El Elche perdió de manera clara contra el Barcelona en una visita al Camp Nou en la que no había puestas muchas esperanzas en sumar puntos, pero al menos se esperaba que pudiera ser un punto de partida inicial para recuperar las sensaciones que el equipo dirigido por Francisco sigue sin encontrar en esta Liga. Los franjiverdes volvieron a mostrarse muy inferiores a sus rivales, incapaces de tirar a portería y hundidos tras quedarse con diez futbolistas y encajar los dos primeros goles. Al final, el doblete de Lewandowski y una diana de Memphis deja a los ilicitanos como colistas de Primera División antes del parón FIFA de la próxima semana.

Como ocurriera frente al Betis en la jornada inaugural de esta Liga, la defensa de cinco le volvió a durar un cuarto de hora a Francisco. Fue el tiempo que tardó el capitán Gonzalo Verdú en ver la roja directa por agarrar a Lewandowski cuando el delantero polaco se disponía a encarar a Edgar Badia. En esas milésimas de segundo en las que un deportista debe tomar decisiones clave, el cartagenero optó por cortar la jugada, a sabiendas del castigo que ello conllevaba: dejar a su equipo con diez durante 75 minutos.

A partir de ahí, al Elche le tocó añadir una nueva piedra a su cargada mochila de «pecados» de esta temporada. Y la derrota fue fraguándose a fuego lento entre el dominio del Barça, la impunidad que gozó Kessié y la mala suerte del Elche. Porque cuando estás mal todo te sale al revés. A aquella milésima de segundo de la decisión de Verdú se añadieron unos milímetros que permitieron a los azulgrana marcar los dos primeros tantos, obra de Lewandowski y Memphis. Ambos, revisados por el VAR, recibieron el OK entre dudas por la ubicación de las líneas trazadas. Si confías en la tecnología no queda otra que lamentar los dos nuevos infortunios. Si crees en las conspiraciones tienes otras dos razones para pensar en que alguna mano negra quiere amargar el centenario del Elche.

Lo que no dependió de la tecnología y sí del criterio arbitral fue el perdón al azulgrana Kessié, que al poco de empezar el partido dejó con la nariz tocada a Boyé tras un codazo que no pareció voluntario, pero sí temerario. El centrocampista no bajó el ritmo y siguió abusando de brazos y manos para imponer su tremendo físico. En otra acción, dentro del área del Elche, tumbó a John. Muñiz Ruiz le permitió seguir en el terreno de juego para cabreo de la plantilla franjiverde, que presionó para tratar de recuperar la igualdad numérica sobre el terreno de juego.

El resultado fue una amarilla a Bigas y el caldo de cultivo para la posterior expulsión de Francisco, que perdió los nervios justo cuando el VAR dio la razón a los suyos al anular un gol de Pedri tras una acción con varios rechazos. Ahí el almeriense demostró lo poco agradable que es la situación actual del Elche, no supo controlar los nervios y el colegiado le mandó al cuarto de pensar, donde estará, salvo que Bragarnik diga lo contrario, las próximas semanas.

Sentencia al empezar el segundo acto

Poco más queda de análisis para un partido roto a raíz de la expulsión de Gonzalo Verdú y del momento en que los locales pudieron disipar cualquier duda al ponerse por delante en el marcador. Más allá de la polémica, los culés mostraron una evidente superioridad en lo futbolístico, pese a dar la sensación de no jugar al 100%. Un chispazo de Pedri en el 1-0, la velocidad y ganas de ganarse un puesto de Balde en el lateral izquierdo y la capacidad goleadora de Lewandowski fueron suficientes para tumbar a un Elche que, una vez más, no tuvo capacidad de responder ni a los golpes de su rival ni a los tiros en el pie tan habituales de estas seis primeras fechas de campeonato.

Cualquier motivo para creer en el milagro tras el paso por vestuarios quedó enterrada con el tercero del Barça, segundo en la cuenta personal de Lewandowski. Un tanto que llegó, una vez más, tras varios rebotes que la defensa franjiverde fue incapaz de controlar. Y, con el balón vivo dentro del área y un «killer» como Lewandowski suelto en el césped el resultado solo podía ser uno.

Con prácticamente la mitad del partido por delante, el Elche ni siquiera fue capaz de salir de su campo, sometido al dominio de un Barça en el que Ansu Fati buscó su gol, sin éxito. Los cambios de Francisco solo sirvieron para mantener la línea defensiva lo más unida posible y, de este modo, evitar una mayor goleada que, por otra parte, los catalanes tampoco buscaron con ahínco.