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Primera División

Francisco se queda sin delanteros

Boyé se vuelve a romper y estudia si pasar por el quirófano, mientras Ponce y Pastore aún no han entrenado con el grupo. Milla se queda solo y no es un punta nato

Boyé en una de las últimas sesiones de entrenamiento SONIA ARCOS /ECF

A tres semanas del comienzo de LaLiga, Francisco solo tiene un delantero en forma, Pere Milla, y tampoco es un punta nato. La preocupación empieza a ser evidente tras la recaída de Lucas Boyé de su lesión en el aductor. El atacante argentino sufría un desgarro en una zona que no ha llegado a curarse y no tiene fecha de vuelta. La lesión se produjo el pasado 3 de abril en el Athletic de Bilbao-Elche. Corría el minuto 15 del encuentro y el jugador pidió el cambio con evidentes signos de dolor.

Desde entonces, el argentino vive un calvario con una molestia que nunca se va del todo y que cada vez que fuerza, le molesta intensamente. En su momento, fue él mismo quien decidió no operarse. Consultó incluso a médicos externos al club, pero optó por un tratamiento menos invasivo. Ahora, con el inicio de la temporada encima, está claro que Boyé no podrá estar en los primeros encuentros de LaLiga. Incluso está barajando la posibilidad de pasar por el quirófano. La última palabra siempre es del futbolista, que aún no ha decidido qué hacer, pero que ya se lo plantea al no haber surtido efecto el descanso y la rehabilitación.

Si es intervenido, su baja será de en torno a tres meses. No volvería a estar en forma hasta después del parón por el mundial de Qatar, a finales de diciembre. Se perdería 16 jornadas ligueras y no estaría en un momento crucial para su equipo. Si no se opera, la vuelta podría ser antes, pero nadie puede garantizar que este hecho se produzca, máxime cuando ya se han intentado tratamientos conservadores que, de momento, no han funcionado.

Boyé se perdió muchos partidos la temporada pasada por distintas lesiones. Primero fue el tobillo, luego el tendón de la corva, el bíceps femoral, y, posteriormente, el cuádriceps. El atacante argentino no ha estado en 14 choques de LaLiga anterior. Y ahora se ha vuelto a romper. Con el inicio de la pretemporada, la situación sigue siendo la misma que cuando finalizó el curso pasado.

Boyé es un futbolista profesional al que no se le puede poner un pero. Cada jornada, cada entrenamiento, cada clase táctica, cada comida… es un momento de aprendizaje para él, así como de entrega máxima. Es un joven muy serio y disciplinado, que cuida con mimo su alimentación y su físico. Varias veces, Francisco ha destacado su calidad y hambre de gol, pero sobre todo su derroche en cada sesión de entreno y su gran profesionalidad. «Es un jugador que siempre eleva la competitividad del resto, un fuera de serie», reconocía el preparador almeriense al poco de llegar al club.

Retirada del entreno

El viernes pasado volvieron a saltar las alarmas. Boyé se retiraba con antelación del entrenamiento grupal en el Díez Iborra. Desde el club aseguraron que había sido por precaución, para rebajar carga. Y así es, pero porque el jugador lleva semanas sitiendo de nuevo las molestias originales en su aductor. El sábado, en el amistoso ante el Leganés, el argentino ya no pudo vestirse de corto y ayer realizó carrera continua y series totalmente separado de sus compañeros, incluso en zapatillas deportivas, sin tacos. 

El delantero argentino es un portento físico. 1,81 de altura, 80 kilos de peso. Tiene una gran masa muscular. Destaca por su juego para proteger los balones, ir a las disputas y luchar con las defensas contrarias. El club ha iniciado la pretemporada siendo lo más protector posible con el jugador, pero en el último entrenamiento grupal al que acudió volvió a sentir el dolor que le trae de cabeza. Hasta ahora, solo ha disputado unos minutos en un amistoso, el choque ante el Villarreal B. Marcó un gol de penalti, se le vio entregado y bien de fuerzas, pero tampoco estuvo cómodo. 

El Elche y Boyé entran en una semana crucial para su futuro. El «stage» de concentración que comenzó esta noche en el hotel La Finca Golf Resort de Algorfa será definitivo. El delantero tiene previsto estar con sus compañeros estos días, pero no va a poder entrenar con el grupo ni disputar los dos amistosos previstos esta semana. Su baja apunta a ser de larga duración y a Francisco le crecen los enanos, puesto que hasta ahora tampoco ha podido contar con su otro punta, Eze Ponce, por una rotura fibrilar en los isquiotibiales. Esta tarde seguía ejercitándose al margen del grupo, junto al recién fichado Carlos Clerc.

Vuelta de Ponce y Pastore

Después de tres semanas de pretemporada, Ponce podría empezar a trabajar con el resto de sus compañeros a partir de mañana mismo, en Algorfa. Por su parte, Javier Pastore, que sufría problemas musculares y ha estado ausente dos semanas, volvía ayer a la dinámica del grupo.

Este Elche necesita reforzar su línea atacante cuanto antes. En invierno se marcharon Benedetto y Lucas Pérez. En junio acabó contrato Guido Carrillo. Ahora mismo, Francisco solo tiene como delanteros a Boyé, Ponce y Pere Milla -Mourad parece descartado-, y de ellos Milla es el único que se ha mostrado bien de forma. Francisco ha dado la alternativa al canterano Rodri Mendoza, de 17 años, que ha mostrado detalles de mucha calidad y ha enamorado a técnicos y aficionados, pero cuyo físico está aún alejado de las exigencias de Primera División y tampoco es un «9». El entrenador sigue confiando en el joven, internacional sub’17, lo tendrá junto al equipo toda la pretemporada, seguirá en punta en los amistosos y ya piensa en darle oportunidades en ciertas ocasiones -dígase Copa del Rey-, pero al futbolista murciano aún le falta madurez para competir en la máxima categoría. Experiencia sí está adquiriendo ya. Y de Primera.

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