PERFIL DEL EXJUGADOR FRANJIVERDE

Pelayo Novo, el futbolista alegre que perdió la batalla con la vida

Pelayo Novo celebrando el ascenso del Elche en Almería, en 2013, con la bandera de Asturias

Pelayo Novo celebrando el ascenso del Elche en Almería, en 2013, con la bandera de Asturias / JOSE DOMENE

J. A. Galvañ

J. A. Galvañ

Eran poco antes de las once de la noche, cuando una noticia de última hora, sacudió el mundo del fútbol. Pelayo Novo fallecía arrollado por un tren en un barrio de Oviedo. Rápidamente el mazazo corrió como la pólvora. Las muestras de dolor y conmoción en el Elche CF y entre los aficionados franjiverdes se sucedieron toda velocidad

El futbolista asturiano había sido uno de los héroes del ascenso a Primera División en 2013 del Elche de los récords. Una persona muy querida, que ha vestido en más de 80 ocasiones la camiseta con la franja verde. Era difícil encontrar una explicación a su muerte con solo 32 años, con toda una vida por delante, a pesar de su estado parapléjico después de la caída en un hotel de Huesca, en marzo de 2018, cuando era jugador del Albacete.

Pelayo Novo llegó al Elche en la temporada 2012-2013 con poco más de 21 años. Por primera vez salía de su querido Oviedo natal. El equipo de su tierra estaba en Segunda División B y quería más. En el conjunto ilicitano encontró el éxito a las primeras de cambio. Un ascenso a Primera, en una campaña de ensueño en la que los franjiverdes fueron líderes desde la primera a la última jornada. 

A pesar de su juventud, el futbolista ovetense destilaba mucha calidad. No era ni un centrocampista al uso, porque le costaba defender a la hora de hacer las funciones de mediocentro; ni un delantero, porque le gustaba estar en continuo contacto con el balón. Era un mediapunta, un futbolista fuerte físicamente, con calidad y buen golpeo de balón, de los que los entrenadores denominan un ocho y medio, porque ni terminaba de ser un ocho ni un nueve.

En ese equipo de los récords con Fran Escribá en el banquillo era difícil ser titular. Aún así, Pelayo terminó jugando 26 partidos, cuatro de ellos como titular. Su carácter alegre y bromista, propio de su juventud, le permitió ganarse el cariño del vestuario y de la afición. 

Aún recuerdo la celebración del ascenso, con la bufanda del Elche rodeando su cabeza y enfundado con la bandera de Asturias en el estadio Juegos del Mediterráneo de Almería. O en la primera fila del autocar descapotable por las calles de la ciudad pegándole al bombo, junto a Berry Powel y Aarón Ñíguez, gastando bromas con sus compañeros.

La temporada siguiente no entró en los planes de Escribá en Primera División y se marchó cedido al Córdoba, con el que repitió ascenso. Volvió al Elche y fue, de nuevo, cedido al Lugo. Tras el descenso administrativo del club ilicitano en 2015, regresó al conjunto ilicitano en Segunda División. Con Rubén Baraja de entrenador jugó 25 encuentros y 18 como titular. En la campaña 2016-2017 continúo en la plantilla franjiverde y fue un jugador importante, con 27 partidos y 18 titularidades, en un curso de amargo recuerdo por el descenso a Segunda B.

Ahí finalizó su relación contractual en el Martínez Valero. Intentó probar fortuna en el Cluj de Rumania, pero, rápidamente, volvió a España para enrolarse en el Albacete. Después de un par de años discretos, en el cuadro manchego recuperó la ilusión y su mejor versión. Jesús Hernández, jefe de prensa del cuadro albaceteño, también asturiano, recuerdo que me comentaba que estaba muy feliz. Hasta que llegó la caída en el hotel Abba de Huesca, que le llevó a estar 51 días en el hospital y acabó con su carrera como futbolista y lo dejó en una silla de ruedas de por vida.

Pelayo, junto a Powel, Ángel Rodríguez, Etxeita y Palanca, en la celebración del ascenso a Primera de 2013

Pelayo, junto a Powel, Ángel Rodríguez, Etxeita y Palanca, en la celebración del ascenso a Primera de 2013

Después de unos meses muy difíciles, Pelayo Novo recuperó la ilusión por vivir. Sabía que ya nunca más iba a poder seguir dándole patadas a un balón. Sin embargo se abría paso con otros deportes como el tenis de silla de ruedas o en su nuevo cargo como presidente de la Fundación del Oviedo. Había superado ya la desgracia de Huesca y su vida encontraba otros derroteros.

Pelayo celebra con un gol con el Elche

Pelayo celebra con un gol con el Elche / LALIGA

El pasado verano tuve la oportunidad de hablar con él. Me llamó por un problema que tenía con el inquilino del piso que había adquirido en propiedad en Elche, durante su etapa en el club ilicitano. La ciudad de la palmeras era su segunda casa y venía cada vez que podía. No cobraba y no podía recuperar el piso. Al final se produjo el desahucio y quedamos para volver a hablar y escribir un reportaje sobre su nueva vida.

Pelayo Novo jugando al tenis en silla de ruedas

Pelayo Novo jugando al tenis en silla de ruedas / L.N.E.

Se le notaba contento. En junio había contraído matrimonio con su pareja Iciar, una vez que ya había superado los problemas de la caída en Huesca. Rebosaba felicidad. Incluso, el pasado verano, como amante de la música electrónica, estuvo en el templo del festival Tomorrowland en Bélgica, donde coincidió con otro gran aficionado del Elche como Manu Alenda y recordaron su etapa como franjiverde y se hicieron varias fotografías.

Pelayo, junto a Manu Alenda, el pasado verano, en el festival Tomorrowland

Pelayo, junto a Manu Alenda, el pasado verano, en el festival Tomorrowland / M.A.

Su nueva situación no le cortaba las ganas de vivir. Pero las mentes, a veces son complicadas y, de la noche a la mañana y en una décima de segundo, piensan cosas inexplicables. El futbolista alegre, el deportista, el buen marido, el amigo, porque ha dejado muchos… ha perdido su batalla con la vida. DEP Pelayo Novo