Jornada especial de entrenamiento y convivencia la de ayer para el Elche. Con duro e intenso trabajo matinal y una sincera y familiar reunión vespertina. Francisco ha activado el botón de reinicio, entonando el mea culpa por la crisis actual y pidiendo empezar de cero y máxima unión y entrega para lo que viene. Ayer no se jugó partido alguno. No se pudo ganar o empatar para iniciar la recuperación. Pero hubo gestos, momentos y situaciones con las que siempre comienzan las victorias.
La sesión de entreno comenzó puntual, como siempre, y cordial, como nunca. Como muestra, un detalle: varios fueron los jugadores -incluso el técnico- los que hablaron, aunque brevemente, con los periodistas. Todos saludaron a los presentes. Hubo sonrisas. Muchos se pararon atentamente para fotografiarse junto a sus seguidores. En especial, con un niño que les aguardaba en silla de ruedas y con una rotura de tobillo que se produjo jugando al fútbol. El pequeño, de 5 años, no daba crédito a los múltiples ánimos que recibía de sus ídolos.
El ambiente en la sesión preparatoria del campo de fútbol Díez Iborra volvió a tener vida. Y dentro, mucha intensidad y competitividad. La jornada era a puerta cerrada pero las voces traspasaban las gradas hacia la calle. Francisco había vuelto. Gritos, órdenes, correcciones, ánimos... «¡Vamos, vamos gente!, ¡Venga, familia!». También hubo aplausos. En resumen, un arranque como los de antes. Sin duda. Nada parecido al primer día de vuelta al trabajo, el lunes.
Llegaba el último, de la mano del responsable deportivo Sergio Mantecón, un nuevo valor franjiverde. El juvenil Pablo Felipe Belda, central de 17 años, se unía al grupo para completar la terna de la defensa. Un rato después se producía la visita de un ilustre exfranjiverde, Claudio Barragán, que saludaba a cuerpo técnico y jugadores para después intercambiar impresiones con la Prensa -ver página siguiente-.
Fidel, precaución
La salida del entrenamiento también era distinta a la de otros días. La satisfacción ganaba al cansancio en las caras de los jugadores. Solo uno, Fidel, había pasado un mal trago y su semblante parecía marcado por unas molestias musculares. El onubense se marchaba antes por precaución y para ser tratado por los fisioterapeutas del equipo.
Los que no entrenaron ayer con sus compañeros, siguiendo su plan personal de recuperación en el gimnasio fueron Pedro Bigas, Javier Pastore y Tete Morente. «Numerosas bajas», lamentaba el técnico consultado por los periodistas a su llegada al entreno. «La única duda para Vallecas va a ser Pedro Bigas. Esperaremos para analizar su evolución», señalaba el preparador almeriense. Lógicamente tampoco estará Gonzalo Verdú, sancionado tras la roja vista en el Camp Nou.
A primera hora de la tarde, Francisco reunía de nuevo a todo el equipo en un encuentro donde volvió a ponerse como máximo responsable de la situación y donde pedía al grupo que hiciera borrón y cuenta nueva, olvidando los errores, las quejas a los árbitros, los malos números cosechados... Tras una pretemporada y un mercado de fichajes un tanto decepcionantes, el Elche tiene que demostrar su capacidad de reacción. El entrenador ha querido poner las bases para que haga efecto ese reinicio que muchas veces devuelve la operatividad a las máquinas. Ayer, el conjunto dio un paso grande hacia el cambio de rumbo.
