El Elche ha fichado a Pablo Machín como entrenador y se agarra a que este sea el revulsivo que necesita para obrar poco menos que un milagro: la continuidad en Primera División de un equipo que no ha ganado ningún partido en las 14 primeras jornadas de Liga y que volverá a la competición a ocho puntos de la salvación. 

¿Hay motivos para pensar en la permanencia? Los hay, aunque cueste creer en ellos en el ambiente negativo que se ha generado en el entorno del Elche tras un inicio de curso tan nefasto.

Motivos para creer en la reacción del Elche

  1. 8 puntos, 72 en juego. El primero son las matemáticas, que no engañan a nadie, para bien y para mal. El conjunto franjiverde debe recortar ocho puntos cuando quedan 72. Obviamente no es una tarea ni mucho menos sencilla, ya que va a obligar a los ilicitanos a ganar muchos partidos, algo que ahora mismo puede parecer una quimera.
  2. El parón, ideal. Ahí aparece un nuevo factor favorable a los intereses ilicitanos:el parón del Mundial. Posiblemente, elElche sea el equipo de Primera al que mejor venga este mes de pausa y reseteo. Hacerlo peor va a ser casi imposible, por lo que los franjiverdes se agarran a que el reinicio de la competición traiga una nueva versión. El Elche tendrá cuatro semanas completas para trabajar, más otras dos antes del regreso de la Liga, en las que estará el partido de Copa contra el Guadalajara. Hay tiempo para encontrar soluciones a los principales problemas del equipo.
  3. La idea de Machín. Por lo que respecta a Machín, el Elche ficha a un entrenador con una idea fija. A eso se agarra como última opción para evitar el descenso. El soriano no va a titubear ni con su esquema ni con los jugadores que considere necesarios para plasmar su concepto futbolístico sobre el césped. En este sentido, la entidad necesitará un cambio desde la dirección. Si ha confiado en Machín debe darle lo que pida. Lo contrario sería un tiro en el pie más a una política deportiva que ha quedado a la deriva.
  4. Ganar. Por último, cualquier atisbo de reacción pasa por ganar y recuperar la confianza. El primer paso se dio en Copa, aunque ante un rival muy inferior. Este Elche necesita creerse que puede competir en Primera División. Y, para ello, aunque hace unos meses sonara exigente, tiene que ganar al Atlético de Madrid.

Por otra parte, el Elche ha fichado a Pablo Machín como entrenador y, aún así, las dudas sobre su continuidad en la élite para la próxima temporada son lógicas, lícitas y evidentes. La diferencia de ocho puntos con la salvación es más grande en lo psicológico que en lo puramente matemático (tres partidos de diferencia con 24 por delante). A nadie se le escapa que esta es una contratación que sigue generando dudas en el entorno franjiverde.

Palacios y Gumbau, cabizbajos, tras encajar un gol contra el Rayo Juanjo Martín/EFE

Motivos para dudar de la reacción del Elche

  1. Arma peligrosa. Machín es un entrenador con una idea de juego muy definida. Y eso, tal y como está el Elche ahora mismo, es un arma de doble filo, muy peligrosa. Hay que tener en cuenta que durante el próximo mes el nuevo cuerpo técnico va a trabajar, en teoría, con la base de la plantilla que hasta ahora no ha sido capaz de ganar en Liga.
  2. Calendario complejo. El mercado no se abre hasta el 1 de enero. Antes de esa fecha, los ilicitanos tendrán que afrontar dos compromisos oficiales: el partido de Copa (20 de diciembre) y el regreso liguero contra el Atlético (31 de diciembre). Si hubiera una revolución en el mercado invernal esta no se podría acometer hasta después, salvo que el club se arriesgue a acudir a estas dos citas con la plantilla mermada en cuanto a jugadores inscritos. Luego vendría la siguiente ronda de Copa del Rey, en caso de ganar al Guadalajara (3 a 5 de enero), y la vuelta al Martínez Valero contra el Celta (8 de enero). Teniendo en cuenta la lentitud a la hora de fichar en las últimas ventanas cuesta creer que para entonces el equipo haya cambiado muchas caras, con lo que el trabajo del próximo mes quedaría en cuestión. ¿Debe poner el foco Machín en recuperar a estos jugadores o pensar en los fichajes de enero? Una duda a despejar desde el mismo momento en que el técnico firmó el contrato.
  3. Machín como revulsivo. Otro aspecto a aclarar, y eso solo podrá hacerse una vez vuelvan los partidos, es si Machín va a ser capaz de ejercer de técnico revulsivo. No le fue bien en esa labor durante su etapa en Primera División. En la 2019/20 llegó al Espanyol en la jornada 9, con el equipo penúltimo a tres puntos de la salvación y solo logró una victoria en 10 partidos, dejándolo en la jornada 18 como colista a cinco puntos de la permanencia.
  4. Problemas defensivos. Machín también tendrá que lidiar con el principal problema que tiene el Elche esta temporada: la fragilidad defensiva. Numéricamente, las cifras de sus equipos en Primera son las siguientes: 138 goles encajados en 93 partidos (1,49 goles de promedio). En Segunda alcanzó un alto grado de eficiencia defensiva al menos durante dos temporadas consecutivas, especialmente en la 2015/16 (28 goles encajados en 42 jornadas). Bragarnik no ha apostado por un entrenador con perfil defensivo cuando este parece el defecto principal de su equipo.
  5. Recuperar la confianza. Otro de los retos que tendrá por delante el nuevo preparador es levantar la moral de unos futbolistas que acumulan meses sin ganar y ganarse su confianza desde el primer día, algo que hizo muy bien Francisco hace un año. El stage de concentración debe servir para ello, aunque en el ambiente no dejará de estar tanto la situación grupal por la mala marcha como la individual de futbolistas que saben que pueden tener los días contados en el club.
  6. Bragarnik. Las salidas es otro tema a tener en cuenta durante las próximas semanas, que deberá gestionar Machín, pero no en solitario. Bragarnik tendrá que dar la cara con los futbolistas, tanto los que cuenten como los que no, y poner de su parte para que la unión en el vestuario, que ha sido uno de los pilares de los excelentes resultados de las últimas temporadas, no se vaya a pique. Mucho trabajo por delante, pese a que a la competición le quede más de un mes para volver.