años ha vivido un vaivén de entrenadores y futbolistas. Hace una década, el filial peleaba por subir a Segunda. Ahora milita en la quinta categoría del fútbol español. El salto es demasiado grande y eso también frena al técnico del primer equipo.

Christian Bragarnik y Jorge Raffo, tras un partido del Ilicitano D.G.

En el horizonte inmediato aparecen nombres como Knezevic, que ha estado medio año sin jugar por asuntos burocráticos (otra cuestión a mejorar), Salinas o Rodrigo Mendoza, internacional en categorías juveniles. Perfiles que no se pueden ni escapar ni estancar. Para ello será fundamental también la construcción de una Ciudad Deportiva que no termina de arrancar.

Una cantera fuerte, que sea referencia en la zona y atractiva para futbolistas, padres, madres y agentes debe ser fundamental para el crecimiento del Elche en Primera. En el recuerdo, la etapa dorada, en la que el club fue reconocido con el trofeo Amberes (1968) a la mejor cantera de España. Es hora de repetir la historia.