Mourad: Un regreso a la titularidad a golpe de goles

El verano ha sido duro para Mourad El Ghezouani. La incertidumbre sobre su futuro se mantuvo hasta el último día de mercado, con la posibilidad de competir en Córdoba y no en Elche durante la 2024-2025. La operación acabó siendo una de tantas que se rompen en el famoso «trade deadline». Al saberse franjiverde, el delantero hispano-marroquí se veía como el último de la fila para Eder Sarabia entre los delanteros de la primera plantilla.

Elche - Mirandés: El Elche encuentra el premio merecido con Mourad

Con la incorporación de Sory Kaba, el equipo adquiría un perfil muy similar al suyo. Un obstáculo más que añadir al fichaje de Agustín ‘Canario’ Álvarez, poseedor del dorsal 9 a su llegada, y a Óscar Plano, que actuó de lo que en la selección española de 2012 se conoció como «falso nueve». Incluso Adam Boayar había aparecido en los planes del técnico por delante suya, en los amistosos y en la segunda jornada.

Rendirse o luchar

En esta tesitura, Mourad tenía dos opciones: rendirse o luchar. No era la primera vez en su etapa como franjiverde que se veía con demasiadas cosas en contra. Su salto al primer equipo fue en plena pandemia. Vivió dos cesiones, una de temporada y media al Alcoyano, donde hizo la «mili» con Vicente Parras y otra de un curso al Burgos, donde conoció realmente el fútbol profesional. De ellas regresó con los goles justos, pero con mucho callo de trabajo. Su mentalidad pasó la prueba de fuego la temporada pasada.

A las órdenes de Sebastián Beccacece recibió confianza de su técnico, pero muchas dudas y críticas desde el entorno. ¿El problema? Sus goles. El primero no llegó hasta la jornada 25. Nadie ponía en duda su trabajo y esfuerzo. Christian Bragarnik no reforzó el ataque en invierno y el técnico argentino dobló su apuesta por Mourad. O él o nadie. Su final de curso fue destacado, al menos hasta el hundimiento general del equipo, con cinco goles en una decena de partidos.

Un verano de dudas

Así llegó al verano, con dudas a su alrededor. Se lamió las heridas con algunos tantos en pretemporada, aunque mirando siempre de reojo al mercado, siendo consciente de que, esta vez, el Elche iba a reforzar la zona ofensiva. Antes del partido contra el Granada parecía la quinta opción para Sarabia en el ataque. Entonces, en un momento de máxima urgencia, tras encajar el 1-2, el técnico vasco echó mano de él. Tocaba apagar un incendio. Y lo hizo en el primer balón que tocó. Mourad firmó el empate y demostró que los últimos pueden llegar a ser los primeros, también en el fútbol.

Elche CF - Granada: Mourad evita más pitos a Sarabia

Una semana después, el plan para Mourad se repitió. Su equipo dominaba al Mirandés, pero el 0-0 permanecía inalterable en el electrónico del Martínez Valero. Otra vez, Sarabia le dio la orden de saltar al césped. Mismo resultado: a la primera opción, gol. En esta ocasión, tres puntos.

Los dos goles de Mourad en los últimos siete días no serán espectaculares, pero sí valiosísimos. Para él y para el equipo. También para su entrenador, que lejos de agarrarse a cualquier tipo de prejuicio ha decidido premiar a un obrero de este deporte. «En Málaga seremos Mourad y diez más», anunció Sarabia en la rueda de prensa posterior al choque contra el Mirandés, en una reacción poco habitual .

El teórico descarte ya tiene el premio de la titularidad. Nadie asegura que en Málaga se vaya a repetir lo de las últimas dos semanas, pero lo que está claro es que el Elche tiene un arma ofensiva más para afrontar la temporada. Y eso nunca está de más.

El mismo día que el otoño dejaba atrás al verano, Mourad gritaba con rabia en la celebración de su segundo gol consecutivo. Los ha marcado en 74 minutos. Una racha que le sirve para mirar atrás y ver todo lo que ha peleado para quedarse en el Elche, durante el último lustro y especialmente este mismo estío.

«Cuando uno está a gusto en un sitio lo da todo de su parte», declaró el hispano-marroquí tras haber dado cuatro puntos al Elche. El último de la fila se ha puesto el primero. Ahora le toca lo más difícil, mantenerse en ese puesto toda la temporada.