Era conocido popularmente como «El dueño total (EDT)» entre los aficionados. Desde su llegada al Elche CF en diciembre de 2019, Christian Bragarnik solo había cosechado éxitos. Un ascenso a Primera División y dos permanencias consecutivas en la máxima categoría habían disipado cualquier atisbo de duda que pudiera recaer sobre la llegada del empresario argentino al club ilicitano.

La buena estrella que le ha venido acompañando le habían llevado a llenarse de gloria y a recibir los elogios de la afición. La fortuna siempre había estado de su lado. El gol de Pere Milla en Girona en el minuto 93, la salvación en el último encuentro frente al Athletic Club Bilbao de la campaña 2020-2021. Otra permanencia «cómoda» el curso pasado con Francisco como ídolo... 

Los buenos resultados deportivos habían dejado en un segundo plano otro tipo de cuestiones como el retraso en la construcción de la ciudad deportiva, la puesta en marcha de la nueva tienda en los bajos del estadio Martínez y el hecho de apurar al máximo y dejar para el último día los fichajes en cada ventana. El fútbol es así. Y cuando la pelota entra, el resto da igual. Se da por bueno la frase de Manquiavelo: «El fin justifica los medios».

Bragarnik a su llegada al campo Diego Quiles para presenciar un entrenamiento MATÍAS SEGARRA

Sin embargo, cuando el balón no entra y los resultados no llegan todo se te vuelve en tu contra

Y eso es lo que le está ocurriendo a Bragarnik en la presente temporada. En el último partido como local, tras la derrota frente al Getafe, un sector de la afición ya se dirigió al palco y pidió la marcha del máximo accionista. Algo que parecía un quimera hasta hace pocos meses. 

A pesar del ascenso en su primera campaña, la decisión de prescindir de Pacheta y traer al inexperto en el fútbol español Jorge Almirón resultó sorprendente e impopular. Además, en el estreno en la máxima categoría configuró una plantilla plagada de argentinos. Con la llegada de Fran Escribá, ídolo para la afición, y la permanencia in extremis todas esas heridas se curaron.

El propio Bragarnik reconoció que se equivocó con la continuidad de Pacheta y de confiar demasiado en un entrenador y en futbolistas sudamericanos que él conocía. 

El propietario de la entidad franjiverde pareció aprender de los errores y la temporada pasada ya confió en técnicos españoles. Renovó a Escribá y, cuando los resultados no llegaron, lo destituyó y apostó por Francisco. 

Redujo la nómina de jugadores argentinos desconocidos y apostó por otros como Benedetto o Pastore, cuyos fichajes ilusionaron a los seguidores, aunque, luego, tampoco dieron el rendimiento esperado. Pero ya no era un Elche tan «argentinizado» como en el primer curso en Primera División. La segunda salvación consecutiva volvió a limpiar cualquier fallo. 

Al máximo accionista le seguía acompañando su buena estrella y la suerte continuaba cayendo de su lado. 

Justo el curso del Centenario

Pero justo en la temporada que más expectación e ilusión había. En un momento tan especial como el Centenario del club ilicitano, la situación ha dado un giro radical y la fortuna se ha traducido en desgracia.

El Elche camina cuesta abajo y sin frenos hacia Segunda División. No ha sido capaz de ganar en las 13 primeras jornadas del campeonato. Es colista de la clasificación y, lo que es peor, sus sensaciones desprenden un intenso tufo a muerto

Bragarnik, junto al secretario técnico, Sergio Mantecón, en un entrenamiento ANTONIO AMORÓS

Cuando, como propietario y máximo accionista, con el papel añadido de ser representante de jugadores y entrenadores, te llevan a tomar todas las decisiones, tanto institucionales como deportivas, de manera unipersonal y de forma exclusiva; te puedes convertir en «El dueño total (EDT) y vivir rodeado de oropel o, por el contrario, ser el responsable principal del actual momento por el que atraviesa el equipo.

El Elche certificó su permanencia a mediados de mayo. Disponía de tres meses por delante para llevar a cabo una planificación de la temporada del Centenario tranquila, sin agobios, con un equipo que era apetitoso para muchos jugadores y con un entrenador como Francisco, que se había ganado el reconocimiento del fútbol español

Todas las circunstancias estaban a favor para afrontar una campaña para poder soñar. La afición respondió, superando los 24.000 abonados.

Pero, cuando mejor lo tenía, Bragarnik ha vuelto a cometer los errores de su primer año. Y si eso, acompañado de la pérdida de la buena estrella que le había acompañado con los resultados, hacen que el inversor argentino haya pasado de héroe a villano. De idolatrado a criticado.

El propietario del Elche volvió a tardar demasiado en realizar los fichajes, lo que impidió que Francisco tuviera los mimbres necesarios para poder realizar una pretemporada en condiciones. Tanto el técnico almeriense como ahora Almirón han reconocido que ese ha sido uno de los errores capitales del presente curso y una de las consecuencias fundamentales de los malos resultados. 

Encima, a las primeras de cambio prescindió de un entrenador que se había ganado, por méritos propios, al vestuario y a la afición. 

Y lo que es peor, tardó más de una semana en decidir el relevo. Encima, en contra de las recomendaciones de su colaboradores, apostó por Almirón, que ya había fracasado en su etapa anterior

El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra y Bragarnik lo ha confirmado. El preparador argentino ha vuelto a demostrar que le viene grande la Primera División española, que le falta capacidad para dirigir y gestionar partidos. Esa decisión unipersonal se le ha vuelto en contra al propietario del club ilicitano, está siendo el centro de las críticas de los aficionados. Pero aunque hayas estado acompañado de la buena estrella, cuando compras demasiados números para fracasar, al final, te toca.

LAS CLAVES

POLÍTICA DE FICHAJES

Mala planificación de una  temporada especial

Cuando más tiempo y experiencia tenía, Bragarnik ha vuelto a los errores de antaño, fichando a última hora y no apostando por futbolistas que verdaderamente podrían dar un salto de calidad.

ELECCIONES INEXPLICABLES

Decisiones controvertidas con los entrenadores 

El propietario del club ilicitano se precipitó a la hora de destituir a Francisco y, encima, apostó por Almirón, que ya fracaso en su primera etapa y esta demostrando que no está capacitado.

INSTITUCIONALES Y DEPORTIVAS

Apuestas unipersonales y sin admitir asesoramiento

El inversor argentino quiere controlar de forma absolutista la faceta institucional y deportiva y eso le llevan a tomar decisiones de forma unipersonal y sin querer recibir algunos consejos.