El fútbol ya no es lo que era, ni siquiera en verano. Uno de los saltos del balompié hacia la modernidad, aunque parezca extraño, se da precisamente en la parte en la que la competición cede protagonismo a la preparación. Las pretemporadas ya no son lo que eran. Y en esa mutación se han llevado por delante a los clásicos torneos veraniegos, una especie casi en extinción.
No ocurre solo en la provincia de Alicante. Es una característica de la España futbolística actual. Lejos quedan los tiempos en que el verano venía cargado del Carranza, el Teresa Herrera, el Gamper, el Bernabéu, el Villa de Gijón, el Colombino y, por supuesto, el Festa d’Elx o el Ciudad de Alicante. Torneos con semifinales y finales, a veces triangulares, retransmitidos por televisión nacional, que obligaban a acortar el baño de aquella tarde de verano en la que había ganas de ver a tu equipo. Incluso a rivales desconocidos, con escuadras sudamericanas que hacían su agosto, literalmente, con giras por el país. Los directivos cazaban maletines y los futbolistas tenían la oportunidad de brillar y ganarse el interés de algún club europeo.
Esta semana ha sido noticia la suspensión, al menos durante el verano, de la edición de este año del Festa d’Elx. Para darle mayor calado al asunto hay que tener en cuenta que este debía ser el primer gran acto del centenario del Elche. Y, además, que recientemente (2019) ya no pudo disputarse este trofeo al intentar organizarse un duelo contra el Athletic por el 50 aniversario de la final de Copa que no salió adelante. En 2020 tampoco se celebró.
El mismo caso se da en Alicante, donde el Hércules bastante tiene con formar una plantilla como para pensar en un trofeo. El Ciudad de Alicante no se juega desde 2019 y en sus últimas ediciones quedó lejos de la brillantez que tuvo tanto con su nomenclatura actual como cuando se llamaba trofeo Costa Blanca.
Historia de los torneos
Porque la historia del Festa d’Elx y del Costa Blanca/Ciudad de Alicante vive en las antípodas del escaso interés que parecen despertar en los últimos tiempos a nivel organizativo. El torneo ilicitano se disputó por primera vez en 1960, con un triangular que tuvo como ganador al Levante frente a Hércules y Elche.
En 1962 aterrizaron en la ciudad de las palmeras los dos primeros clubes extranjeros que jugaron el Festa: Estrasburgo (Francia) y Sporting de Lisboa (Portugal). Ambos cedieron ante el empuje de un Elche que vivía su época dorada en Primera División. Independiente de Avellaneda (Argentina) fue el primer campeón foráneo, en 1967. Dos años después se disputó el Festa con mejor cartel de la historia: el Elche subcampeón de Copa cedió ante Estudiantes de La Plata, que dominaba con puño de hierro la Libertadores (campeón tres años seguidos entre 1968 y 1970) y que en 1968 había ganado la Copa Intercontinental.
Por Elche han pasado el Barcelona, campeón en 1970, 1989 y 2003, en el debut de Ronaldinho en España como culé; el Real Madrid, triunfador en 1984, 1985 y 1999; el Vasco de Gama, el Deportivo en la mejor época de su historia o el Benfica. También ha habido momentos para el exotismo, con rivales como el Vasas húngaro, las selecciones absolutas de Marruecos y Paraguay o el Al-Rayyan de Catar.
El Madrid, un clásico
Una década después del nacimiento del Festa d’Elx irrumpió con fuerza el trofeo Costa Blanca, cuya primera edición midió en 1971 a Hércules (vencedor),Rayo Vallecano y Unión Española. El verano siguiente el invitado de lujo fue el Real Madrid, cuya presencia durante el mes de agosto en el Rico Pérez se convirtió en habitual durante la década de los 90 y la primera del siglo XXI. De hecho, los merengues son el equipo más laureado del Ciudad de Alicante, con 10 trofeos (11 contando el Costa Blanca de 1972).
Si bien el Elche siempre ha participado en el Festa, no ocurre lo mismo con el Hércules y el Ciudad de Alicante. En 1995, 2000, 2001 y 2002 el Real Madrid ejerció de local, con la grada repleta de turistas veraneantes en la provincia, frente a Atlético Celaya (con Butragueño), Nápoles, Montpellier y Dinamo de Bucarest.
Los torneos veraniegos de la provincia también han albergado derbis, desde aquel primer Festa de 1960 hasta el Ciudad de Alicante de 2013, en el que un Elche recién ascendido a Primera División se impuso en los penaltis al Hércules a domicilio. Curiosamente, solo tres años antes se había vivido la situación inversa, con los alicantinos asaltando el Martínez Valero en verano. Es la única vez que cada eterno rival ha conseguido levantar el trofeo en la localidad vecina.
El Ciudad de Alcoy resiste
Además del Festa d’Elx y del Ciudad de Alicante/Costa Blanca también se han disputado otros trofeos veraniegos con menor calado en la provincia. El más destacado podría ser el Villa de Benidorm, que cuenta con el Real Madrid como campeón más ilustre de su palmarés.
En esta tónica habitual de la «extinción» de los torneos veraniegos de la provincia hay un «superviviente». El trofeo Ciudad de Alcoy sigue disputándose y en la edición de este año enfrentará al conjunto local, el Alcoyano, contra el Hércules.
El encuentro tendrá lugar el próximo día 12, en la edición número 44 de un trofeo que se disputó por primera vez en 1975 y que, desde entonces, solo ha dejado de celebrarse en cuatro ocasiones: 1993, 2004, 2011 y 2015. Ni siquiera la pandemia impidió que se disputase.
Este torneo cuenta con el Alcoyano como el equipo más laureado (18 títulos, el último de ellos el verano pasado ante el Real Murcia), seguido por el Elche, ganador en cuatro ocasiones, la última en 2016. Hércules, Getafe y Levante lo han ganado tres veces cada uno.
Entre la nómina de campeones también se encuentran el Olímpic de Xàtiva, que triunfó en las dos primeras ediciones (1975 y 1976), la selección brasileña sub-20 (1990), el Villarreal (2000), el Levante (2010 y 2013) o el Valencia (2012).
Aparte del joven combinado brasileño, en el que jugaba el posterior capitán de la «canarinha» Cafú, la otra nota foránea de este torneo la puso un equipo chileno, Unión Española, que cayó goleado ante el Alcoyano (6-2) en 1991.
